Soldados del ejército canadiense marchan durante una ceremonia militar. (Foto: REUTERS/Ints Kalnins)

Más de 500 denuncias de agresiones sexuales en el ejército canadiense

En lo que podría muy bien ser el epitafio de la “Operación Honor”, una campaña que comenzó en agosto de 2015 para evitar las conductas sexuales inapropiadas en las filas del ejército canadiense, el Departamento de Defensa Nacional (DND) presentó ante el Parlamento canadiense nuevas cifras que muestran que hubo 581 denuncias de agresiones sexuales en el ejército canadiense durante los últimos cinco años.

Otros 221 incidentes de acoso sexual fueron registrados durante el mismo período de acuerdo al sistema de seguimiento y análisis creado como parte del esfuerzo de las fuerzas armadas para acabar con los comportamiento inapropiado en las filas.

La Operación Honor, que lleva cinco años en marcha y que pretendía hacer frente a las conductas sexuales inapropiadas en el ejército, se encuentra en pleno proceso de desmantelamiento tras las recientes acusaciones de mala conducta contra altos mandos, que han dejado ese esfuerzo desacreditado y desorganizado.

Las nuevas cifras, que recogen las agresiones y el acoso denunciados desde abril de 2016 hasta marzo de 2021, representan los datos más actualizados. También presentan un retrato preciso de la magnitud de la crisis en el seno de las Fuerzas Armadas canadienses.

La información fue presentada esta semana en la Cámara de los Comunes en respuesta a una pregunta presentada por escrito por los diputados conservadores, que querían saber tanto el número de casos como la forma en que fueron manejados por las fuerzas de seguridad y el sistema de justicia militar.

Algunos de los incidentes de agresión y acoso denunciados tuvieron lugar antes de 2016, antes del inicio de la Operación Honor. Los funcionarios del Departamento de Defensa los denominan casos «históricos». El sistema de seguimiento está configurado para registrar las denuncias en el momento en que son presentadas y no en la fecha en que se produjo el incidente.

Dawn Mcilmoyle, superviviente de una agresión sexual en el ejército. (Foto: CBC / Dawn Mcilmoyle/Twitter)

Los números no cuentan la historia, dice una víctima de violación

Las cifras han dejado disgustada y desanimada a una superviviente de una agresión sexuales sufrida en el ejército. Ella lleva haciendo campaña desde la década de 1990 para que la institución militar rinda cuentas y se produzcan cambios.

Para Dawn McIlmoyle el sistema de seguimiento no cuenta toda la historia, tomando en cuenta que 4.600 personas, entre mujeres y hombres, han inscrito sus nombres para obtener reparación a través del reciente acuerdo de la demanda colectiva federal para indemnizar a los supervivientes de agresiones sexuales en el ejército.

También están aquellas personas que nunca se presentaron para denunciar una conducta sexual inapropiada en el ejército, dijo Dawn McIlmoyle.

«Una mujer me dijo: ‘Bueno, sólo me agredieron una sola vez, así que lo voy a dejar pasar porque a otras personas les fue mucho peor'», dijo McIlmoyle, cuya violación por parte de un colega militar en 1993 llegó a los titulares nacionales.

«Y yo le digo: ‘¿Perdón? Esa sola agresión nunca debería haber ocurrido. Deberías haber estado en un entorno de trabajo seguro'».

Desde su agresión y el intento de los militares de restarle importancia, McIlmoyle ha dedicado gran parte de los últimos 25 años a ayudar a otras víctimas mientras sigue intentando procesar el trauma de su propia experiencia.

Ha sido una experiencia surreal y perturbadora observar cómo el tema de la violencia sexual en el ejército se ha desvanecido en la conversación nacional a lo largo de los años, dijo McIlmoyle.

Marie Deschamps, ex jueza de la Corte Suprema y encargada de una investigación sobre abusos sexuales en las Fuerzas Canadienses, habla en una conferencia de prensa en Ottawa. A su lado, el general Tom Lawson, quien encargó la investigación en respuesta a una serie de denuncias de abuso sexual. Ottawa anunció el 29 de abril que la ex jueza de la Corte Suprema, Louise Arbour, dirigirá una revisión externa sobre el acoso sexual y la mala conducta en el ejército canadiense. (Foto: Adrian Wyld/The Canadian Press)

“Ha sido un infierno”

Ella dijo que parte de ella se enojaba cada vez que el tema resurgía: enfadada porque el tipo de violencia del que ella fue víctima continuaba ocurriendo a otras personas, a pesar de todas las promesas y los planes de acción institucionales.

McIlmoyle dijo que vive con un persistente sentimiento de culpa, con la duda de que sus acciones al hablar del tema en la década de 1990 no sirvieron para proteger a otras personas.

Sin embargo, ella dijo que se siente reconfortada por los propios supervivientes, por las personas a las que ella ha guiado personalmente, alejándolas del abismo.

«Estoy agradecida por todo el proceso, a pesar de que ha sido un infierno», dijo, y añadió que aún mantiene la esperanza de que se produzcan reformas significativas en la justicia militar y en la cultura tóxica en las filas de los uniformados.

El crítico de defensa del Partido Conservador, James Bezan, dijo que si bien el número total de agresiones denunciadas en el marco de la Operación Honor es preocupante, más alarmantes son las estadísticas sobre las cortes marciales, además del hecho de que 216 de los casos de agresión y acoso que fueron procesados resultaron en simples acciones administrativas.

Muchas de las supervivientes de agresiones sexuales ocurridas en el ejército que han comparecido ante el comité parlamentario sobre la condición de la mujer han señalado que el sistema de justicia militar es único porque permite que los casos de conducta sexual inapropiada se «declaren» como delitos administrativos menores.

Bezan dijo que el gobierno liberal debe abordar esta cuestión en su estrategia, aún no publicada, para hacer frente a la conducta inapropiada y la violencia sexual en las Fuerzas Armadas de Canadá.

Fuente: CBC /  M. Brewster / RCI / Adaptación RV

Categorías: Política, Sociedad
Etiquetas: , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.