David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, dice que la crisis COVID-19 ha aumentado dramáticamente el número de personas que mueren de hambre en América Latina, lo que podría desencadenar un éxodo de refugiados a América del Norte si no se aborda el problema. (Gregorio Borgia / The Associated Press)

Aumento vertiginoso del hambre en Latinoamérica: Canadá acude en ayuda

El aumento incesante del hambre, entre otros problemas, amenaza a las poblaciones de América Latina y el Caribe y puede tener consecuencias a largo plazo a menos que se tomen medidas rápidas, advirtió el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, PMA, (WFP, por sus siglas en inglés).  

Esta advertencia del Director General del PMA, David Beasley se produjo al mismo tiempo que Canadá estaba terminando una misión de transporte de suministros médicos en América Central y el Caribe.

Canadá acude con ayuda humanitaria

América Latina y el Caribe es la región que registra el mayor número de casos positivos de COVID-19 en el planeta, con 4,8 millones de contagios y casi 200.000 muertos, lo que representa más de una cuarta parte de los casos del mundo.

Este fin se semana, en una entrevista con la agencia La Presse canadienne, David Beasley fue contundente en sus declaraciones. El hambre es un motor que alimenta conflictos, dijo, y uno de ellos tendrá consecuencias inmediatas: la migración hacia el Norte de familias de la región.

La Real Fuerza Aérea del Canadá está finalizando su misión de casi dos semanas en la que utilizó el C-17 Globemaster en América Central y el Caribe que cargó toneladas de suministros médicos. El último día de su misión se llevó a cabo el viernes, en Guatemala.

Beasley elogió a Canadá por el trabajo realizo junto con el PMA y la Organización Mundial de la Salud en la entrega de suministros en toda la región desde su centro humanitario regional en Panamá.  Desde ese país el PMA apoya la logística para la respuesta COVID-19, transportando carga humanitaria y sanitaria a donde más se necesita para apoyar la lucha contra la pandemia.

Como parte de una gira por seis países, el Director General del PMA se reunió con el Teniente Coronel Adam Pentney, comandante del puente aéreo militar de Canadá y con su equipo de unas treinta personas que cargaban toneladas de suministros médicos y otros suministros humanitarios en el Globemaster.

“Como pueden imaginar, estamos muy agradecidos al gobierno canadiense por proporcionar este apoyo humanitario que salvará vidas” dijo Beasley.

«Mi mensaje a los canadienses es que pueden estar muy orgullosos del apoyo y el trabajo que se está haciendo para cuidar de nuestros vecinos globales», dijo de su lado el teniente Coronel Adam Pentney.

Pero Beasley dvierte que a menos que el mundo responda a esta crisis, no solo habrá mucha gente que morirá, también se incrementarán los trastornos económicos y políticos.

Olla comunitaria en Lima, Perú. WFP/Guillermo Galdos

Las cifras que corroboran la advertencia del PMA

La agencia de Naciones Unidas señala que, si bien hubo un récord de asistencia alimenticia que alcanzó a 97 millones de personas en el 2019, este año, a causa de la pandemia la cifra de asistencia se disparó a 138 millones. El organismo dice que esta misión humanitaria de asistencia alimenticia es la mayor de su historia, razón por la cual el PMA inició una campaña para juntar 4.900 millones de dólares en los próximos seis meses para su labor en 83 países.

Beasley dijo que ha habido un aumento del 269% en la inseguridad alimentaria en Latinoamérica desde que se produjo la pandemia y que si bien, 4,7 millones de personas ya estaban «marchando al borde de la inanición» antes de la pandemia, esa cifra ha aumentado ahora a 16 millones de personas que no saben de dónde vendrá su próxima comida en los próximos meses.

En ese total, PMA incluye 1,9 millones de migrantes venezolanos en inseguridad alimentaria moderada y grave que se encuentran en Colombia, Ecuador y Perú. 

David Beasley estuvo en Ecuador y Panamá, donde conversó con otros líderes de América Latina la semana pasada. Su mensaje no deja dudas sobre la urgencia de actuar.

“La pandemia de la COVID-19 ha sido devastadora en América Latina, donde las nubes de una tormenta económica ya se estaban formando. Las familias luchan por comprar productos básicos como alimentos y medicinas porque sus medios de vida han sido destruidos y la cantidad de personas sin trabajo en la región alcanza los 44 millones. Es una combinación mortal y tenemos que actuar ahora, y hacerlo de manera inteligente. No se puede lidiar con la COVID-19 o con el hambre por separado. Deben ser tratados juntos. Si lo hacemos bien, podemos salvar vidas. Si no lo hacemos bien, la gente morirá».

El hambre podría causar migraciones masivas

Refugiados venezolanos comen en una cocina comunitaria en Cúcuta, Colombia, abril de 2019. (Foto: ©ACNUR/Vincent Tremeau)

América latina ya estaba experimentando una crisis desatada por la migración de millones de venezolanos en la región, que, según cálculo de la ONU, ascendía a 6 millones antes de la pandemia. El impacto de ese movimiento poblacional se hizo sentir principalmente en Colombia, Ecuador y Perú, aunque también en otros países de la región.

La pandemia ha causado más de 200.000 muertes en América Latina y el Caribe, que se está convirtiendo en la región más afectada después de Europa, con al menos 210.435 muertes. Y algunos expertos creen que se subestima el número de muertes oficialmente comunicadas en algunos países de la región.

Brasil (94.104 muertes) México (47.472 Perú (19.614), Colombia (10.650) y Chile (9.608).

En la región habría 5 millones de casos confirmados, más de la mitad de los cuales se encuentran en Brasil. Esto lo convierte en el segundo país con el mayor número de casos de COVID-19, detrás de Estados Unidos, que tiene más de 4,8 millones de casos.

David Beasley le dijo a la agencia La Presse canadienne que el mundo tiene que actuar éticamente y colaborar para solucionar el problema. Y que, si eso no era un motivo suficiente, había que hacerlo finalmente por una cuestión de seguridad nacional.

«Si los patrones de experiencia son de algún indicio, si el deterioro económico debido a COVID continúa y no tenemos implementamos programas de red de seguridad, no veo como se podrá impedir una migración masiva. No tendrás una migración masiva hoy, mañana, pero la tendrás pronto».

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Categorías: Economía, Inmigración y Refugiados, Internacional
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