Ignancio Vázquez, trabajador migrante mexicano en Leamington (Ontario) (Foto: THE CANADIAN PRESS/ Jason Kryk)

Debaten condiciones de la vivienda para trabajadores agrícolas en Leamington

El Concejo municipal de la ciudad de Leamington, que tiene unos 33.000 habitantes y se encuentra en la provincia de Ontario, decidió postergar la modificación del plan oficial y los reglamentos de zonificación de la ciudad para regular las viviendas para los trabajadores agrícolas, así como las pensiones en las que se alojan.

Según un estudio llevado a cabo por la firma consultora Dillon Consulting, contratada por la Municipalidad de Leamington en 2020 para revisar y actualizar el tema de la vivienda para los trabajadores agrícolas en esa región, Leamington alberga más del 60 de los invernaderos en la provincia de Ontario y genera 1.000 millones de dólares en ingresos agrícolas al año.

Esas ganancias son posibles gracias a la presencia de miles de trabajadores extranjeros temporales, a quienes en principio se les debe proveer vivienda adecuada tras su arribo al país. Hasta el año 2019, a los 3.000 trabajadores provenientes de México se sumaban otros 5.000 trabajadores de distintos países del Caribe que llegaban a trabajar al condado de Essex, donde se encuentra Leamington.

Hasta antes de la pandemia, unos 50.000 trabajadores migrantes del Caribe, México y otros países llegaban a Canadá a través del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, buena parte de ellos a laborar en las granjas y viveros del país.

Leamington es considerada la capital canadiense de la producción de tomates. (Foto: Maggie MacPherson / CBC)

Desde la declaración de pandemia mundial por la OMS el 11 de marzo de 2020, unos 1.500 trabajadores agrícolas temporales en Leamington dieron positivo con el Covid-19 para septiembre del año pasado. Tres de ellos murieron. El establecimiento de medidas sanitarias como la cuarentena y las condiciones del aislamiento han sacado a la luz pública las condiciones de vida y de trabajo de estos obreros.

Resultado de ello es que se comprobaron situaciones de hacinamiento en las cuales el aislamiento era virtualmente imposible. Las condiciones deplorables de las viviendas donde son alojados algunos de estos trabajadores también fueron dadas a conocer por trabajadores que tuvieron que huir de ese tipo de situaciones.

Ahora, Leamington está tratando de establecer normas para hacer más seguras las viviendas donde viven los trabajadores agrícolas así como las casas en las que viven varios inquilinos.

Tras una reunión extraordinaria, los concejales de Leamington votaron a favor de tomar una pausa para estudiar las sugerencias presentadas por siete representaciones, entre las que se encuentran los portavoces de las granjas de invernaderos.

Frank Ricci, un abogado que representa a dos empresarios agrícolas, declaró ante el consejo que «cuanta menos regulación exista, mejor».

Hilda MacDonald, alcaldesa de Leamington, Ontario. (Foto: CBC)

La alcaldesa de Leamington, Hilda MacDonald aclaró a Ricci que el concejo se ha visto «obligado» a aplicar esta normativa debido a que, durante la pandemia, han salido a la luz pública las deplorables condiciones de vida a las que se han visto sido sometidos algunos trabajadores agrícolas, como fue el caso del obrero mexicano Joni Ismael Velázquez, quien tuvo que huir de su empleador.

MacDonald explicó que los derechos humanos también pueden ser violados cuando se hacina a unas cincuenta personas entre los muros de una casa pequeña. Ella añadió que era prudente que el concejo municipal estudie en detalle todas las propuestas presentadas antes de tomar una decisión final.

El subalcalde de Leamington, Larry Verbeke, sugirió que ese informe sea presentado al concejo en tres meses. El Concejo optó por pedir a la administración un informe lo antes posible.

Con cerca de 2.000 acres de tierra ocupados por la industria agrícola en el condado de Essex, uno de los aspectos clave de la economía local es la provisión de viviendas para la población de trabajadores agrícolas de la que depende la industria.

La diferencia ahora es que las condiciones de esas viviendas deben ser lo suficientemente adecuadas como para impedir que los estragos del Covid-19 paralizen una industria en la que si los trabajadores se enferman, se pierden las cosechas.

Fuentes: CBC / Leamington.ca / Dillon Consulting / CTV / Canda.ca / Canadian Press / RCI

Categorías: Economía, Inmigración y Refugiados, Internacional, Política
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