El barco turístico estadounidense Maid Of The Mist, con una ocupación limitada al 50% según las normas del estado de Nueva York en medio de la propagación de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), navega delante de un barco canadiense limitado, según las normas de Ontario, a sólo seis pasajeros, en las Cataratas del Niágara, Ontario, Canadá, el 21 de julio de 2020. (Foto: REUTERS/Carlos Osorio)

El distanciamiento social en las Cataratas del Niágara

En la pequeña ciudad de Niagara Falls, en la provincia de Ontario, el contraste no puede ser mayor entre la oferta comercial y la impresionante belleza natural del lugar.

En esta ciudad canadiense de unos 88.000 habitantes, en la frontera con Estados Unidos, el turismo es la principal actividad económica. En 2014 se estimaba que unos 30 millones de turistas acudían anualmente a la región de las cataratas del Niágara.

La gente visita las atracciones turísticas en las Cataratas del Niágara, Ontario, Canadá, el 21 de julio de 2020. (Foto: REUTERS/Carlos Osorio)

Visitantes de todos los rincones del mundo acuden a ella. Las parejas con poco presupuesto viajan a este lugar para casarse y pasar la luna de miel. Abundan los locales de comida chatarra y lugares como la Avenida Victoria ofrecen al visitante espectáculos de feria ambulante como el Museo de muñecos de cera Louis Tussaud’s, o La casa de Frankenstein en el 4697 de la calle Clifton Hill. A un par de cuadras está El castillo de Drácula y en la esquina está La casa embrujada. A estos templos de la cultura popular norteamericana se suma una gran cantidad de comercios de venta de recuerdos, desde tazas a muñecos de peluche y poleras estampadas con el nombre “Niagara Falls”.

A unas cuadras de este carnaval del consumismo están las cataratas de Niágara, considerada como una de las maravillas del mundo natural, y donde las aguas del río Niágara se precipitan de una altura de unos 64 metros.

Zona de frontera entre la provincia de Ontario, Canadá y el estado de Nueva York, Estados Unidos, esta zona hídrica comprende tres anchas cataratas: la canadiense, la estadounidense y una tercera, la catarata Velo de Novia, que se encuentra del lado de Estados Unidos.

En este escenario natural también se ha podido ver las diferencias entre Canadá y Estados Unidos a la hora de enfrentar la pandemia.

Mientras que en Estados Unidos, gobernado por un presidente más preocupado por su reelección, los casos de Covid-19 siguen aumentando de manera fulgurante, Canadá ha logrado contener en gran medida la propagación del virus, ayudado por estrictas medidas de distanciamiento social y máscaras obligatorias en varias jurisdicciones.

En las famosas cascadas de la frontera entre Estados Unidos y Canadá operan compañías de transbordadores que son embarcaciones con una capacidad de transportar unas 700 personas a contemplar de cerca las cataratas. Actualmente, ante los estragos de la pandemia, los canadienses se limitan a embarcar a sólo seis pasajeros por barco. Pero en el lado estadounidense, los transbordadores funcionan al 50% de su capacidad, según el servicio turístico Maid of the Mist.

El barco turístico estadounidense Maid Of The Mist, con una ocupación limitada al 50% según las normas del estado de Nueva York en las Cataratas del Niágara, Ontario, Canadá, el 21 de julio de 2020. (Foto: REUTERS/Carlos Osorio)

«En realidad tomamos una foto del barco (estadounidense)», dijo Julie Pronovost, que vino de visita desde Quebec con su familia el martes. «No creo que sea muy seguro estar en un barco como ese. Es mucho mejor aquí».

En el sitio en internet del servicio turístico Maid of the Mist, esta compañía decía que seguía las instrucciones de los funcionarios de salud pública del Estado de Nueva York. Los botes tienen demarcaciones espaciales para mantener a los visitantes espaciados, y llevar una mascarilla en el rostro es obligatorio, entre otros cambios para seguridad de sus clientes, según la compañía.

Mory DiMaurizio, gerente general y vicepresidente de la empresa Hornblower Niagara Cruises de Canadá, dijo que los límites impuestos a su negocio por el gobierno de la provincia de Ontario eran «decepcionantes» y que era «frustrante» ver los barcos estadounidenses relativamente llenos.

El barco de turismo canadiense Hornblower, limitado según las normas de Ontario a sólo seis pasajeros en medio de la propagación de la enfermedad coronavirus (COVID-19), navega en las aguas de las Cataratas del Niágara, Ontario, Canadá, el 21 de julio de 2020. (Foto: REUTERS/Carlos Osorio)

«Sin embargo, hemos hecho limonada con limones», dijo DiMaurizio, refiriéndose a un nuevo crucero VIP que la compañía ha creado: un barco casi vacío, donde el visitante tiene, además del paseo por las aguas del Niágara, una comida y un viaje en funicular incluidos en el billete. Las precauciones sanitarias incluyen controles de temperatura y mascarillas obligatorias.

La popularidad de este paseo, que cuesta unos 70 dólares canadienses por persona, «nos ha sorprendido», dijo DiMaurizio.

Mientras tanto, en Estados Unidos se registraron unos 67.140 nuevos casos de COVID-19 hasta el martes, comparado con solo 573 en Canadá. Desde que comenzó la pandemia, Estados Unidos ha reportado alrededor de 118 casos de coronavirus por cada 10.000 residentes, mientras que Canadá tiene alrededor de 30.

Datos del gobierno de EE. UU. publicados el martes muestran que los casos de coronavirus reportados y confirmados subestiman enormemente el verdadero número de infecciones, haciéndose eco de los resultados de un estudio más pequeño llevado a cabo el mes pasado.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla frente a un cuadro sobre las pruebas de coronavirus en la Casa Blanca, Washington, EE.UU., el 21 de julio de 2020. (Foto: REUTERS/Leah Millis)

Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. estableció que las cifras reales del Covid-19 fueron más de 10 veces más altas que los casos reportados en la mayoría de las regiones de EE. UU. desde fines de marzo hasta principios de mayo. Estas conclusiones se basan en pruebas sobre la presencia de anticuerpos Covid-19 realizadas en muestras de sangre de rutina en 16.000 personas en 10 regiones de EE. UU.

Cerca de un 80 por ciento de los canadienses quieren que la frontera con Estados Unidos permanezca cerrada.

Las autoridades canadienses se están ocupando tanto de los turistas no deseados que se filtran por la frontera como de los viajeros autorizados, incluidos los trabajadores esenciales y las familias que se reúnen, que infringen las estrictas leyes de cuarentena, lo que causa preocupación por posibles brotes en varias provincias.

Los turistas que se encontraban de visita en las cataratas el martes dijeron que se sentían mucho más seguros con el límite de seis personas por barco.

«Me alegro de estar en Canadá», dijo Amanda Barnes, originaria de Brampton, Ontario. » Cuando se observa la diferencia entre los barcos canadienses y estadounidenses, se puede ver por qué la pandemia está fuera de control en Estados Unidos y no en Canadá”.

Fuentes: Reuters / Canadian Press / RCI

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