En la ciudad de Montreal, el campamento que había sido montado por las personas sin techo en un barrio del centro este de la ciudad comenzó a ser desalojado.
A primera hora del lunes, un importante despliegue de fuerzas de seguridad, en torno al lugar en el que se encuentran instaladas numerosas carpas, permite pensar que el desalojo de las mismas es inminente.
Los efectivos se hicieron presentes en grán número en el predio. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes
Los ocupantes llevan tiempo instalados allí para denunciar la falta de un techo bajo el que cobijarse y reclaman al gobierno provincial y a las autoridades municipales la revisión de las políticas sociales, para ayudarles a acceder a una vivienda, en el marco de un mercado inmobiliario cada vez más caro y en un año en el que numerosas personas se han visto afectada en su situación financiera, debido a la pandemia de coronavirus.
Según consigna la agencia The Canadian Press, el levantamiento de las carpas ubicadas en el lugar se habría decidido a pedido del servicio de bomberos de la zona, luego que un incendio se produjo en una de las tiendas.
Del mismo modo, la policía de Montreal sostuvo que se encontraba en el lugar con el único objetivo de brindar apoyo a los bomberos que serán encargados de desmantelar las carpas que queda allí, ya que según los efectivos, varios acampantes se habían retirado por su cuenta en los últimos días.
Un incendio en una de las carpas provocó alarma, días atrás.THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes
En una entrevista que publicamos meses atrás, el Frente de Acción Popular en Rediseño Urbano (FRAPRU), había sostenido que un número creciente de personas se encontraba en situación de precariedad respecto a la vivienda, debido al costo creciente del mercado inmobiliario, no sólo para la adquisición de un inmueble, sino también en lo que se refiere a las unidades rentadas.
La entidad recordó que en octubre último la provincia de Quebec había firmado un acuerdo con el gobierno federal, con el objetivo de implementar un plan de ayuda de acceso a la vivienda social y a precios accesibles, pero hasta el momento se ha avanzado poco en tal sentido.
Se trata de un monto de 3.700 millones de dólares a ser repartido en 10 años, cuyo destino principal es el financiamiento del plan de viviendas sociales, un programa de asistencia que permite el acceso a viviendas a bajo costo, subvencionadas por el Estado.
Material inflamable en el lugar, que agrega peligro a la situación. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes
El FRAPRU sostiene que la vivienda es un derecho fundamental, un bien esencial, al que todas las personas deben tener pleno acceso, independientemente de sus ingresos, condición social, origen étnico, sexo, identidad de género, orientación sexual, condición física o mental.
La entidad sostiene en su sitio web que el techo “es un derecho fundamental, un bien básico. Este derecho individual y colectivo a la vivienda debe tener prioridad sobre el derecho a la propiedad”, al tiempo que reclamó a las autoridades que hagan lo necesario para cumplir con la promesa electoral de entregar 15.000 viviendas sociales, como habían anunciado en la campaña electoral que le permitió llegar al poder y de las que hasta el momento sólo fueron libradas 2.500.
Según cifras de 2019, la cantidad de inmuebles desocupados llegó a 1,8 por ciento del total de las unidades disponibles, en comparación con el 0,7 por ciento que se había registrado en 2018.
Organizaciones sociales denuncian que más personas se encuentran en situación de calle. THE CANADIAN PRESS/Graham Hughes
Al mismo tiempo, el costo promedio de las viviendas aumentó 11 por ciento en los años señalados, lo que, en el contexto actual de pandemia, hace que mucha gente no cuente con los recursos suficientes para pagar una vivienda si no es con asistencia de un programa social.
Por su parte, las autoridades de Montreal sostuvieron que el incendio que se produjo en una de las carpas pudo haber tenido consecuencias mucho más graves, ya que en el lugar hay materiales inflamables, como garrafas de propano, que podrían estallar si entran en contacto con las llamas de un eventual incendio.
Efectivos de infantería, a caballo y en bicicleta circulaban por el predio informando a los acampantes que debían comenzar a empacar sus pertenencias para retirarse del lugar.
En agosto último se había calculado en más de 100 el número de carpas instaladas, mientras que a finales de noviembre la cantidad se había reducido a poco más de la mitad.
Fuentes: The Canadian Press / Radio-Canada / FRAPRU.
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