El hallazgo de 19 cadáveres, con signos evidentes de tratarse de personas que fueron ejecutadas, ha provocado una ola de consternación en México, a pesar de que la violencia es constante en ese país.
El jueves 8 de agosto, la policía descubrió 9 cuerpos colgando de un puente, junto a los que había una banderola de una banda de narcotraficantes amenazando a sus rivales.
Los restos de otras10 personas fueron encontrados descuartizados y arrojados al costado de un camino cercano.
Los periodistas son otro de los blancos preferidos de los narcos. REUTERS/Oscar Martinez.
El macabro hallazgo, ocurrido en el estado de Michoacán, sucedió en momentos en abundan las denuncias de un recrudecimiento de las matanzas llevadas a cabo por los cárteles de la droga.
Al menos tres de las víctimas eran mujeres, según confirmó el procurador general del estado, Adrián López Solís.
La pancarta encontrada junto al primer grupo de cuerpos llevaba la firma del Cártel de Juárez, uno de los más sangrientos y temidos en el país.
“Esta violencia pública, donde los delincuentes no solo matan, sino que se ufanan de sus crímenes, buscan intimidar a los rivales y enviar un mensaje a las autoridades, sostuvo el analista en seguridad Alejandro Hope, citado por la agencia The Canadian Press.
Por su parte, el fiscal sostuvo que los asesinatos parecen ser parte de una guerra en la que una de las organizaciones dedicadas al narcotráfico busca posicionarse frente a sus contrincantes.
Funeral del alcalde electo Eliséo Delgado, asesinado a tiros por desconocidos en 2018. REUTERS/Alan Ortega.
Durante años, los cárteles de la droga han sembrado el terror en la población mexicana, produciendo un baño de sangre que suma miles de víctimas.
Los blancos de esa violencia, en algunos casos, son miembros de bandas rivales, pero en otros se trata de pobladores que se resisten a cooperar con los maleantes o a aceptar su pretensión de imponer su autoridad.
El recrudecimiento del clima de miedo y tensión entre los mexicanos quedó plasmado en un hecho que referimos ayer, en el que un grupo de pobladores apresó y linchó a 5 sospechosos de haber intentado secuestrar a un campesino.
Si bien la violencia de los narcos decreció entre 2012 y 2015, en los últimos tiempos las bandas parecen haber recuperado un nivel de violencia que no se registraba desde entonces.
En la primera mitad de 2019, el país registró un nuevo récord de homicidios, con 17.608 muertos.
En la actualidad, las cifras policiales indican que cada día se producen alrededor de 100 asesinatos en todo el territorio.
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