Así se expresó el 1o de abril pasado, el codirector del Centro de Refugiados FCJ de Toronto cuando comenzaron las jornadas de vacunación organizada por el Programa de Medicina Social de la Red Universitaria de Salud y la Clínica Crossroads para Refugiados del Hospital Universitario de Mujeres.
Según el turno por edad correspondiente, toda persona que se presente en las instalaciones del FCJ podrá recibir su dosis.
Para Loly Rico, codirectora del FCJ, es ni más ni menos que «un momento histórico”.
Recordemos que la vacuna COVID-19 es gratuita y está al alcance de todos en Canadá.
Si una persona no tiene la tarjeta de salud de Ontario y forma parte de la población vulnerable que puede vacunarse, o vive en una de las localidades designadas como punto crítico, puede reservar una cita para vacunarse contra la COVID-19 en centros específicos, como el Centro de Refugiados FCJ.
En la ciudad de Montreal, una representante de la clínica Médecins du Monde que atiende a personas sin cobertura sanitaria pública nos dijo dice estar preparando una eventual participación a la vacunación de personas migrantes con estatus precario en sus instalaciones.
Además de las sesiones de vacunación, el FCJ también ha estado organizando una serie de eventos virtuales para disipar los miedos y mitos alrededor de la vacuna y el coronavirus.
Aquí les dejamos el video del primer evento:
Los indocumentados temen vacunarse por miedo a identificarse
El 26 de marzo, la agencia de noticias Presse canadienne informó de que los trabajadores sin estatus en Canadá se niegan a vacunarse contra el COVID-19 por miedo a ser denunciados, detenidos y expulsados del país, según una organización con sede en Toronto.
La Alianza de Trabajadores Inmigrantes por el Cambio pide que no se exija a los trabajadores de diversos sectores de la economía canadiense que presenten una identificación emitida por Canadá, como la tarjeta sanitaria, cuando entren en el proceso de vacunación.
Las tarjetas de identificación de su país de origen deberían ser suficientes, así como, por ejemplo, las tarjetas de un banco de alimentos o de una biblioteca de Canadá.
Por otro lado, las periodistas Annick Forest de Radio-Canada en Columbia Británica informaron que en esa provincia, el organismo Sanctuary Health que ayuda a las personas sin estatus legal, está dando la voz de alarma.
Para este grupo, que ha ayudado a más de 250 familias en el área del Gran Vancouver desde el comienzo de la pandemia, es esencial que tengan un acceso rápido a la vacunación contra el nuevo coronavirus, al tiempo que se les protege de la deportación.
El organismo señala que estas familias representan sólo una pequeña parte de la población indocumentada del Gran Vancouver.
En Quebec, Ontario y Columbia Británica, muchos de estos inmigrantes indocumentados trabajan en centros de salud de larga duración o en territorios agrícolas.
Sólo en Ontario había hasta 500.000 de estos trabajadores indocumentados en 2016, según Migrant Workers Alliance for Change, que añade que su número probablemente ha aumentado desde entonces debido a los criterios más estrictos para los solicitantes de residencia permanente.
RCI con información de Migrant Workers Alliance for Change, del FCJ Refugee Centre, de Radio-Canada y de La Presse canadienne.
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