En Canadá, los líderes de dos partidos federales de la oposición en el Parlamento federal recibieron con satisfacción la noticia de que el presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, tiene la intención de anular un permiso presidencial que permite la construcción transfronteriza del oleoducto Keystone XL.
El 24 de enero de 2017 Donald Trump firmó en Washington un decreto presidencial para acelerar la construcción de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access y garantizar el uso de acero estadounidense en las tuberías construidas en el país.
Si Joe Biden anula esa autorización para la construcción de Keystone XL, esto acabaría sepultando definitivamente un proyecto retrasado durante mucho tiempo y que habría llevado más de 800,000 barriles diarios de combustibles fósiles desde Alberta hasta las refinerías en Texas.
La líder del Partido Verde, Annamie Paul, dijo que la esperada decisión del nuevo mandatario demócrata de bloquear ese proyecto muestra que EE.UU. pronto estará liderado por un «guerrero climático» comprometido, mientras que el liderazgo de Canadá «no es serio en cuanto a abordar la emergencia climática».

El líder del NPD Jagmeet Singh, izquierda, y la líder del Partido Verde Annamie Paul, derecha, dijeron que Canadá necesita llevar adelante la transición de las industrias extractivas como el petróleo y el gas hacia fuentes de energía más limpias. (Fotos: Adrian Wyld/The Canadian Press)
El Primer Ministro Justin Trudeau ha apoyado por mucho tiempo ese proyecto petrolero, inclusive desde que se postulaba como candidato a la dirección del Partido Liberal federal en 2013.
El proyecto Keystone XL ha sido defendido por la industria petrolera canadiense porque le permitiría a los productores canadienses obtener precios más cercanos a los que rigen en el mercado mundial.
La embajadora de Canadá en EE.UU., Kirsten Hillman, emitió un comunicado el pasado domingo destacando que el gobierno canadiense «sigue apoyando el proyecto Keystone XL y los beneficios que traerá tanto a Canadá como a los Estados Unidos».
«Esta infraestructura transportará de modo seguro el petróleo crudo canadiense, que es producido bajo uno de los marcos de políticas ambientales y climáticas más vigorosos del mundo, y fortalecerá la vital relación energética entre Canadá y Estados Unidos».
Kirsten Hillman, embajadora de Canadá en EE.UU.
Hillman dijo que el proyecto «ha cambiado significativamente desde que fue propuesto por primera vez», añadiendo que la intensidad de las emisiones contaminantes del sector petrolero de Alberta ha sido reducida drásticamente en los últimos dos decenios.

Kirsten Hillman, embajadora de Canadá en los Estados Unidos, dijo que Canadá continúa apoyando los méritos del proyecto petrolero Keystone XL. (Foto: CBC)
La embajadora canadiense dijo que las emisiones contaminantes que resultan de la explotación de las arenas bituminosas han disminuido en un 31% por barril desde el año 2000, después de que la provincia de Alberta pusiera en vigor nuevas políticas de protección medioambientales. Desde entonces, el proyecto también ha obtenido el apoyo de algunas comunidades indígenas a ambos lados de la frontera.
Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático en el Parlamento canadiense, aplaudió la esperada acción ejecutiva de Biden destacando que tal iniciativa contrasta con el continuo apoyo del primer ministro Justin Trudeau a algunos proyectos de extracción de recursos naturales, incluyendo los combustibles fósiles.
«Estoy de acuerdo con esa decisión. No apoyo el proyecto Keystone XL. Esta es la dirección que el futuro requiere, tenemos que luchar contra la crisis climática».
Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático.
Singh dijo que el gobierno de Canadá tiene que dejar de apoyar proyectos relacionados con el petróleo como la expansión del oleoducto Trans Mountain para apoyar en su lugar a la creación de empleos que protejan el medioambiente, o “verdes».
Para Singh, el primer ministro Trudeau debería liderar la transición global de las industrias extractivas como el sector del petróleo y el gas hacia las energías limpias.
Entre estas energías limpias figuran la energía solar, la eólica y la geotérmica, además de nuevas fuentes como la utilización de las corrientes marinas para generar electricidad.

Trump otorgó un permiso de construcción del proyecto de construcción de l oleoducto Keystone XL, que había sido previamente cancelado por el ex presidente Obama en 2015. (Imagen: CBC)
«Los mercados mundiales muestran de manera absolutamente clara que los empleos del futuro son aquellos que nos ayudan a luchar contra la crisis climática y es ahí donde tenemos que hacer inversiones. Justin Trudeau ha fracasado en esto».
Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático.
Por su parte, el líder conservadora Erin O’Toole dijo que la decisión de EE.UU. de rescindir el permiso para la construcción del oleoducto Keystone XL pondría en peligro al sector petrolero de Canadá y las decenas de miles de puestos de trabajo que están vinculados a esta industria.
«Esta medida devastará a miles de familias canadienses que ya han sido seriamente afectadas por la crisis económica. Hago un llamado al Primer Ministro para que se ponga en contacto inmediatamente con la administración entrante en Estados Unidos para impedir que esto suceda y que defienda a los trabajadores canadienses en todo Canadá».
Erin O’Toole, líder del Partido Conservador de Canadá.
Según Paul Lefebvre, secretario parlamentario del ministro canadiense de recursos naturales, el equipo de transición de Biden no ha notificado formalmente al gobierno de Trudeau sus intenciones en torno al oleoducto.
Lefebvre no dijo si Trudeau se había comunicado con el equipo de Biden en respuesta a los informes sobre la cancelación del permiso a Keystone XL, aunque dijo que los funcionarios canadienses siguen defendiendo el proyecto ante los funcionarios estadounidenses de la administración Trump.

La producción de petróleo a partir de las arenas bituminosas de Alberta es uno de los procedimientos más caros y más contaminantes en esta industria. La caída de los precios del petróleo ha hecho inviable la explotación comercial de estas arenas. (Foto: CBC)
«La administración Biden conoce claramente cuál es nuestra posición. Defendimos el proyecto a través de nuestra embajadora y seguimos argumentando sobre la importancia de este proyecto», dijo Lefebvre. «Especular sobre cuáles serán sus decisiones en este momento no es algo en lo que queramos participar».
El primer ministro de la provincia de Alberta, Jason Kenney, instó a los funcionarios de la administración de Biden a reunirse inmediatamente con los responsables canadienses para discutir el futuro del proyecto, diciendo que un «veto retroactivo» como el que Biden está considerando podría poner en riesgo otros vínculos energéticos críticos.
«Esta es una elección muy simple: o bien Estados Unidos tiene acceso a energía medioambientalmente responsable producida en un aliado democrático cercano, o se vuelve más dependiente de las importaciones de petróleo extranjero de Venezuela y otras dictaduras de la OPEP en el futuro», dijo Kenney, refiriéndose al cártel petrolero liderado por Arabia Saudita.
«El gobierno de Estados Unidos le debe a Canadá el respeto de por lo menos sentarse con nosotros y hablar de este proyecto vital en el contexto más amplio de nuestro desafío común de abordar el cambio climático, la seguridad energética continental y cuestiones más amplias».
Jason Kenney, primer ministro de la provincia de Alberta.
Este proyecto petrolero ha sido durante mucho tiempo una piedra en el zapato en la relación entre Canadá y Estados Unidos.
El ex primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, criticó abiertamente al ex presidente demócrata, Barack Obama, cuando este decidió bloquear la construcción transfronteriza mediante una orden ejecutiva.

La Asociación Canadiense de Productos Petrolíferos espera que la producción de arenas petrolíferas aumente de 2.4 millones de barriles por día en 2016 a 3.7 millones de barriles por día en 2030. (Foto: Kinder Morgan)
Harper predijo que el oleoducto se construiría «con o sin Obama». Esa construcción finalmente no sucederá si Joe Biden, que anunció que Estados Unidos volverá al Acuerdo de París sobre el cambio climático, también decide abolir ese polémico proyecto de oleoducto.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sacó de la tumba ese proyecto cuando revocó las acciones de Obama en 2017 e invitó al proponente, la petrolera TC Energy, a solicitar nuevamente los permisos necesarios.
Trump, un ferviente defensor de los combustibles fósiles causantes del recalentamiento planetario, dijo que ese oleoducto aseguraría la independencia energética de América del Norte y crearía empleos bien pagados y sindicalizados.

El ex primer ministro Stephan Harper, izquierda, y su ex ministro Jason Kenney apoyaron la construcción de oleoductos. (Foto: Prensa Canadiense/Sean Kilpatrick)
A pesar del apoyo de Trump, la empresa petrolera tuvo que enfrentar una avalancha de acciones legales por parte de grupos indígenas y de protección del medioambiente en los estados situados a lo largo de la ruta. Esos litigios retrasaron sustancialmente la construcción del proyecto de expansión de un oleoducto que iba a conectarse con el sistema existente de tuberías de la petrolera Keystone.
Aunque tiene la esperanza de una solución diplomática, Jason Kenney dijo que la provincia de Alberta ha contratado servicios jurídicos a ambos lados de la frontera para llevar a cabo las demandas judiciales en caso de que Biden decida poner fin al proyecto Keystone XL.
En 2014, la empresa TC Energy inició una acción legal bajo una sección del antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) después de que Obama le negó el permiso de construcción a la compañía. Esa acción fue abandonada después de que Trump fue elegido a la presidencia el 20 de enero de 2017.
Fuentes: Reuters / CBC / J. P. Tasker / Canadian Press / RCI
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