El Instituto Canadiense de Opciones Climáticas indicó que el costo medio por desastre ha aumentado en un 1250% desde la década de 1970. Una sola tormenta o inundación típica que costaba unos 8 millones de dólares a principios del decenio de 1970 cuesta ahora más de 110 millones de dólares. (Foto: milehightraveler/iStock)

Expertos piden a Canadá actuar ahora para anticipar y reducir costos del cambio climático

Una lección que Canadá debe aprender de la pandemia mundial es que debemos ser mucho mejores en la anticipación de los riesgos y en la actuación ante ellos. A medida que el cambio climático se acelera, ningún individuo, ninguna provincia y ningún sector serán inmunes. Ahora más que nunca, no podemos permitirnos el lujo de ser impertinentes e ignorar los enormes costos que nos esperan, especialmente aquellos que tenemos el poder de manejar. Podemos limitar nuestra exposición a los riesgos y tomar mejores decisiones invirtiendo en la resiliencia y exigiendo la divulgación de los riesgos climáticos.Kathy Bardswick, presidenta del Institut canadien pour des choix climatiques / Canadian Institute for Climate Choices

Nuevas investigaciones del Instituto Canadiense de Opciones Climáticas sugieren que los actuales daños relacionados con el clima sólo serán la punta del iceberg a menos que el Canadá actúe rápido en la divulgación de los riesgos e invierta en la capacidad de recuperación. El instituto considera que si bien inyectar fondos y adaptarse al cambio climático son prioridad, es posible anticipar y reducir muchos de estos costos.

En su nuevo informe, The Tip of the Iceberg: Dealing with the Known and Unknown Costs of Climate Change in Canada, el Instituto Canadiense de Opciones Climáticas revela la magnitud de los costos asociados con el cambio climático para Canadá y su continuo crecimiento.

Las tendencias históricas muestran que las pérdidas aseguradas por desastres relacionados con el clima en el Canadá han ascendido a más de 18.000 millones de dólares en la última década, el doble del total de las tres anteriores juntas.

Mientras tanto, el costo medio por desastre ha aumentado en un 1250% desde la década de 1970. Una sola tormenta o inundación típica que costaba unos 8 millones de dólares a principios del decenio de 1970 cuesta ahora más de 110 millones de dólares.

A la luz de la declaración económica de otoño del gobierno federal, la necesidad de planificar y limitar los costos futuros previsibles y manejables es aún más evidente, insiste el Instituto.

El incendio forestal de Good Creek en el Parque de la Montaña Okanagan, cerca de Lakeshore Rd, cerca de Kelowna, BC, Canadá. Tomada el 19 de julio de 2018. (Foto: Pinderphoto/iStock)

En el informe se recomienda que los gobiernos y los organismos de reglamentación financiera aumenten sistemáticamente la divulgación de los riesgos y la transparencia sobre los efectos económicos y sociales del cambio climático en los sectores público y privado.

El Instituto también considera que el aumento de la financiación pública para medidas de adaptación que promuevan la capacidad de recuperación y la coordinación eficaz de los planes de adaptación al cambio climático entre las jurisdicciones provinciales, territoriales, indígenas y municipales también son fundamentales para mejorar los resultados.

Sin esas medidas, el informe concluye que las pérdidas catastróficas ocasionadas por los desastres relacionados con el clima podrían aumentar de manera insostenible.

El Instituto aboga por que el público esté mejor informado y consciente de estos riesgos y recomienda que el gobierno haga todo lo posible para que esto suceda y para que los riesgos potenciales puedan ser mejor incorporados en las políticas de adaptación y en las inversiones de resiliencia para limitar los daños.

Decenas de personas han muerto o permanecen desaparecidas mientras los restos del huracán Eta desataron inundaciones y provocaron deslizamientos de tierra en su mortífera marcha a través de América Central. En una entrevista reciente con National Geographic, James Kossin, climatólogo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. dijo que es muy probable que el cambio climático sea el origen de esta temporada de huracanes históricamente «hiperactiva». (Foto : Luis ACOSTA / AFP via Getty Images)

Con los resultados de un análisis que demuestra la eficacia de la inversión en medidas adecuadas de adaptación al clima antes de que se produzca un desastre, y que se expresan a través de la reducción de los daños y trastornos sociales y económicos

Canadá no ha logrado alcanzar el potencial asociado a la adaptación al cambio climático. Esto no sólo aumenta nuestra exposición al riesgo, sino que también hace que se pierdan los importantes beneficios que generarían las inversiones en capacidad de recuperación. Tenemos la oportunidad de reducir algunos de los principales riesgos climáticos a los que nos enfrentamos, desde las inundaciones urbanas hasta las mortales olas de calor y las sequías que destruyen las cosechas. David Sawyer, economista principal del Instituto y primer autor del informe

En el informe se afirma que, sin esas medidas, las pérdidas desastrosas debidas a los desastres relacionados con el clima aumentarán a un ritmo insostenible. Igualmente preocupantes son los efectos a largo plazo, como el aumento del nivel del mar y el derretimiento del permafrost.

RCI con información del Institut canadien pour des choix climatiques / Canadian Institute for Climate Choices.

Categorías: Medioambiente y vida animal, Política, Sociedad
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