La pandemia de coronavirus modificó de manera abrupta nuestros hábitos y rutinas, obligándonos a una realidad que parecía impensada tan sólo unos días antes de la aparición de los primeros contagios.
Aunque las situación parece lejos de estar encausada, los expertos no dejan de pensar en cómo serán nuestras vidas en la pospandemia.
La flexibilidad parece ser una de las marcas del tiempo por venir, sobre todo en el ámbito laboral.

Destacar las habilidades por sobre la calificaciones y la experiencia, esa es la clave. Foto: iStock.
Saber adaptarse
Si el mundo del trabajo es una de las facetas de la actividad humana que más ha sido modificada por la llegada del coronavirus, el proceso de mutación parece no haberse detenido y el futuro laboral estará signado por cuán flexibles puedan ser trabajadores y empleadores para redefinir su relación.
Así lo sostiene el Conference Board of Canada, entidad dedicada al análisis económico y de las política públicas.
Según Bryan Gormley, experto de la entidad, tanto los trabajadores como las empresas deberían marcar un giro en los patrones que guiaban hasta ahora sus lineamientos, tanto en la búsqueda de empleo como en la contratación de mano de obra.
El analista sostiene que es necesario ir más allá de las credenciales educativas y la experiencia laboral acumulada, para repensar el contexto en el que se desarrollarán las relaciones laborales una vez que la pandemia haya sido contenida o incluso eliminada, si acaso eso es posible.
El eje, de ahora en adelante, debería estar puesto en las capacidades de la persona, que serán las que marcarán la diferencia tanto en su trayectoria personal como en el beneficio que la organización obtenga por su tarea.

Algunos empleos podrán recuperarse, otros ya no serán viables. Foto: iStock.
Viejos son los modelos
La ola de medidas restrictivas que impuso el gobierno para contener la enfermedad se ha traducido en un impacto inédito en la vida económica, con una baja sustancial de la actividad, menor demanda de productos, reducción de los desplazamientos y la irrupción o aceleración del teletrabajo.
En algunos casos, la situación se tradujo en cierres de empresas y negocios, pérdida de puestos laborales, simplificación de tareas y también sofocamiento financiero, tanto para las firmas como para los particulares.
El experto sostiene que si algo no ha desaparecido son las habilidades con las que cuentan los trabajadores desplazados. Las empresas aún en pie seguirán necesitando trabajadores calificados que puedan cumplir con eficiencia la diversidad de tareas que desarrolla la entidad.
Una investigación realizada por el Conference Board y el Future Skills Centre propone que es necesario un cambio de paradigma en el mundo del trabajo y que las habilidades deben ser puestas en el centro, por encima de los títulos y diplomas o la experiencia previa.
A la hora de preparar el cv para lanzarse a la búsqueda de un nuevo empleo, “destacar las habilidades sociales y emocionales altamente transferibles, como la escucha activa, el pensamiento crítico y la percepción social, puede hacer más atractivos a los candidatos a un puesto de trabajo”, sostiene la entidad.
En tal sentido, ya se encuentran al alcance de la mano numerosas herramientas que pueden ayudar a los candidatos en su capacitación y entrenamiento para mejorar sus posibilidades de empleo, como los numerosos cursos de formación en línea, muchos de ellos gratuitos y la aparición de “micro-credenciales” que certifican las calificaciones del aspirante.

Es hora de redefinir criterios y exigencias. Foto: iStock.
El empleador también
Pero la realidad laboral ha cambiado para todos y no se trata de exigirle al trabajador que cargue solo con el peso de la transformación.
Los empleadores que buscan construir o reconstruir su fuerza de trabajo encontrarán que tienen más opciones si miran más allá de los requisitos tradicionales de educación y experiencia.
Al menos en algunos casos, es posible que los trabajadores con las capacidades que buscan los empresarios ya se encuentren dentro de la plantilla actual, pero para identificarlos es necesario que los hombres de negocios piensen de manera diferente y que a su vez hagan un ejercicio de flexibilidad, dando a los trabajadores la oportunidad de demostrar que cuentan con la habilidad que la organización necesita para hacer frente a los desafíos de la pospandemia.
Después de todo, para el trabajador, conseguir el empleo que le brinde los recursos para vivir dignamente, y para el empresario, encontrar al empleado que cumpla con eficiencia la tarea que requiere su firma, son dos objetivos básicos y simples, que la pandemia no ha logrado cambiar.

Los empresarios también deben modificar sus paradigmas. Foto: iStock.
Realidad en números
Según datos elaborados por la agencia canadiense de estadísticas, el mercado laboral canadiense perdió 63.000 puestos de trabajo en diciembre de 2020, lo que significó una contracción del 0,3 por ciento.
Ese mismo mes, 1.1 millón de trabajadores se vio afectado por las medidas restrictivas en vigencia, en la mayoría de los casos con la pérdida de la fuente laboral.
La tasa de desempleo del último mes de 2020 llegó al 8,8 por ciento, un incremento de 0,2 puntos respecto al mes precedente.
El sector servicios fue una de las áreas afectadas por la contracción del mercado del trabajo, así como otros sectores de la economía.
De todos modos, las consecuencias de la pandemia sobre el ámbito laboral parecen haber sido mitigadas, en buena parte, por el teletrabajo, cuya instrumentación se daba de manera muy tímida en algunas áreas antes del coronavirus.
Tal vez sea esta una muestra de que la flexibilidad al hablar de empleo ayudará a reducir los impactos de la crisis del Covid, en la que aún estamos inmersos.
Fuente: The Conference Board of Canada / Agencia canadiense de estadísticas.
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