Para poner las cosas en contexto, digamos que el ex primer ministro Stephen Harper del Partido Conservador de Canadá, PCC, fue derrotado en las elecciones del 19 de octubre de 2015 de una forma estrepitosa por el Partido Liberal de Canadá, PLC, liderado por Justin Trudeau. En esa ocasión, Trudeau formó un gobierno mayoritario con 184 escaños contra 99 para los conservadores de Harper.
Desde ese entonces, Stephen Harper, estaba ocupando el cargo de Director de la organización responsable de la recaudación de fondos del Partido Conservador de Canadá. Pero el ex Primer ministro anunció ayer su renuncia a ese cargo.
Según importantes fuentes conservadoras del semanario anglófono canadiense McLean’s, la principal razón de la repentina renuncia de Harper a su cargo es para contrarrestar él mismo, la eventual campaña al liderazgo del Partido Conservador de Canadá del ex primer ministro de Quebec, Jean Charest, escribe Paul Wells de Maclean’s.
Según las fuentes de Maclean’s, Jean Charest, que fue líder del Partido Progresista Conservador de 1993 a 1998, llamó a Stephen Harper antes de Navidad para buscar su apoyo. El ex primer ministro conservador se lo negó alegando que el partido no es más el partido que él ya lideró. Pero a medida que se va haciendo cada vez más evidente la intención de Charest de presentarse al liderazgo del partido, Harper decidió involucrarse directamente en la campaña.
La relación entre Harper y Charest
Cabe señalar aquí que Stephen Harper y Jean Charest trabajaron juntos de una forma efectiva durante los primeros días de Harper como primer ministro de Canadá. Pero se disputaron por el uso que hizo Charest en 2007 de una transferencia federal de 2.300 millones de dólares al gobierno de Quebec para pagar los recortes de impuestos y aumentar así sus posibilidades de ser reelecto. En términos más generales, como ciudadano nativo de la provincia de Calgary salido de las “raíces Reformistas” del partido, Harper desconfía de Charest como de un quebequense que dirigió el Partido Liberal de Quebec durante 15 años.
En el programa Power & Politics de la televisión inglesa CBC, el periodista de Maclean’s Paul Wells dijo que la decisión de Stephen Harper de renunciar “se aceleró” ante la cada vez más evidente candidatura potencial de Jean Charest a la dirección del Partido Conservador de Canadá. “El ex Primer ministro no podía anunciar él mismo que su intención es bloquear a Jean Charest. Todo lo que puede hacer es decir lo que piensa y utilizar su importante influencia en el partido para contrarrestarlo”, dijo Wells.
Opiniones encontradas
Durante una entrevista con Radio Canadá, otra fuente que pidió el anonimato, confirmó la llamada telefónica entre Charest y Harper, pero que lo discutido parecía más cordial que lo que deja entender McLean’s.
Según esta fuente, la principal preocupación del ex primer ministro de Canadá Stephen Harper, no sería de bloquear a Jean Charest, sino de evitar una polarización demasiado grande durante la campaña a la dirección del partido, que podría llevar al Partido Conservador de Canadá a una división y que era justamente la situación que prevalecía antes de la unificación del Partido Progresista Conservador y la Alianza Canadiense en 2003.
En una entrevista en programa de la televisión francesa de Radio Canadá, Mordus de política (Apasionados de la política), Lawrence Cannon, ex ministro de Relaciones Exteriores de Canadá bajo el gobierno de Stephen Harper, dijo que no se trata aquí de un asunto de amistad, sino más bien del ejercicio del poder en el mejor interés del partido.
La falsa guerra
La analista política Chantal Hébert decía esta mañana en el programa matutino de Tout un matin (Toda una mañana) de la radio francesa de Radio Canadá, que en esta campaña a la dirección del Partido Conservador de Canadá después de la renuncia de Andrew Scheer hay una falsa guerra. Es decir que todo el mundo tiene interés en desalentar a los candidatos que no apoyan, “susurrándo todo tipo de información que terminan por contradecirse las unas con las otras cuando se lee más de un periódico” dice la analista política.
Según Hébert, en el caso de Rona Ambrose, una de las candidatas favoritas en esta campaña, el diario La Presse de Montreal publicó que no presentará su candidatura, sin citarla a ella directamente sino a una fuente cercana, y después de eso varias personas comunicaron con CBC, el Calgary Herald y ella misma, para decir que esa noticia no era necesariamente falsa, pero por el momento es prematura porque ella sigue en reflexión.
En los hechos, Rona Ambrose tiene un estatus casi de “santa política”, según Chantal Hébert, pero no tendrá “un coronamiento” o reconocimiento unánime, si se presenta y tendrá que hacer campaña contra candidatos que son relativamente sólidos como Peter McKay que anunció ayer miércoles que se presentará.
Pero Rona Ambrose sueña en convertirse en la primera Primera ministra elegida, la primera mujer elegida a ese cargo. Recordemos que Kim Campbell fue la primera mujer, Primera ministra de Canadá del 25 de junio al 4 de noviembre de 1993, pero no fue elegida para ese cargo. Y su reflexión no ha terminado todavía dice Chantal Hébert.
La amistad entre Harper y Ambrose
Entre los partidarios, por no decir el principal partidario, de Rona Ambrose se encuentra justamente Stephen Harper, que renunció a su cargo de Director de la organización responsable de la recaudación de fondos del Partido Conservador de Canadá. Pero la realidad es que había un conflicto entre Harper y otros miembros de esa organización. Harper declaró que él no había formado parte de la decisión que se tomó para ayudar a Andrew Scheer a financiar la escuela privada de sus hijos, dice Chantal Hébert.
Paul Wells, no había terminado todavía de escribir su artículo, cuando fuentes cercanas Harper comunicaron con él y otros, para decirle que la razón de la renuncia era porque no quería ser neutro en la campaña al liderazgo del PCC y poder bloquear abiertamente la candidatura de Jean Charest.
Dicho esto, si Stephen Harper decide inmiscuirse en esta campaña al liderazgo del partido, no será la primera vez que un ex jefe del partido en hacerlo. Y si Rona Ambrose decidiera, de una vez por todas, presentarse a la campaña del liderazgo del partido, “no estaría sorprendida ver a Stephen Harper darle oficialmente su bendición y unirse a ella, porque los matrimonios de Harper y Rona Ambrose son tan cercanos como los dedos de una mano. La señora Ambrose pasea regularmente con la esposa de Stephen Harper. Son grandes amigas y se hablan todos los días”, dice la analista política Chantal Hébert.
Si Stephen Harper renunció, además de lo ya dicho con respecto a Scheer, no será para pasearse por el país en todas las tribunas públicas y en los medios para decir “no voten por Jean Charest”, sino para apoyar públicamente a “su candidata”, la señora Rona Ambrose, concluye la analista política de Radio Canadá.
Y así mataría varios pájaros con un solo tiro: No se pronuncia abiertamente contra la candidatura de Jean Charest, puede apoyar abiertamente la candidatura de Rona Ambrose, ayudaría a elegir a la primera mujer Primera ministra de Canadá, ayudaría al PCC a regresar al poder y contribuiría a desalojar a los Liberales del poder. Esa sería una forma muy sutil de tomar su revancha contra el que lo derrotó en 2015.
RCI con informaciones de Radio Canadá, CBC, Maclean’s, Partido Conservador de Canadá e Internet
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