Nanisivik, que significa «lugar donde la gente encuentra cosas» fue una ciudad creada en 1975 para apoyar el trabajo de extracción de plomo y zinc de la empresa Mina Nanisivik y de procesamiento de minerales en producción entre 1976 y 2002. El emplazamiento de la ciudad estaba situado justo en el interior del estrecho de Strathcona, a unos 20 km al este de la comunidad de Arctic Bay, en el territorio canadiense de Nunavut.
La mina contaba con un embarcadero para recibir flete marítimo, que más tarde fue utilizado por la Guardia Costera canadiense para su entrenamiento y con el Aeropuerto de Nanisivik, que era capaz de recibir aviones a reacción.
La caída de los precios de los metales llevó al cierre de la mina en 2002.
Desde que la mina de zinc cerró en 2002, la ciudad de la compañía del Alto Ártico, Nanisivik, ha sido borrada gradualmente del mapa.
Sus habitantes, sus casas, su iglesia desparecieron del lugar.
Pero en agosto de 2007, dentro de su plan político de protección del Ártico canadiense, el entonces primer ministro Stephen Harper había revelado que iba a construir hasta ocho buques militares patrulleros diseñados específicamente para el Norte, con el objetivo de “afirmar la autoridad, la independencia y la soberanía de Canadá» en aguas del Norte.
El Primer Ministro viajó al muelle de Nanisivik -el único puerto de aguas profundas del Ártico canadiense- para anunciar que construiría allí la primera instalación naval permanente del Ártico.
La política de Harper sobre el Ártico, formaba parte de una idea del país a la que identificaba con un nacionalismo conservador, que incluía la celebración de las fuerzas militares como parte de una tradición marcial canadiense, en lugar de como fuerzas de mantenimiento de la paz, y la intensa promoción del bicentenario de la Guerra de 1812.
Trece años más tarde, COVID lleva a una nueva postergación la idea de reactivar esa antigua promesa de construir una estación militar de reabastecimiento de combustible en el Ártico.
Se esperaba que este puerto de la isla de Baffin esté listo para acoger el primero de los seis buques patrulleros destinado a la Marina.
Pero la semana pasada esa esperanza se desvaneció cuando el Harry DeWolf, el primer barco construido bajo la Estrategia Nacional de Construcción Naval, se unió más bien a la flota canadiense.
El Departamento de Defensa Nacional ha reconocido que la estación de Nanisivik no estará lista hasta 2022.
La portavoz del departamento, Jessica Lamirande, dijo que el retraso se debía a las dificultades de viaje asociadas a la pandemia de COVID-19.
Esto se agrega a los muchos problemas ambientales y estructurales que han afectado al proyecto a lo largo de los años.
Los residentes de la Bahía del Ártico esperaban que el Gobierno de Nunavut pudiera encontrar un nuevo uso para el antiguo emplazamiento de la ciudad, que podría ser un centro de capacitación en oficios.
Debido a la fuerte contaminación por plomo y zinc, esto no fue posible y las casas fueron demolidas.
El servicio de telefonía local se interrumpió el 19 de febrero de 2007.
En el censo de 2006 la población de Nanisivik era 0, un descenso desde el censo de 2001 con una población de 77 personas.
La presencia de Canadá en el Ártico es de alta prioridad, afirman funcionarios canadienses, a medida que el interés mundial se centra en la región. Rusia, Estados Unidos, Dinamarca y Noruega están tratando de afirmar su jurisdicción sobre partes del Ártico, ya que la reducción del hielo polar crea nuevas oportunidades para la exploración.
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