«Claramente era endémica en Italia, probablemente durante mucho tiempo».
– Hendrik Poinar, investigador principal, McMaster
Un equipo de investigadores de la Universidad McMaster, en Ontario, dirigido por Hendrik Poinar descubrió que la malaria existió siglos antes del primer caso conocido en África. El equipo ha descubierto que la malaria ya existía hace 2.000 años, en época del Imperio Romano cambiando la comprensión de los científicos acerca de cómo evolucionó la enfermedad y de lo extendido que estaba el parásito.
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Un análisis de restos humanos de varias regiones de la península italiana de hace 2.000 años ha confirmado la presencia de la malaria durante el Imperio Romano. La respuesta está en la evidencia genómica mitocondrial de la malaria de los dientes de los cuerpos enterrados en tres cementerios italianos, que se remonta al periodo imperial de los siglos I a III de la Era común o después de Cristo.
Lo interesante de este descubrimiento es que ha desplazado la creencia comúnmente sostenida de que la malaria se originó en África, con el primer caso moderno de la enfermedad registrado hace 136 años en Constantino, Argelia. Esta nueva investigación genética sugiere que el parásito de la malaria, Plasmodium falciparum, responsable de 450.000 muertes cada año, existía siglos antes en Italia.
La malaria entonces, no fue propagada por inmigrantes de África.
«Lo que encuentro interesante es que son dos localidades diferentes. La mayoría de la gente pensaba:» Oh, la malaria debe haber llegado de las ciudades portuarias porque es a donde llegan los inmigrantes y debe venir de África, porque ahí es donde la malaria es endémica hoy «, dijo Hendrik Poinar, investigador principal, genetista evolutivo y director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad de McMaster.
«Una vez más, es una de estas situaciones en que culpamos a los inmigrantes de la llegada de la infección, pero en este caso la encontramos en un centro rural, lejos de los centros costeros, a lo largo de una ruta importante, por lo que ciertamente habría tenido acceso al comercio procedente de ambos lados de la península”.
El equipo de la Universidad McMaster fue asistido por científicos del Museo Nacional de Prehistoria y Etnografía de Roma y la Universidad de Sydney. Ellos extrajeron el ADN de los dientes de 58 adultos, utilizando una técnica llamada «enriquecimiento dirigido» de la tecnología para recuperar el parásito de la malaria que tiene siglos de antigüedad.
Utilizando técnicas desarrolladas en McMaster y en el extranjero, los autores de este trabajo, que se detalla en un artículo publicado en ‘Current Biology’, extrajeron pequeños fragmentos de ADN de la pulpa dental sacada de los dientes y consiguieron sacar y purificar específicamente las especies de ‘Plasmodium’ que se sabe que infectan a los seres humanos.
Fue un proceso difícil y minucioso, complicado por la naturaleza misma de la enfermedad. El ADN que se puede utilizar es difícil de extraer debido a que los parásitos habitan principalmente en el torrente sanguíneo y los órganos, incluyendo el bazo y el hígado, que se pudren y se descomponen con el tiempo, en este caso, durante dos milenios.
Marciniak, Poinar y Tracy Prowse, de McMaster, junto a Luca Bandioli, del Museo Nacional de Prehistoria y Etnografía de Luigi Pigorini en Roma, y Edward Holmes de la Universidad de Sydney, en Australia, recuperaron más de la mitad del genoma mitocondrial de ‘P. Falciparum’ de dos individuos de Velia y Vagnari.
‘P. Falciparum’ sigue siendo el parásito más frecuente transmisor de la malaria en el África subsahariana y el más mortífero en cualquier lugar, responsable del mayor número de muertes relacionadas con el paludismo a nivel mundial.
La experiencia de McMaster

El Centro de ADN Antiguo de McMaster, en Ontario ha estado investigando enfermedades infecciosas antiguas en restos esqueléticos, como la peste negra, el cólera y la plaga de Justiniano durante cinco años.
«Hemos estado muy interesados en las infecciones que han sido problemáticas con el tiempo y la malaria es sólo una de esas», dice . «Nos hemos preguntado constantemente, ¿creemos en la evidencia ahí, es real, no es buena?»
–Hendrik Poinar, investigador principal, McMaster
Este antiguo genoma de la malaria está ayudando ahora a los científicos a comprender mejor la enfermedad, la antigua composición del virus es «relativamente similar a la malaria actual», señaló Poinar.
Poinar y su equipo planean continuar su investigación, ahora mirando el genoma que se encuentra en el núcleo de una célula, en lugar del genoma mitocondrial localizado en las mitocondrias de una célula, para entender mejor lo que parecía el parásito antes de la influencia de las vacunas y la medicina moderna.
«Ha habido un montón de medicamentos contra la malaria que se han utilizado en los últimos 100 años… lo que ha modificado la malaria», dijo.
Estos fármacos han cambiado la composición genética de la enfermedad haciendo que el parásito sea «más susceptible o menos susceptible a una droga en particular», pero esta evidencia de 2.000 años de antigüedad da a los investigadores una comprensión de la «diversidad natural de la malaria, nos da el conocimiento de cómo estos tipos de patógenos pueden evadir drogas y desarrollar resistencia a ellas «, explicó Poinar.
«La comprensión de la trayectoria evolutiva de los patógenos y sus orígenes en la historia es fundamental para su control y erradicación».
Cifras de la malaria en el mundo por la OMS
La malaria o paludismo, que afectó a 95 países en 2015, es causada por parásitos del género ‘Plasmodium’, que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género ‘Anopheles’.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2015 se registraron 214 millones de casos de paludismo que ocasionaron la muerte de unas 438.000 personas, muchas de ellas niños menores de cinco años y sobre todo en África subsahariana.
RCI/ Amara McLaughlin-CBC/Internet
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