Las grandes distancias de la geografía canadiense, el segundo país más grande del mundo, que al principio de la pandemia funcionaron como una barrera natural de protección contra el virus en las regiones remotas y rurales, ahora tienen un efecto negativo.
Esto porque actualmente el Covid-19 se expande por esas regiones, que se encuentran vulnerables debido al aislamiento y sus limitados recursos y sistemas de atención médica.
La propagación del coronavirus ha abierto un nuevo frente de lucha en momentos en que las autoridades de salud de Canadá preparan un programa de vacunación logísticamente difícil. Simultáneamente, el aumento de las infecciones de Covid-19 amenaza con abrumar los hospitales.
Aunque en la primavera muchas pequeñas comunidades se salvaron del virus, ahora la pandemia está exponiendo sus fragilidades: las largas distancias que las separan de equipos médicos críticos, los altos niveles de contagio no detectado y las condiciones de hacinamiento.
Lorne Kusugak, ministro de Salud del territorio ártico de Nunavut dijo que las autoridades en esas regiones están luchando contra la pandemia con una mano atada a la espalda.
El gobierno de Nunavut despachó a más trabajadores de salud, junto con personal de la Cruz Roja Canadiense, en apoyo a las seis enfermeras que trabajan en la localidad de Arviat, que tiene unos 2.600 habitantes, dijo el alcalde de esa población, Joe Savikataaq Jr.
De los 51 casos activos de Covid-19 registrados en el Territorio de Nunavut, 49 se encuentran en el pueblo ártico de Arviat.
«Todo el mundo sabía que si llegaba aquí las cifras aumentarían rápidamente», dijo Savikataaq Jr.
Savikataaq Jr. señaló como factores causantes de esa situación la escasez de vivienda y el contacto de los residentes de Arviat con la ciudad de Winnipeg, a la que los residentes viajan para recibir atención médica rutinaria.
Winnipeg, la capital de la provincia de Manitoba, es en la actualidad una de las zonas de elevado contagio de la pandemia en el país.
Mike Stopay, director de la compañía de transporte aéreo Pacer Air Freight, dijo que en las últimas semanas su empresa ha estado llevando a las comunidades del norte canadiense insumos para la detección del coronavirus .
El territorio de Nunavut, con una extensión de 2.038.722 kilómetros cuadrados y una población de unos 36.000 habitantes, registró en los últimos 14 días una de las tasas más elevadas de casos de coronavirus entre las provincias y territorios canadienses: 222 infecciones por cada 100.000 personas.
El alcalde de Arviat, Savikataaq Jr. dijo que es prematuro planear la distribución de una vacuna. «En este momento todavía estamos combatiendo un incendio».
Dadas la fragilidad de las vacunas, éstas tendrán que ser transportadas en pequeños y múltiples vuelos para llegar a cada comunidad remota, dijo Stopay. Algunos aeropuertos son tan remotos que es necesario utilizar trineos de perros y motos de nieve para transportar los recursos enviados a los hospitales locales, dijo Stopay.
Michael Patterson, responsable de Salud Pública en Nunavut, dijo que la exigencia de un almacenamiento ultra frío para la vacuna COVID-19 de Pfizer hace que ésta no sea práctica para su distribución en todo el territorio.
Desde su punto de vista, la vacuna desarrollada por la farmacéutica Moderna sería la candidata a ser usada en «la mayoría o todas» las inoculaciones en Nunavut. Esta vacuna está en la lista de prioridades para los primeros envíos.
La provincia de Manitoba ha comprado unos 20 congeladores portátiles ultra fríos y tiene la intención de utilizar un pequeño número de «súper sitios» para vacunar a la población en la provincia.
Arlen Dumas, gran jefe de la Asamblea de Jefes indígenas de Manitoba, dijo que el enfoque regional ha sido mal concebido, ya que obligará a la población a viajar durante una pandemia, con los riesgos que esto implica para la salud. Las comunidades indígenas ya cuentan con un sistema de transporte de medicamentos, incluso por vía aérea, que funcionaría para enviar las vacunas, dijo.
Un visitante de Saskatchewan infectado con el Covid-19 que asistió a una boda en la Nación indígena cree Opaskwayak a finales de octubre desencadenó rápidamente la transmisión de la pandemia en la comunidad del norte de Manitoba, donde viven unas 3.800 personas.
Christian Sinclair, jefe Onekanew, dijo que todos los 28 ancianos que viven en el hogar de cuidados de Opaskwayak acabaron contrayendo la enfermedad.
Una docena de soldados llegaron para llevar a cabo tareas de apoyo al personal de la casa de cuidados mientras que las autoridades de Opaskwayak instalaron puntos de control para limitar las visitas.
Los pacientes del norte de Manitoba que necesitan cuidados intensivos son trasladados a Winnipeg, dijo Amy McGuinness, portavoz de Shared Health, Salud Compartida, una entidad del gobierno de Manitoba.
El gobierno ha estacionado un remolque refrigerado en el pueblo de The Pas, que tiene unos 5.500 habitantes, adyacente a Opaskwayak, para almacenar temporalmente los cuerpos de los fallecidos. La morgue local y la funeraria alcanzaron su capacidad máxima después de que la prohibición de llevar a cabo funerales obligó a las funerarias a almacenar los cuerpos más tiempo de lo habitual, dijo Amy McGuinness.
En la Primera Nación indígena de Shamattawa, en Manitoba, donde viven unas1.000 personas y a la cuál sólo se puede llegar por aire y carretera de hielo, el 50% de las pruebas de Covid-19 dan positivo, dijo la diputada federal Niki Ashton.
Entre los afectados por la pandemia se encuentran dos hogares de 12 y 15 personas cada una, dijo Ashton, añadiendo que una mujer contagiada de 60 años, con diabetes y tuberculosis subyacentes, fue llevada al sur para cuidados intensivos. Las Fuerzas Armadas canadienses desplegaron seis soldados para ayudar a esta comunidad.
Las comunidades rurales del sur de Canadá también están sufriendo los embates de la enfermedad.
En la localidad de Steinbach, Manitoba, los pacientes gravemente enfermos se ven obligados a viajar a otras poblaciones porque no hay camas para cuidados intensivos ni personal capacitado para operar los ventiladores, dijo el doctor Paul Foster.
«Encontrar una ambulancia o un helicóptero para transportarlos es un desafío», dijo Foster, que también acabó contrayendo el virus del Covid-19. «Nos estamos acercando al punto en el que vamos a ver malos resultados».
El virus se multiplicó tan rápido que las enfermeras de Steinbach a veces llevaban a cabo las consultas de clasificación del estado del paciente mientras ellos se encontraban sentados en sus coches.
En la región del Saguenay Lac-saint-Jean, en la provincia de Quebec, que produce un tercio del aluminio en Canadá, las autoridades dieron la alarma el mes pasado cuando se registraron más casos diarios que los detectados en Montreal, ciudad ocho veces más populosa.
Julie Bouchard, presidenta del sindicato de enfermeras de Saguenay, dijo que algunas enfermeras trabajaban hasta 16 horas diarias, debido a la ausencia de personal y a la capacidad limitada.
En Nunavut, el Ministro de Salud Lorne Kusugak dijo que los desafíos inmediatos son apremiantes.
«Se espera que la gente se aísle en una casa con una docena de personas… con una sala de baño apenas más grande que un armario de escobas… Sólo esperamos que la situación no empeore».
Lorne Kusugak, ministro de Salud del Territorio de Nunavut.
Fuente: Reuters / CBC / Canadian Press / RCI
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.