Nuevos datos de la agencia espacial brasileña muestran que la destrucción del Amazonas superó la de 2019, que a su vez fue un 30 por ciento mayor que la del año anterior.
Una organización ambientalista canadiense pide a Ottawa que suspenda toda negociación comercial con Brasil por los incendios récord en la selva amazónica.
Ottawa había comenzado a explorar la idea de unirse al MERCOSUR en 2017 y las conversaciones y negociaciones formales comenzaron un año después. Ese mercado incluye a Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
En 2018, Canadá importó aproximadamente por un valor de 30 millones de dólares de carne de vacuno de Brasil, un mercado más bien pequeño. Pero si Canadá llega a un acuerdo de libre comercio, las importaciones de carne desde el gigante latinoamericano podrían aumentar a más de 1.800 millones de dólares.
Pero he aquí el problema. Las haciendas de ganado son responsables de gran parte de la destrucción de la selva tropical del Amazonas, que está siendo despejada para dar paso a más pastos. Muchos incendios han sido provocados ilegalmente por ganaderos para tener acceso a más tierras.
Jair Bolsonaro fue elegido con el compromiso de desarrollar rápidamente el Amazonas. A ese efecto, promueve y alienta además la construcción de puentes, carreteras, presas, minas junto a las operaciones de tala.
Europa detiene conversaciones de comercio con Brasil
Este año Francia y Alemania han puesto freno a la ratificación de un acuerdo de libre comercio entre Europa y el bloque del Mercosur.
La directora de campaña de Greenpeace Canadá, Reykia Fick, dice que Canadá debería también retirarse de las negociaciones comerciales con el Mercosur.
“Ottawa no debería recompensar la destrucción del Amazonas. No puede abrir el mercado a los mismos productos que están causando los devastadores incendios en el Amazonas y la deforestación y destrucción que continúa ante nuestros ojos, mientras afirma estar asumiendo la responsabilidad del cambio climático”.
La deforestación en la Amazonía brasileña aumentó en junio un 10,7% en comparación con junio de 2019, según INPE, la agencia brasileña de investigación espacial adscrita al Ministerio de Ciencia. En los primeros seis meses del año, la deforestación se disparó en un 25% hasta alcanzar los 3.066 kilómetros cuadrados.
Se detectaron 2.248 incendios, el número más grande de focos activos en ese mes desde 2007.
Para graficarlo de otro modo: el humo del bosque sigue creciendo a un ritmo de unos dos o tres campos de fútbol por minuto según los datos de la agencia.
El diario La Vanguardia recordó recientemente que cuando Jair Bolsonaro había asumido la presidencia fue muy sincero en sus intenciones medioambientalistas. Retiró a Brasil del Acuerdo de París. Y el año pasado no sólo cortó el presupuesto de la Agencia para el Ambiente en un 24 %. Dijo sobre el Amazonas, públicamente, para que no quedaran dudas, que “Brasil es como una virgen cotizada que todos los pervertidos extranjeros desean”.
Ryan Nearing, secretario de prensa de la Ministra de Comercio Internacional Mary Ng dijo que Canadá reconocía que el Amazonas es de importancia capital para el “bienestar del planeta, y estamos buscando un capítulo ambiental ambicioso, amplio y vinculante en un acuerdo de libre comercio con el Mercosur”.
Reykia Fick, directora de campaña de Greenpeace Canadá, responde que Canadá no puede presentarse ante el mundo como líder defensor del clima mientras persigue un acuerdo de libre comercio con el Brasil de Bolsonaro.
La presse canadienne-Reuters Thompson-CBC
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