Canadá se sumó a otros 57 países para crear una coalición internacional que se propone poner fin a las detenciones arbitrarias en el mundo, principalmente aquellas que obedecen a motivaciones políticas.
La entidad surge luego de intensas negociaciones entre diferentes gobiernos, que en el caso canadiese estuvo representado por el ex ministro de Relaciones Exteriores Francois-Philippe Champagne.

Los canadienses Kovrig y Spavor siguen detenidos en China. Foto: THE CANADIAN PRESS/AP.
La declaración fundacional de la coalición hace hincapié en la necesidad de poner fin a la detención de ciudadanos extranjeros, por parte de las autoridades de un país, con el fin de usarlos como herramienta de presión política.
En el caso específico de Canadá, las autoridades de Ottawa mantienen una relación tensa con su pares de China, debido a la detención allí de los ciudadanos canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, mantenidos en cautividad por Pekín desde hace más de dos años.
Las autoridades chinas acusan a los dos hombres de haber realizado tareas de espionaje en su territorio, mientras que los responsables canadienses mantienen que el emprisionamiento de ambos es una represalia por el caso de Meng Wanzhou, ejecutiva de la firma china Huawei, que se encuentra bajo arresto domiciliario en Columbia Británica, a la espera que se defina un pedido de extradición por parte de Estados Unidos.
Washington acusa a la mujer de conspirar para defraudar a varias instituciones estadounidenses.
Champagne dijo que la entidad es el fruto de su deseo de hacer algo concreto para lograr la liberación de los dos canadienses, que a la fecha llevan 798 días encarcelados en China.

Meng Wanzhou está en el centro de la discordia. THE CANADIAN PRESS/Jonathan Hayward
Canadá considera que el apoyo de la comunidad internacional es esencial para conseguir que los dos hombres sean liberados, aunque algunos analistas creen que la gestión sería mucho más fácil si se restituye la libertad a Wanzhou, sobre quien no pesa ninguna denuncia o acusación en suelo canadiense.
La situación de Kovrig y Spavor figura como la prioridad número uno de la coalición, aunque también se ocuparía de otros países a los que se señala como responsables de hacer un aprovechamiento político de la detención de personas, para usarla como cohesión ante otros gobiernos.
Como es habitual en estos casos, la declaración no hace mención alguna a las irregularidades cometidas por países a los que Occidente califica como democráticos o con los que mantiene intereses económicos estrechos.
Si bien las divergencias de opinión y entredichos pueden formar parte de las relaciones entre naciones, Champagne sostuvo que es “inaceptable que ciudadanos de nuestro país (…) vivan con el temor de ser usados como moneda de cambio”, según declaraciones que reproduce la agencia The Canadian Press.
Fuente: The Canadian Press.
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