Está comprobado que la exposición a contaminantes persistentes en el agua y en el aire, está relacionada con enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad. (Foto: ©iStock/GregorBister)

Alarmantes riesgos para la salud por nuevos contaminantes: estudio canadiense

Dos contaminantes artificiales identificados recientemente (el F-53B y el OBS), ambos utilizados en la industria en China principalmente, tienen efectos en la salud similares a los de una sustancia que fue restringida a nivel mundial hace 10 años, el PFOS.

La obesidad, la diabetes y hasta la anorexia podrían estar relacionadas con estos contaminantes, concluyó el reciente estudio del departamento de biología de la Universidad de Ottawa.

Entre los miembros del equipo de investigación se encontraba Rubén Francisco Martínez López, doctorando en toxicología ambiental quien nos explicó que por el momento, no se conoce lo suficiente sobre los riesgos ecológicos y humanos que plantean los contaminantes, aparte del hecho de que la exposición a los contaminantes persistentes está relacionada con enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad.

Le preguntamos a Martínez López si es lo mismo en el caso de estos dos nuevos contaminates. Nos dijo que sí y nos dio algunos ejemplos de efectos en la salud humana. 

Se ha visto que estos contaminantes están relacionados con una disrupción en el metabolismo y se ha visto que tanto el contaminante que ha sido prohibido como uno de los sustitutos, son capaces de incrementar el gasto energético. Es decir que aquellos organismos, incluidas las personas, que se vean expuestos a los contaminantes gastan más energía. Hemos estudiado un organismo modelo, embriones del pez cebra, en el que hemos observado que disminuye su alimentación con lo cual concluimos que puede llegar a provocar efectos seudo-anoréxicos en los organismos expuestos. Hay otros disruptores endocrinos que tienen el efecto contrario, se llaman obesógenos y lo que hacen es retener lípidos, lo cual está relacionado con la obesidad y la diabetes. Rubén Francisco Martínez López

(Foto: ©iStock/Chalffy)

Concretamente, lo que descubrió esta investigación de la Universidad de Ottawa es que los compuestos que fueron creados para reemplazar al PFOS, que fue prohibido, pueden también tener efectos en la salud de aquellos que están expuestos.

Al PFOS se le ha utilizado tradicionalmente con diferentes finalidades como el cromado de metales o en espumas anti incendios. Al comprobarse su toxicidad, se le prohibió a nivel internacional a través de un mecanismo legal.

Para paliar a esta prohibición, la industria ha ido sustituyendo el PFOS por otros compuestos químicos que pasaban las pruebas de toxicidad que les marcaba la ley y que podían ser útiles para los mismos propósitos. Sin embargo, estos controles son limitados y otros estudios han comprobado que los sustitutos del PFOS, también son tóxicos.

Con este tipo de resultados, ¿nos tenemos que preocupar? Rubén Francisco Martínez López cree que no hay que crear pánico, pero hay que crear consciencia y actuar.

No hay que crear ninguna alarma generalizada pero es cierto que debemos llevar a cabo un buen control de estos contaminantes. Aquí lo importante es la dosis. No es lo mismo que un compuesto esté en el medio ambiente en mucha cantidad o en poca cantidad. Si es en poca cantidad aunque nos veamos expuestos a ese contaminante, no sufriremos efectos muy grandes e incluso, nuestros propios mecanismos de defensa podrán eliminarlos. Sin embargo, si está muy concentrado y considerando que muchos de estos compuestos son persistentes y se pueden ir acumulando en el cuerpo, pues sí que puede haber efecto. […] Nosotros con este estudio hemos visto que los substitutos del compuesto, el PFOS que fue el que se prohibió, no son totalmente inocuos, sino que tienen determinados efectos también. Eso no significa que deban prohibirse totalmente o que no se puedan utilizar nunca más. Significa que su uso debe verse restringido en ciertos momentos o incluso buscar otros sustitutos más inocuos. […] Con lo cual, tenemos pues que avanzar en crear sustitutos que puedan tener las mismas propiedades pero que no sean tan tóxicos para el medio ambiente ni para los organismo que viven en él. Rubén Francisco Martínez López

El PFOS fue restringido en el Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes de 2009. Los efectos tóxicos del PFOS son ampliamente conocidos y, a pesar de su restricción, sigue presente en el medio ambiente debido a su persistencia. Un estudio como éste podría dar como resultado que organismos nacionales e internacionales se interesen en los compuestos substitutos, que también son contaminantes para que su control sea aún más grande. 

Rubén Francisco Martínez López, el entrevistado

Estudiante de doctorado desde 2016 en el Instituto de Evaluación Ambiental e Investigación del Agua.

Químico (Universitat de les Illes Balears) con un máster en Ciencia y Tecnología Química (Universitat de les Illes Balears).

Matriculado en el departamento de toxicología ambiental en 2016. Empezó su doctorado en acuicultura centrado en las huellas epigenéticas como marcadores de exposición de sustancias químicas disruptoras endocrinas utilizando el pez cebra (Danio rerio) como modelo animal.

Hizo una estancia de investigación sobre el tema de los contaminantes persistentes en el equipo del Dr. Jan Mennigen, profesor adjunto del departamento de biología de la Universidad de Ottawa. 


Para escuchar la entrevista completa: 

Categorías: Internacional, Sociedad
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