Hace ya un tiempo que se viene discutiendo sobre la implantación de las redes 5G. En el año 2013, el gigante tecnológico surcoreano “Samsung Electronics” anunciaba que estaba muy cerca de comenzar la comercialización de esta nueva tecnología que hasta aquel momento, prometía una velocidad que superaba cientos de veces las redes 4G que utilizamos cotidianamente. Algunos analistas sostenían en aquella época que ese anuncio oficial de la surcoreana era un poco precipitado teniendo en cuenta el desarrollo lento de las redes 4G y del protocolo LTE (Long Term Evolution).
Hoy en día, las grandes compañías siguen insistiendo en la necesidad de acelerar el proceso y testean a repetición las diferentes opciones de la conexión de quinta generación pues es un elemento necesario en el futuro cercano para poder soportar la hiperconectividad que está generando la comercialización de los “vestibles” y el “internet de las cosas”.
EscucheSegún el Instituto VINT de tecnología, para el año 2020, más de 50 mil millones de objetos estarán conectados a la red de redes. Y para poder contener con una conexión fiable y con una velocidad constante para todos esos dispositivos conectados, es urgente la necesidad de desarrollar y construir una estructura de conectividad que la resista.
El internet 5G está previsto para el 2020, desplegado ya de manera comercial y masiva. Los trascendidos indican que, este tipo de conexión comenzará a desplegarse en el 2018 y podrá utilizarse en algunas ciudades específicas para ir testeando la performance de la nueva estructura. Las empresas tecnológicas que se están desmarcando en esta carrera por el desarrollo son la compañía sueca Ericsson, que ha logrado alcanzar velocidades de 5Gbps (Gigabit por segundo) y la multinacional china Huawei quien firmó un acuerdo con la firma rusa Megafon para estandarizar y desarrollar redes 5G de prueba, para la Copa Mundial de Futbol 2018 en ese país.
Esta nueva estructura de comunicación supone ventajas a nivel general para la conectividad de los dispositivos de uso normal como computadores, teléfonos y tabletas entre otros, y para el “internet de las cosas”.
La implantación de este nuevo sistema otorgará un aumento más que significativo del caudal de trasferencia de datos, la mejora de la cobertura de la señal y por ende, una reducción del retardo de las comunicaciones en general. Investigadores e innovadores tecnológicos aseguran que en el año 2020, los aparatos móviles serán el primer tipo de conexión a internet en el mundo. Y para que estas miles de millones de conexiones de telefonía celular funcionen y coexistan con el internet de las cosas, el internet 5G es una necesidad de primer orden.

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En la actualidad, la conexión 4G permite la transferencia de 40 megas por segundo. En los primeros test con la tecnología 5G se logró la trasferencia de 10 gigas de datos por segundo, con aproximadamente 100 dispositivos conectados en simultaneo. Gracias a estas velocidades, la ciencia ficción será realidad entre nosotros gracias a:
- Drones autónomos
- Automóviles autónomos
- Cuidado de la salud de manera remota
- La realidad virtual en “streaming”
- La industria 4.0 con la robótica como brazo principal
- La mayoría de los servicios en la nube
- El Internet industrial
En definitiva, un cambio enorme llegará a nosotros en los próximos años para poder allanar el campo para la conectividad 5G, desde el punto de vista de la infraestructura de las empresas hasta los dispositivos que manejamos a diario. El futuro del internet ya no es parte de la ficción, es un presente de realidad hiperconectada.
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