Desde el comienzo de la pandemia y el dictado de medidas de confinamiento y distanciamiento entre las personas, numerosos estudios han alertado sobre los riesgos que implica la falta de contacto social.
Una nueva investigación pone el alerta sobre la posibilidad de padecer hipertensión arterial en tales circunstancias, en mayor medida por parte de las mujeres.
La falta de vinculos sociales influye en la salud de las personas. Foto: iStock.
El estudio
La falta de vínculos sociales parece estar ligada estrechamente con la hipertensión en personas de mediana y avanzada edad, prevaleciendo en el caso de las mujeres.
Las personas de sexo femenino estudiadas, que no mantienen una vida social estable o cuyos contactos con otras personas o grupos no son regulares, constituyen un grupo de riesgo para padecer presión sanguínea alta.
Según un trabajo llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Columbia Británica, el aislamiento social afecta la salud de hombres y mujeres de manera diferente y, en algunos casos, estas últimas son más propensas a determinado tipo de enfermedades.
El confinamiento puede ser particularmente dificil para los adultos mayores. Foto: iStock.
La hipertensión es uno de los factores que presentan más probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas, que en los casos más graves pueden conducir a un derrame cerebral o incluso a la muerte.
Annalijn Conklin, profesora de la facultad de Ciencias Farmacológicas de la universidad e investigadora principal del estudio, sostiene que el aislamiento es uno de los principales factores de mortalidad, equiparable a la producida por el consumo de tabaco.
La especialista sostiene que es escasa la información que se tiene sobre la incidencia de la falta de contacto social sobre la salud y longevidad de las personas, sobre todo en momentos como el actual, donde tal situación es impuesta por la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, sí hay indicios suficientes para afirmar que la hipertensión es más frecuente, en tales circunstancias, entre las mujeres que entre los hombres de edad mediana y avanzada.
El contacto social, aunque no sea en persona, es añorado en tiempos de pandemia. Foto: iStock.
Casos y cifras
La investigación analizó los vínculos sociales de 28.238 adultos, entre 45 y 85 años de edad, en base a la información contenida en el Estudio Longitudinal Canadiense sobre el Envejecimiento.
A partir de esos datos, los expertos llegaron a la conclusión de que las mujeres solas, que participan en menos de 3 encuentros sociales al mes o que tienen un grupo de contactos inferior a 85 personas, corren un riesgo mayor de experimentar hipertensión.
Los casos que presentaron en promedio una presión sanguínea más alta fueron las personas viudas y las mujeres solas e inactivas socialmente.
La mayor diferencia en las mediciones de la presión arterial se dio entre las mujeres que enviudaron y las casadas.
La red de relaciones y contactos son un escudo protector. Foto: iStock.
La situación fue distinta en el caso de los hombres, por no decir paradójicamente opuesta: los solteros, los que comparten el hogar con otras personas y quienes tienen la red social más extensa son los que presentan los niveles de presión sanguínea más elevados.
Los hombres que viven solos y con una red social reducida presentaron niveles de presión más bajos.
Un estudio previo, llevado a cabo por la misma investigadora, también señaló que la carencia de vínculos sociales está relacionada con una mayor tasa de obesidad entre las mujeres adultas que entre los hombres.
La conclusión principal de estudio, publicado recientemente en el Journal of Hypertension (Diario sobre la hipertensión) y cuyos cifras específicas no son de acceso público por el momento, es que la soledad, la falta de vida social y, en el caso actual del coronavirus, el confinamiento afectan de manera diferente a hombres y mujeres, aunque las causas de tal situación deben ser motivo de investigación y análisis más profundos.
Canadienses mayores y salud
El Estudio Longitudinal Canadiense sobre el Envejecimiento incluyó información sobre 50.000 personas entre 45 y 85 años de edad.
Entre sus conclusiones destaca que:
- El 95 por ciento de los canadienses mayores califican su propia salud mental como excelente, muy buena o buena.
- Las mujeres son más propensas que los hombres a expresar sentimientos de soledad y aislamiento social, y existe una correlación notable entre los sentimientos de soledad y la prevalencia de la depresión entre los canadienses de edad avanzada.
- El 44 por ciento de los adultos mayores otorgan cierto nivel de atención a los demás y las tasas más altas se dan entre las personas de 55 a 64 años de edad.
Fuentes: Universidad de Columbia Británica / Estudio Longitudinal Canadiense sobre el Envejecimiento.
Mas sobre el tema:
Piden no descuidar los servicios de salud de adultos mayores.
Cómo ponerle freno a la soledad, un problema creciente en Canadá.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.