Bocadillo seguirá trabajando únicamente para envíos a domicilio y comida para llevar, mientras que Studio Claudio’s está ya listo para reabrir sus puertas. Fotos: Cortesía / Laura Uzcátegui / Claudio Sepúlveda

Medidas sanitarias en Montreal: dos caras de una realidad

Dos caras de una misma realidad. Mientras unos agradecen el poder reabrir sus comercios tras más de un mes de cierre total, otros siguen esperando poder tener la misma noticia, sin saber, siquiera, cuándo esto se materializará.

El gobierno de Quebec anunció este martes una serie de cambios a las medidas de restricción impuestas en la segunda ola de la COVID-19. Esta provincia canadiense es la segunda más golpeada de Canadá en número de casos, pero es la primera si se analizan las estadísticas de la enfermedad en relación con su población. Hasta ahora, el número de casos confirmados es de más de 265 000 y las muertes por coronavirus se acercan a las 10 000.

Tras registrar hasta 3000 nuevos casos diarios, el número ha descendido y está poco por encima de los 1000, precisamente lo que las autoridades esperaban para poder dar un poco más de flexibilidad a las medidas.

De cuatro a dos comercios y sobreviviendo

La flexibilización no cubre todos los sectores. En las zonas que permanecen en código rojo, de acuerdo con el sistema establecido por el gobierno provincial para determinar el riesgo, solo reabrirán sus puertas los centros comerciales, las tiendas, las peluquerías, los centros de estética y los museos. Montreal es una de las regiones que seguirá “en rojo”.

Pero los restaurantes deberán seguir ofreciendo únicamente los servicios de envío a domicilio y para llevar, pues sus salas para comer permanecerán cerradas. Caso contrario a lo que ocurrirá a partir del 8 de febrero en las zonas en código naranja, donde los restauradores ya recibieron luz verde para recibir a sus clientes en sus establecimientos, siempre y cuando sean de una misma burbuja familiar y provengan de la región donde está el restaurante.

Laura Uzcátegui es propietaria de Bocadillo, restaurantes especializados en comida venezolana ubicados en Montreal. Previo a la pandemia existían en esta ciudad canadiense cuatro Bocadillos. Dos de ellos ya no existen. Uno está trabajando solo tres días a la semana y otro, el más antiguo, es el caballito de batalla.

Uzcátegui tenía la esperanza de que el martes Legault permitiera a todos los restaurantes abrir sus salas para comer. Aunque el comercio más pequeño que tiene, ubicado en la calle Saint-Laurent, ha tenido buenas ventas, aseguró que es difícil sobrevivir en la realidad actual.

“Empezamos el 2020 con cuatro Bocadillo. El primero que cerramos fue el del centro de Montreal porque sabíamos que no íbamos a sobrevivir sin el personal de las oficinas (muchos debieron irse a trabajar a casa). El segundo que cerramos fue el más nuevo que teníamos, en la Universidad Concordia, porque no había estudiantes. El tercero, que es el Bocadillo Bistro, que es más grande -el de eventos- está siendo mucho más difícil de manejar porque es muy grande, pagamos una renta muy grande y no hay clientes. Nos ha costado muchísimo”, dijo a RCI.

Aunque el Bistro abrió durante el verano, haciendo todas las modificaciones que pidió el gobierno para poder mantenerse operando -como inversiones para separadores, reducir a  la mitad la clientela, etc-, la situación ha sido compleja desde octubre de 2020.

“Este no es un restaurante al que la gente generalmente comida para llevar, cosa muy diferente al primer Bocadillo, que abrimos hace 12 años y que no ha sufrido tanto. Sí, por supuesto, las ventas disminuyeron, pero siendo un local pequeño estamos acostumbrados a hacer delivery y takeout. Estamos enfocados en ese, toda la fuerza está dedicada a ese. Aprovechamos cuando cerramos para remodelar, cambiamos menú…. Ahora estamos esperando que nos permitan abrir por completo. La gente sigue preguntando si pueden comer allí”.

En ambos restaurantes muchas personas siguen optando por el delivery, pero Uzcátegui recordó que las empresas que prestan este servicio  cobran 30% de comisión, algo que no es atractivo para los propietarios de los establecimientos.

El primer local de Bocadillo, abierto hace 12 años, está siendo el caballito de batalla durante la pandemia. Foto: Cortesía / Laura Uzcáteguir

“Quise subir los precios, pero me dije que la gente no iba a pagarlo. Estoy trancada en tres y dos. No quiero cerrar el restaurante definitivo, pero cómo cuesta. Muchos han entendido y tratan de ir a buscar la comida porque ya saben que los delivery cobran 30%, pero la mayoría de la venta sigue siendo por delivery”, agregó.

La ventaja para Uzcátegui es que Bocadillo es un restaurante familiar y cuenta con el apoyo de sus hijos, aunque lamenta que haya tenido que despedir personal. “No puedo pagarlo”, aseveró.

En el caso del Bistro, ubicado en la Pequeña Italia, este sigue operando pero únicamente viernes, sábado y  domingo. Este sector de Montreal está prácticamente inoperativo con los cierres, pero Uzcátegui cree que sería idóneo poder abrir completamente el restaurante una vez se retome el comercio. “Ahora que va a haber movimiento en las calles ¿por qué no nos dejan abrir?” preguntó.

“Déjennos abrir. Con las medidas que habíamos implementado como el 50% de la capacidad. Yo creo que en los restaurantes es fácil mantener el distanciamiento físico, mantener los sistemas de seguridad, la gente mantiene su tapaboca cuando llega y se lo quita para comer. Yo creo que eso lo podemos manejar. No se ha demostrado que los contagios provengan de los restaurantes, sino en las casas. Sigan manteniendo el toque de queda, cerramos más temprano. Pero dennos el chance de abrir para poder sobrevivir mejor a lo que estamos haciéndolo ahora”.Laura Uzcátegui, propietaria de Bocadillo’s, restaurante en Montreal

Recordemos en este punto Quebec es la única provincia canadiense que ha impuesto un toque de queda, medida que está activa desde el pasado 9 de enero y que se mantendrá, por ahora, hasta el 22 de febrero.

Citas completas

En el otro lado de la moneda está Claudio Sepúlveda, quien celebra en estos momentos poder reabrir su salón de belleza, ubicado en el vecindario de Verdun.

El lunes 8 de febrero, Sepúlveda, como decenas de propietarios de peluquerías y  centros de estética, podrán recibir nuevamente a sus clientes.

“Estoy supercontento, porque además el lunes es mi cumpleaños, entonces es como un regalo. Ya necesitábamos trabajar. Sinceramente no necesito préstamos, necesito trabajar”, comentó en entrevista a RCI.

Durante este nuevo periodo de cierre, comentó el propietario de Studios Claudio’s, sus empleados tuvieron acceso al Seguro de Empleo y quienes trabajan a tiempo parcial recibieron la ayuda de emergencia del gobierno federal.

Studio Claudio’s cerró sus puertas, nuevamente, el pasado 20 de diciembre, luego de las medidas impuestas por el gobierno de Quebec durante la segunda ola de la pandemia. Foto: Cortesía / Claudio Sepúlveda.

Para su reapertura ya está todo listo en el salón, según comentó su dueño, pues las grandes inversiones fueron realizadas durante la primera reapertura. De esta manera, en la peluquería ya fueron adoptadas todas las medidas sanitarias requeridas para trabajar con seguridad.

“Los salones de belleza no son un foco de infección. En el primer confinamiento, abrimos luego y no hubo problemas. Nos tomamos las precauciones que tenemos que tomar. Si los sábados por ejemplo hay mucha gente en la entrada, yo mismo salgo y pido a los clientes que esperen en sus carros. No somos un problema para la salud pública. En el primer confinamiento nos dimos cuenta lo importante que somos para la gente, para mantener su humor”Claudio Sepúlveda, propietario de Studio Claudios & DiPau

Una vez los clientes de Studios Claudio’s supieron que abrirían el lunes próximo, se fueron en su mayoría al sitio web del salón de belleza para hacer sus reservaciones. De hecho, ya no hay cupos para la próxima semana, mientras las dos siguientes solo quedan la mitad de las citas disponibles.

Categorías: Sociedad
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