El consumo de pastillas para dormir es elevado entre las personas de la tercera edad de las provincias atlánticas canadienses: Terranova y Labrador, Isla del Príncipe Eduardo, Nueva Escocia y Nuevo Brunswick.
De acuerdo con un análisis del profesor y psiquiatra David Gardner, el problema con el elevado consumo de estos medicamentos es que puede generar otros inconvenientes en la salud.
En el caso específico de Nuevo Brunswick, por ejemplo, 24% de las personas de la tercera edad de esta provincia toman pastillas para dormir, una proporción que es bastante más elevada que el promedio de todo Canadá, que se ubica en 7%. La data recabada por el profesor de la Universidad Dalhousie (Halifax) corresponde a 2019, es decir, no analiza los datos de 2020, año en el que inició la crisis sanitaria.
En general, las personas de la tercera edad recurren a estos medicamentos porque los cambios en los patrones de sueño son comunes, es decir, es parte natural del envejecimiento. Suele suceder que las personas mayores tienen menos cantidad de sueño profundo y éste puede ser fraccionado. Es común conocer casos de personas que se despiertan muy temprano en la mañana y no concilian el sueño nuevamente.
Gardner explicó a CBC News que muchos creen que esos cambios son anormales y, por ello, recurren a las pastillas para recuperar el patrón de sueño que tenían años previos.
Pero el especialista reiteró que el uso continuo de estas pastillas, en la población mayor, puede generar efectos en su salud, siendo uno de los problemas más repetitivos las caídas. Según el experto, los medicamentos para dormir hacen que los que los consuman estén un poco inestables.
Aún cuando muchos de estos incidentes pueden no terminar en una lesión significativa, hay un impacto en la confianza de las personas. “Te levantas y piensas ¿qué acaba de pasar?, pero vas perdiendo la confianza. Socializas menos y caminas menos. Esto no es bueno ni para la salud mental ni para la salud fìsica”, dijo Gardner a CBC.
Saskatchewan es la provincia canadiense en la que las personas de la tercera edad toman menos pastillas para dormir (proporción de 4% de la población analizada). “Si comparamos el consumo en la Isla del Príncipe Eduardo a la de Saskatchewan se evidencia que por cada 100 pastillas que consumen las personas de la tercera edad en Saskatchewan, 250 son usadas en la IPE.
Si bien no hay factores claros que definan esta diferencia, Gardner cree que el único factor que podría incidir en la decisión de tomar o no pastillas para dormir es el cultural. “¿Es algo a lo que nos hemos acostumbrado a lo largo del tiempo?”, se preguntó.
Otro de los problemas que puede generar el uso continuo de medicamentos para dormir es la pérdida de la memoria, esto debido a que las pastillas no crean el tipo de sueño reparador que es necesario para consolidar recuerdos a largo plazo.
Además, dijo el experto, también puede generar problemas al conducir.
Hacer terapia cognitiva conductual para el insomnio es una de las recomendaciones que hace Gardner para este grupo demográfico. Se trata de un tipo de terapia que cada vez tiene más seguidores y que se ha hecho más accesible.

El insomnio es común mientras envejecemos, pues con la edad los patrones de sueño cambian. Foto: iStock
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Nuevo estudio
Las estadísticas del consumo de medicamentos para dormir entre personas de 65 años o más en Nuevo Brunswick llevó al experto a proponer un nuevo estudio, a través del cual prevé medir si las personas que ya toman pastillas estarían dispuestas a buscar alternativas si les dieran esta opción.
El estudio fue bautizado YAWNS, Your Answers When Needing Sleep (Respuestas cuando necesitas dormir) y prevé el enviar información que explique detalles sobre la terapia.
“La terapia cognitiva conductual para el insomnio establece una serie de estrategias que pueden ser aprendidas. Puedes lograr una mejor relación con la cama y dormir de nuevo”, explicó.

La terapia cognitiva conductual para el insomnio puede ser una aliada para aliviar los problemas de sueño. Foto: iStock
Datos en 2020
Durante los primeros meses de la pandemia, el consumo de pastillas para dormir aumentó en Canadá 15%, de acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Sleep Research.
La especialista detrás del estudio explicó que “mientras algunos de estos problemas de sueño pueden ser temporales, debe ser una alta prioridad garantizar que no se conviertan en desórdenes crónicos del sueño”.
Rébecca Robillard, de la Universidad de Ottawa y del Instituto Real de Investigación en Salud Mental (Ottawa, Ontario) agregó que “hemos visto un aumento en el uso de medicación para dormir durante la pandemia. Considerando los riesgos conocidos por el desarrollo de tolerancia a estos medicamentos, esto puede prever un aumento de casos más complejos de insomnio en el largo plazo”.
El estudio fue realizado a través de una encuesta en línea con la participación de 5525 canadienses, entre el 3 de abril y el 24 de junio de 2020.
De acuerdo con este sondeo, 36% de los entrevistados reportaron dificultades para dormir previo a la COVID-19. Durante los primeros meses de la pandemia, la proporción aumentó a 50,5%.
Para lidiar con esos problemas, 8% de los participantes en el estudio dijeron que utilizaron más medicamentos, bien sea prescritos o de compra libre.
Si bien aún no hay disponibles datos sobre la venta de medicamentos para dormir en Canadá, sí se sabe que durante el primer año de pandemia se disparó la comercialización de antidepresivos, en especial, debido al consumo por parte de nuevos pacientes.
RCI con información de CBC News y Journal of Sleep Research
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