Intensos bombardeos golpearon este jueves los barrios residenciales del bastión rebelde de la ciudad de Donestsk, en el este de Ucrania. Las fuerzas gubernamentales iniciaron batallas callejeras en otras localidades en un intento de aplastar la rebelión separatista que comenzó hace cuatro meses.
Las fuerzas del Gobierno de Kiev, respaldadas por algunos países occidentales encabezados por Estados Unidos, ganaron terreno contra los separatistas de habla rusa en el este de Ucrania y reduciendo los bastiones rebeldes clave de Donetsk y Lugansk.
En Donetsk, un ataque con morteros alcanzó la calle Chelyuskintsev, al norte de la ciudad y a pocos kilómetros de la primera línea del frente, destrozando las ventanas de varios edificios de apartamentos y derribando líneas de alto voltaje.
La administración de la ciudad de Donetsk, controlada por los separatistas, informó que nueve residentes murieron en los bombardeos del miércoles. El Gobierno de Ucrania negó que sus fuerzas estén atacando barrios residenciales.
Otros nueve milicianos que apoyan las fuerzas gubernamentales murieron en otros enfrentamientos cerca de Donetsk, dijeron las autoridades ucranianas.
El Gobierno de Kiev y sus aliados han acusado a Moscú de orquestar la rebelión separatista y equipar a los rebeldes con tanques, misiles y otras armas pesadas.
Moscú niega tales acusaciones y acusa a Kiev de librar una guerra contra su propio pueblo y lanzar bombardeos contra la población civil.
Naciones Unidas informó que unas 2.086 personas han muerto en el conflicto, incluyendo civiles y combatientes. Esa cifra casi duplica la registrada hasta fines de julio, cuando las fuerzas ucranianas intensificaron su ofensiva y la lucha se extendió a las principales zonas urbanas.
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