Sugar Beach, Toronto, Ontario, Canadá. (iStckphoto)

El verano no pondrá fin a la transmisión del nuevo coronavirus dice estudio

Según los investigadores Peter Jüni y Dionne Gesink de la Universidad de Toronto, el clima cálido y clemente de nos traerá la llegada del verano no ayudará en la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus, pero el cierre de las escuelas si lo permite.  

Profesor Peter Jüni (Foto: University of Toronto)

Si abrimos demasiado pronto las escuelas, sin las medidas apropiada para controlar la pandemia, podría ser contraproducente (…) Los países que cerraron sus escuelas rápidamente están obteniendo mejores resultados en promedio que aquellos que no lo hicieron, con un clima que no juega ningún papel (…) Nuestra investigación sugiere que el clima cálido no debería ser un factor en la decisión de volver a abrir las escuelas” afirma Peter Jüni del Hospital St. Michael, autor principal del estudio y profesor en el Instituto de Políticas, Gestión y Evaluación en la Escuela de Salud Pública Dalla Lana y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Toronto, provincia de Ontario.

Los autores estudiaron 144 áreas geopolíticas de todo el mundo con más de 375.000 casos de COVID-19 antes del 27 de marzo. Los resultados de este estudio fueron publicados el viernes 8 de mayo pasado en la revista de la Asociación Médica Canadiense (Canadian Medical Association Journal, CMAJ) convirtiéndolo en el primer estudio global revisado por pares fuera de China que muestra que es muy poco probable que el clima juegue un papel en la transmisión del nuevo coronavirus. 

La mala y la buena noticia

La mala noticia es que, según los investigadores, no encontraron evidencia de que los países que gozaron de un clima cálido durante el mes de marzo no se encontraron más aventajados que los países con clima frío. La buen noticia es que las intervenciones de las autoridades de salud pública, y más específicamente, las restricciones de reuniones masivas, el cierre de las escuelas y las otras medidas de distanciamiento social demostraron ser muy efectivas para detener la propagación de la pandemia.  

Dionne Gesink, profesora y epidemióloga de la Escuela de Salud Pública Dalla Lana de la Universidad de Toronto.

“El verano no hará que el virus desaparezca (…) Es importante que la gente sepa esto. Por otro parte, entre más intervenciones haya tenido la salúd pública en esta área, mayor será el impacto en la desaceleración de la propagación de la epidemia. Estas intervenciones son realmente importantes porque es lo único que funciona en este momento par frenar la epidemia”, dice la profesora y epidemióloga de la Escuela de Salud Pública Dalla Lana de la Universidad de Toronto.

Para medir el efecto del clima en la propagación del nuevo coronavirus, los investigadores estudiaron el período alrededor del equinoccio de primavera, cuando la luz del Sol llega a ambos hemisferios de la Tierra en cantidades iguales. Como resultado pudieron tener en cuenta la latitud y las temperaturas en las principales ciudades de todo el mundo y hacer referencias cruzadas con las intervenciones de la salud pública, tales como el cierre de las escuelas. 

Los resultados que el clima cálido no tenía ningún efecto en el progreso de la pandemia sorprendió a los autores del estudio. “Habíamos realizado un estudio preliminar que sugería que tanto la latitud como las temperaturas podían jugar un papel. Pero cuando repetimos el estudio en condiciones más rigurosas obtuvimos resultados opuestos” afirma el profesor Peter Jüni, quien es además Director de Centro de Investigación de Salud Aplicada en el Instituto de Conocimiento Li Ka Shing del Hospital St. Michael de Toronto.   

La humedad no ayuda a combatir el virus

Los investigadores descubrieron que la alta humedad podría ayudar a combatir un poco el nuevo coronavirus muy probablemente porque las gotas de aerosol caen al suelo más rápidamente o las partículas del virus se vuelven inestables en el aire húmedo y pesado. Pero esa débil asociación disminuyó en comparación con las medidas de distanciamiento social. 

Cabe señalar aquí que según la Asociación Española de Vacunología un estudio de la Universidad de Virginia de Estados Unidos publicado por The Journal of Infectious Deseases en agosto de 2018 demostró que la infectividad del virus de la gripe se mantiene en aerosoles y gotas independientes de la humedad relativa. En otras palabras, el virus gripal no pierde infectividad a medida que aumenta el nivel de humedad.    

Los autores de este estudio utilizaron cámaras de humedad controlada para medir la estabilidad del virus gripal pandémico A/H1N1pdm09 en aerosoles y en gotas respiratorias y probaron el virus en siete niveles diferentes de humedad, desde árido a tropical, y comprobaron que la infectividad permanecía estable en todos ellos. 

(iStockphoto)

La inmunidad aumenta con las vacunas

Debido a que la gripe desaparece en gran medida en climas cálidos, muchas personas esperan que COVID-19 siga la misma trayectoria. Pero el profesor Jüni resalta que la mayoría de las personas son al menos parcialmente inmunes a la gripe y que la inmunidad aumenta a medida que las personas se vacunan o se infectan y se recuperan nuevamente con el correr de los años.

Y cuando la temporada de la gripe regresa en otoño, se debe a mutaciones que permiten una nueva ronda de infecciones, al final de las vacaciones de verano y quizá debido al clima más frío. Pero, por el contrario, COVID-19 no necesita condiciones favorable para prosperar porque las personas no están inmunizadas, afirma el profesor Peter Jüni.

Y aunque las familias están sufriendo el cierre de las escuelas, Peter Jüni dice que Canadá puede mirar lo que se está haciendo en países como Alemania por ejemplo, que sigue las pautas de la salud pública, para aprender cómo reabrir cuidadosamente las escuelas en áreas con baja transmisión comunitaria. 

Este enfoque seguirá utilizando protocolos estrictos de distanciamiento social, evitará las reuniones masivas en las escuelas y mantendrán el tamaño de las clases al mínimo. Las diferentes estrategias para el regreso escolar deben probarse rigurosamente en ensayos aleatorios, sugiere el  autor principal del estudio y profesor en el Instituto de Políticas, Gestión y Evaluación en la Escuela de Salud Pública Dalla Lana y en la Facultad de Medicina de la Universidad de Toronto.

RCI/utoronto.ca/vacunas.org/Internet

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