Mural en la ESMA
Photo Credit: Claudia Bernardi

Claudia Bernardi, la artista que apuesta a la vida, a 40 años del golpe en Argentina

“¿Cómo sería volver a este mismo lugar y trabajar en proyectos de arte con niños de la misma edad de los que estamos exhumando?”

Claudia Bernardi vivió en Argentina durante la dictadura militar que dejó como trágico legado más de 30,000 desaparecidos como víctimas del terror de estado. Ella es artista y fundadora de una escuela de Arte y taller abierto en una localidad de Perquin, en El Salvador. Esta semana estuvo en Canadá participando en un encuentro de reflexión sobre el aniversario del golpe de Estado argentino.

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Mural pintado en la ESMA © Claudia Bernardi

Arte: Me interesaba hacer trabajo de taller, pero también hacer trabajo comunitario. Aunque en ese momento, en los 70,  ni siquiera existía el concepto.   La intuición estaba de traer el trabajo de arte a personas que no tuvieran la posibilidad de hacerlo. Esa es la trama más permanente a lo largo de los años.

Derechos humanos: mi relación con los derechos humanos está muy vinculada al trabajo de mi hermana Patricia Bernardi, uno de los miembros originales del Equipo argentino de Antropología forense,  mi vínculo con la historia argentina y los derechos es muy adyacente al Equipo argentino de Antropología forense.  Y es muy raro e interesante, no sé de qué otra manera presentarlo, sino decir que tiene un aspecto poético. A lo largo de los años, lo que ha sucedido es que donde mi hermana ha ido a exhumar, años después, por situaciones completamente diferentes, yo llego al mismo lugar a hacer trabajo de arte con los sobrevivientes. En ciudad Juárez, en El Salvador,  en los Balcanes, y en otros lugares. Mi vínculo entonces con los derechos humanos y arte se vincula a la pregunta: ¿Qué es lo que recuerdan las víctimas y qué es lo que las víctimas quieren decir?

Así responde Claudia a la pregunta de cómo conecta sus estudios de arte con los derechos humanos.

Momento clave: El Mozote

La masacre del Mozote es el nombre que reciben un conjunto de masacres contra la población civil cometidos por el batallón Atlácatl de las Fuerzas Armadas de El Salvador, durante un operativo realizado los días 10, 11 y 12 de diciembre de 1981.

Según las investigaciones posteriores de la Comisión de la Verdad, organismo de la ONU creado para investigar los hechos de violencia cometidos durante la guerra civil salvadoreña,  aproximadamente 900 hombres, mujeres y niños campesinos salvadoreños fueron asesinados en El Mozote y sus alrededores. Se la considera la peor masacre en el Hemisferio Occidental, en tiempos modernos.

Claudia Bernardi acompañó al Equipo argentino de antropología forense en la exhumación de la masacre del Mozote en 1992, cuando se firman los Acuerdos de Paz en El Salvador.

Artistas de Huehuetenango y la Escuela de Arte y Taller Abierto de Perquin, agosto de 2008.

Su trabajo con el equipo fue hacer mapas arqueológicos para localizar los restos óseos tal como van apareciendo. En esa exhumación, el conteo de los restos óseos de personas que se hallaron dentro de un pequeño edificio, un total de 143, reveló que 136 eran niños.

“Durante todo ese tiempo, tenía une pregunta que me resultaba incómoda, pero que también fue lo que me ayudó a sobrevivir eso y era: ¿Cómo sería volver a este mismo lugar y trabajar en proyectos de arte con niños de la misma edad de los que estamos exhumando?”

Esa pregunta la persiguió durante años hasta que en el 2005 regresó a El Salvador para crear la Escuela de  arte y taller abierto de Perquin, ubicada a 4 km del lugar de la masacre. Un proyecto de muralismo llamado “Paredes de la esperanza”  que consiste en la realización de proyectos de arte propuestos y llevados adelante por la comunidad que los crea. Todos los proyectos que se llevan a cabo toman en cuenta lo que las comunidades y los participantes quieren.

Catalina, Magdalena, Maria © Claudia Bernardi

Esa escuela está hoy en manos de cuatro profesores salvadoreños locales.

Hoy, ese trabajo comunitario y colaborativo, que tiene vínculo con derechos humanos es un intento de darles espacio a las víctimas para contar su historia, dice Claudia. Ella da el ejemplo en Guatemala, trabajando en Huehuetenango con mujeres sobrevivientes de violencia sexual durante el conflicto armado, que venían de comunidades diferentes, hablando diferentes idiomas, por lo que entre ellas no se entendían. Una de las señoras dijo: “Mire, cuando viene gente de afuera, y nos pregunta lo que ha sucedido y nosotros lo decimos, tenemos que creer que lo que escriben en sus cuadernos es lo que decimos. Pero en realidad no lo sabemos, porque no sabemos leer ni escribir. Pero cuando hacemos un mural sabemos que historia contamos. Ellas acuñaron este concepto que decía: El mural es un libro de historia sin palabras.”

Claudia Bernardi con niños salvadoreños © Claudia Bernardi

La experiencia en Canadá

En 2007 fue invitada a hacer un trabajo con jóvenes en Canadá, en la ciudad de Toronto. Eran jóvenes refugiados políticos provenientes de muchos países del mundo; jóvenes con necesidades especiales, otros que habían estado presos injustamente y personas transexuales. Con ese grupo heterogéneo de 35 adolescentes con edades que iban de los 14 a los 22 años, hicieron un trabajo increíble  de instalación en la que había escultura, video, danza, teatro, música, poesía. Claudia dice que eso también la marcó, porque ninguno de esos jóvenes había hecho nada de esto antes. “Los chicos iban acomplejando la instalación, dejándose guiar por su intuición. Fue realmente maravilloso, por la apertura de ellos. También hubo dos chicos de las Primeras Naciones, aprendimos  la historia de Canadá a través de sus ojos”.  

Los 40 años del golpe cívico-militar en Argentina

En el año 2014, Claudia Bernardi llevó a cabo un proyecto con familiares de personas desaparecidas que pudieran recuperar los restos de sus seres queridos a través del Equipo argentino de antropología forense.

“Pintamos un mural muy hermoso, en el lugar donde funcionó el centro clandestino de detención y exterminio más grande de la historia argentina, la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, ESMA. Llegamos a ese lugar con pinceles y colores, y es algo increíble solo pensarlo. Familiares de más de 50 personas desaparecidas pintaron en tres días un mural maravilloso que hoy es también un punto de partida para otros proyectos con familiares de personas desaparecidas en Argentina”.

Claudia Bernardi fue invitada esta semana a la ciudad de Winnipeg, donde se llevó a cabo un encuentro organizado por el profesor de historia, Jorge Nallim de la Universidad de Manitoba, para reconocer, “reevaluar, recordar qué es lo que ha pasado en estos 40 años”.

Esto y mucho más en la entrevista que Claudia Bernardi le dio a Leonora Chapman.

Categorías: Artes y espectáculos, Internacional, Sociedad
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