El rápido calentamiento del Ártico está destruyendo el modo de vida Inuit
El trauma climático es un problema humano que afecta a nuestros hijos. Todos tenemos un papel y responsabilidad en nuestras vidas diarias para abordar estas cuestiones
El oso polar se ha convertido en un símbolo internacional de las consecuencias del cambio climático, pero algunos investigadores dicen que es necesario hacer más trabajo sobre cómo el hielo marino que desaparece afecta a las personas que llaman hogar al Ártico. Una exhibición en la provincia de Ontario propone Retratos de Resiliencia.
El Ártico es el lugar de calentamiento más rápido en la Tierra, con una temperatura promedio que aumenta aproximadamente 3.5 C desde principios del siglo XX.
Para graficarlo de otra manera, el cambio está ocurriendo casi 40 veces más rápido de lo que los modelos habían predicho.
En una reunión de la Asociación Canadiense de Centros de Ciencia en Toronto el mes pasado, Sheila Watt-Cloutier, habló del número de víctimas que el Ártico cambiante está causando en las personas que viven allí.
Defensora del medio ambiente, de los derechos humanos, de la cultura inuit, y nominada al Premio Nobel de la Paz, la inuit Sheila Watt-Cloutier pronunció el discurso de apertura de la Conferencia Anual de la Asociación Canadiense de Centros Científicos (CASC, por sus siglas en inglés) de 2017.
Watt-Cloutier compartió su nuevo modelo para el liderazgo del siglo XXI en el Centro de Ciencias de Ontario, anfitrión de esta conferencia anual para líderes de universidades, centros de ciencias y museos de todo Canadá.
«El trauma climático es un problema humano que afecta a nuestros hijos. Todos tenemos un papel y responsabilidad en nuestras vidas diarias para abordar estas cuestiones. Todavía queda mucho por hacer”.
Watt-Cloutier trajo a la luz las realidades del Ártico, donde los inuit enfrentan hoy profundos desafíos a su medio ambiente, su economía, su salud y su bienestar cultural.
Ella señala que durante miles de años la gente ha sido capaz de adaptarse a la naturaleza del Norte. Han aprendido a hacer herramientas, cazar, pescar y navegar la tierra. Y mientras que sus ambientes fueron alguna vez algo predecibles, ya no es el caso: las temperaturas son más cálidas; el hielo es más delgado, se forma más tarde y se derrite más pronto; el permafrost está desapareciendo; los animales están cambiando sus hábitos.
«El cambio climático en el Ártico no es sólo un problema ambiental, es una cuestión de sustento, es una cuestión de alimento para nuestro pueblo, es una cuestión de supervivencia individual y cultural», dijo Watt-Cloutier al grupo reunido en el Centro de Ciencias de Ontario.
«A medida que el hielo se derrite, la sabiduría que nos ha enseñado amenaza con desaparecer junto con él».
El Centro de Ciencias de Ontario planea agregar una exhibición permanente este verano que documenta el tema del que habla Watt-Cloutier.
Retratos de Resiliencia
La exhibición, llamada Retratos de Resiliencia, proviene del trabajo de la fotógrafa canadiense Christine Germano, que ha dirigido su lente hacia los rostros de aquellos que experimentan los efectos del cambio climático.
Germano le permite a la gente contar sus propias historias: ellos toman la cámara y fotografían las maneras en que el cambio climático los obliga a alterar su modo de vida.
Un muchacho, Johnny Kilabuck, compartió su historia con Germano.
«La cancha de hielo de Pangnirtung , la comunidad inuit de la isla de Baffin, solía abrir en octubre o principios de noviembre», escribió.
«Ahora abre a finales de diciembre o principios de enero, el hielo no se congela tanto como solía a causa del cambio climático. El hielo comenzaba a fundirse a finales de mayo y ahora comienza a derretirse en abril».
Un joven que no puede jugar al hockey tanto como alguna vez podía, o quiere, no es algo trivial en el Norte, donde la tasa de suicidios equivale a seis veces la media nacional. Las diversiones no sólo son bienvenidas, sino que son necesarias.
«Opciones insostenibles»
Hasta ahora, el Norte -un refugio de la naturaleza- ha permanecido relativamente aislado de las fuerzas del mercado global y del aprovechamiento de los recursos naturales. Sin embargo, esto cambia a medida que el clima cambia. Y son las personas las que sufren las consecuencias, dice Watt-Cloutier.
«Nos hemos beneficiado al menos de la industria, y sin embargo somos los más desproporcionadamente impactados negativamente por la globalización», dijo Watt-Cloutier. «Se nos pide que paguemos el precio de las opciones insostenibles que la mayoría del mundo continúa queriendo mantener, y de hecho nos estamos convirtiendo en daños colaterales».
Germano comparte una historia que ilustra lo bien que las personas que viven en el Norte saben lo que está por venir. Y no se trata sólo de canadienses.
Ella dijo en una conferencia de TED, que un niño reservado, tímido de 15 años de Groenlandia llamado Michael fue a una exhibición del museo que mostraba historias del norte en la conferencia COP 15 de las Naciones Unidas sobre cambio climático en diciembre de 2009.
A los dignatarios reunidos en Copenhague dijo: «Yo vivo en Uummannaq, nací allí, y me encanta Uummannaq. Desde que el hielo se está derritiendo, muchas industrias han venido a Groenlandia para buscar recursos para ganar dinero. Solo tengo una cosa que decir: F – k el dinero! »
«Tenemos que parar lo que le estamos haciendo a este planeta»
Otros han compartido historias con CBC de cazadores experimentados que caen a través del hielo o que tienen que encontrar rutas alternas y largas para cazar, como su gente ha hecho durante miles de años.
La impredecibilidad aumenta los costos en una región donde el costo de vida es de dos a tres veces mayor que cualquier otra parte del país.
¿Cambio climático? ¿Qué pasa con el cambio cultural? dijo Julie Alivaktuk, fotógrafa que forma parte del proyecto de Germano.
Cuando un puente se hunde la vida se detiene
Danny Ishulutak le dijo a Germano que un puente en su comunidad se hundió unos 3 metros durante la noche debido al derretimiento del permafrost. El puente es más que necesario: es una línea de vida. Lo cruzan alimentos, suministros, incluso agua potable.
«No hubo escuela por un tiempo, era difícil proveernos de agua potable, y las aguas residuales eran arrojadas al océano durante un tiempo .Las personas que vivían en el otro lado de la ciudad tuvieron dificultades para ir a la tienda a comprar provisiones, «dijo Ishulutak. «Esto es lo que sucedió en Pangnirtung el verano pasado debido al cambio climático. Realmente necesitamos detener lo que le estamos haciendo a este planeta».
Hay muchas más historias como estas. Y es probable que se multipliquen a medida que el Ártico se calienta.
Es por eso que los que viven allí dicen que los discursos y charlas sobre el cambio climático tienen que centrarse más en la gente, y en cómo la transformación del Norte está aniquilando un antiguo modo de vida.
«El cambio climático no es sólo acerca de los osos polares», dijo Watt-Cloutier. «Se trata de la gente.»
El trabajo de Christine Germano
Desde el año 2000, Christine Germano ha estado colaborando con las comunidades indígenas como fotógrafa, educadora y curadora. El proyecto internacional de fotoperiodismo titulado Retratos de Resiliencia le ha permitido trabajar con jóvenes indígenas para ilustrar los efectos personales y éticos del cambio climático en sus comunidades. Desde su creación en 2008, el proyecto ha tenido lugar en 12 países y ha sido expuesto internacionalmente, incluyendo el lanzamiento en el Museo Nacional de Dinamarca. El excepcional trabajo de Christine ha proporcionado a los jóvenes un medio para compartir su voz durante un período crucial de tiempo.
RCI/Ontario Science Centre/Nicole Mortillaro-CBC
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