Una mujer embarazada fue agredida por un hombre que se negó a portar un tapabocas mientras se hallaba en el interior de un comercio ubicado en la localidad de Trois-Rivières, en el sur de la provincia de Quebec.
La víctima, empleada en el local, cumplía su turno laboral el último fin de semana, en momentos en que ingresó un cliente que no tenía colocada la máscara contra el Covid-19, por lo que la empleada le solicitó que se la pusiera, a lo que el sujeto se negó y se retiró del lugar.
Pocos minutos después, el hombre se presentó nuevamente, otra vez sin barbijo, y se dirigió a una de las heladeras del comercio, de la que sustrajo mercadería que comenzó a consumir en el sitio.
Tras los reclamos de la empleada, el agresor la golpeó con violencia en la cabeza y la empujó, arrojándola contra una pared, para luego abandonar el local, dándose a la fuga.
El consorte de la mujer dijo que el atacante hizo uso de una violencia extrema y gratuita y reconoció haber sentido temor por su esposa encinta y por el bebé que ella se encuentra gestando.
La agredida debió ser trasladada al hospital, donde se le realizaron diversos estudios para verificar el estado de su embarazo.
El esposo colabora en el comercio desde hace pocas semanas, luego de haber perdido su empleo, por efecto de la pandemia.
El agresor fue detenido más tarde por la policía y el lunes fue llevado ante los tribunales locales, donde enfrentó la acusación por los cargos de asalto y agresión.
Está previsto que el acusado comparezca por segunda vez, al tiempo que la justicia rechazó el pedido de libertad presentado por la defensa.
Alison Thompson, profesora de bioética en la Universidad de Toronto, citada por el Periódico de la Asociación Médica Canadiense (CMAJ), sostiene que la oposición al uso de máscaras se basa en la desconfianza que algunas personas muestran en los mensajes de salud pública y en la propia ciencia en torno al coronavirus.
Según la Red Canadiense contra el Odio (Canadian Anti-Hate Network), el movimiento antimáscara y antivacunas que se expresó con fuerza hace meses en Quebec, pero también en otras provincias canadienses, mantiene vínculos estrechos con grupos violentos, dedicados a la propagación de mensajes de odio.
Algunos adherentes a las teorías conspirativas se manifestó el lunes, en la misma localidad donde el fin de semana ocurrió la agresión a la mujer embarazada, cuando el primer minsitro federal Justin Trudeau y su par provincial Francois Legualt se hicieron presentes, en ocasión de un anuncio sobre la red de alta velocidad de Internet.
De todos modos, se trata de grupos que hasta el momento han conseguido una adhesión minoritaria a sus posturas.
Fuentes: The Canadian Press / Periódico de la Asociación Médica Canadiense / Red Canadiense contra el Odio.
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