Decenas de talibanes disfrazados de policías atacaron con bombas y granadas una cárcel pakistaní en la noche del lunes al martes en Dera Ismail Khan, cerca de la frontera con Afganistán, donde liberaron a 250 presos.
En el ataque, que comenzó poco antes de la medianoche de ayer, escaparon al menos 30 insurgentes, de los que seis han sido detenidos, de acuerdo con declaraciones del comisario de Policía Mushtaq Jadoon.
Las autoridades han impuesto el toque de queda en la zona y el Ejército ha enviado tropas para ayudar a contener la situación. La Policía añadió que durante el asalto las fuerzas de seguridad acabaron con la vida de al menos cinco atacantes suicidas que estaban preparados para accionar cargas explosivas.
Los atacantes, cuyo número total no ha sido precisado por las autoridades, iban armados con lanzacohetes y ametralladoras iniciaron su operación con una serie de fuertes explosiones en el centro penitenciario que dio paso a un intenso tiroteo.
Un portavoz de la principal agrupación talibán Shahidulá Shahid, reivindicó en declaraciones al diario Dawn el ataque y detalló que en él tomaron parte un centenar de milicianos, entre ellos varios suicidas.
La prisión de Dera Ismail Khan, un edificio que data de la época de ocupación británica, alberga a cerca de 5.000 prisioneros, entre los cuales, según fuentes de inteligencia citadas por Dawn, hay unos 250 talibanes, algunos de ellos de relevancia.
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