Funcionarios gubernamentales reivindican más de 8 millones de votos, pero la cifra exacta está en duda.
Las autoridades electorales de Venezuela dijeron que más de ocho millones de personas votaron el domingo para crear una asamblea constituyente que dotará al partido presidencial del presidente Nicolás Maduro de poderes prácticamente ilimitados. Las estimaciones de expertos independientes y líderes de la oposición dicen que fue la mitad.
El presidente del consejo electoral nacional, Tibisay Lucena, anunció justo antes de la medianoche que la participación fue del 41,53 por ciento, es decir, de 8 089 320 personas. Miembros de la oposición dijeron que creían que entre dos millones y tres millones de personas votaron y un respetado análisis independiente puso el número en 3,6 millones.
El recuento de votos del consejo electoral en el pasado ha sido tradicionalmente visto como confiable y generalmente preciso, pero el anuncio del domingo pareció aumentar la polarización y el conflicto político paralizando al país.
«El pueblo ha votado por la asamblea constituyentel», dijo Maduro en la televisión nacional. «Más de 8 millones de personas en medio de amenazas… es cuando el imperialismo nos desafía que demostramos que somos dignos de la sangre de los libertadores que recorre las venas de hombres, mujeres, niños y jóvenes».
Por la capital, los venezolanos parecían estar en gran número lejos de las encuestas, manifestando contra la votación. La Fiscalía General de Venezuela reportó 10 muertes en nuevas rondas de enfrentamientos entre manifestantes y policías que mataron al menos 125 personas e hirieron a casi 2.000 desde que comenzaron las protestas en abril.
Siete policías resultaron heridos por una explosión mientras pasaban junto a pilas de basura que habían sido usadas para bloquear una calle en un bastión de la oposición en el este de Caracas.
Núcleo de partidarios
«Si no fuera una tragedia… si no significara más crisis, la creación del consejo electoral casi haría reír», dijo el líder de la oposición, Freddy Guevara, en Twitter. Maduro ha amenazado con que uno de los primeros actos de la asamblea constitucional sería encarcelar a Guevara por incitar a la violencia.
Se calcula que 3,6 millones de personas participaron en la votación, según una encuesta realizada en 110 centros de votación por el banco de inversión de Nueva York Torino Capital y una empresa de opinión pública de Venezuela. Ese número equivale a alrededor del 18,5 por ciento de los votantes registrados.
«Los resultados sugieren que el gobierno mantiene un importante núcleo leal de partidarios que puede movilizarse tanto en escenarios electorales como no electorales», concluyó el informe.
La misma encuesta también señaló que Venezuela tiene unos 2,6 millones de empleados del gobierno, lo que sugiere que «una gran fracción de los votos podría no haber sido voluntaria».
Oposición en el extranjero
Una lista de países como Argentina, Canadá, Colombia, México, Panamá, Paraguay, España, Gran Bretaña y Estados Unidos dijo que no reconocería la votación del domingo. El gobierno de Trump volvió a prometer «acciones fuertes y rápidas» contra funcionarios venezolanos, incluidos los 545 participantes en la asamblea constituyente, muchos de ellos de bajo rango en el partido.
Los Estados Unidos no dijeron si sancionarían las importaciones de petróleo venezolano, una medida con un potencial de desestabilizar el gobierno de Maduro y profundizar la crisis humanitaria del país.
Maduro dijo que había recibido felicitaciones de los gobiernos de Cuba, Bolivia y Nicaragua, entre otros.
En la capital, con más de 2 millones de personas, decenas de lugares de votación estaban virtualmente vacíos el domingo, entre ellos muchos que en las elecciones anteriores acogieron durante horas a miles de votantes para mantener al gobierno en el poder en las últimas dos décadas.
En el complejo deportivo y cultural de Poliedro, en el oeste de Caracas, miles de personas esperaron cerca de dos horas para votar, muchas de ellas procedentes de barrios dominados por la oposición, donde los colegios electorales estaban cerrados.
Canadá condena la votación por «antidemocrática».
«A pesar de los repetidos llamados […] el presidente Maduro y su gobierno decidieron dar un paso más para institucionalizar el régimen autoritario en Venezuela», lamentó la ministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland.
Canadá insta de nuevo al Gobierno venezolano a cumplir con sus obligaciones internacionales y a liberar de inmediato a todos los presos políticos, a restaurar los derechos constitucionales de los venezolanos y establecer un calendario electoral.
-Chrystia Freeland, canciller canadiense
Lo que viene ahora
La última Constitución venezolana fue escrita bajo la presidencia de Hugo Chavez. Ella fortaleció el ejecutivo y fijó el derecho a la salud o la educación.
Pero a diferencia de Maduro, Hugo Chavez había llevado a cabo antes un referéndum para asegurar la aprobación de la población antes de reescribir la constitución.
La nueva Asamblea Nacional Constituyente desmantela la Cámara elegida en 2015.
Los ganadores entre los 5.500 candidatos del partido gobernante que ocuparán 545 escaños en la asamblea constituyente tendrán la tarea de reescribir la constitución del país y tendrán poderes más allá de otras instituciones estatales, incluido el congreso controlado por la oposición.
Maduro dejó claro en un discurso televisado el sábado que tiene la intención de usar la asamblea no sólo para reescribir la carta del país, sino para gobernar sin limitación. Al describir la votación como «la elección de un poder que está por encima y más allá de todos los demás», Maduro dijo que quiere que la asamblea despoje a los legisladores de la oposición y los gobernadores de la inmunidad constitucional de ser enjuiciados – uno de los pocos controles restantes sobre el poder del partido gobernante.
Declarando que la oposición «ya tiene su celda de prisión esperando», Maduro agregó: «Todos los criminales irán a prisión por los crímenes que han cometido».
También dijo que la nueva asamblea comenzaría a gobernar dentro de una semana, con su primera tarea, reescribir la constitución para «una transformación total» de la oficina del Fiscal General de Venezuela, un ex lealista del gobierno que se ha convertido en el funcionario de más alto rango en criticar públicamente al presidente.
The Associated Press CBC/Radio Canadá
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