El Ministro de Economía de México, Ildefonso Guajardo, la Ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, y el Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, en una conferencia conjunta sobre el nuevo acuerdo de reemplazo al TLCAN. (Foto: Reuters / Edgard Garrido)

Antes de que el nuevo TLC entre en vigor, Washington amenaza a Canadá y México

El nuevo acuerdo comercial de América del Norte ni siquiera ha entrado aún en vigor y ya la administración Trump está advirtiendo a Canadá y a México de que podrían enfrentar acciones legales en virtud del pacto.

Tal fue la amenaza de Robert Lighthizer, representante de Comercio de EE. UU. durante las audiencias del miércoles en el Senado y la Cámara de Representantes de ese país.

Lighthizer dijo que Canadá y México pueden esperar que se lancen casos contra ellos si no cumplen sus compromisos después de que el acuerdo entre en vigor el 1 de julio.

El Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, en una audiencia del Comité de finanzas del Senado de Estados Unidos en Washington el miércoles. Allí lanzó amenazas contra Canadá y México en relación con la aplicación del nuevo TLC. (Foto: Andrew Harnik/Pool vía Reuters)

Su advertencia mayor fue contra México. Lighthizer predijo una lucha para hacer que el vecino del sur implemente la mejora de los derechos de sus trabajadores, tal como establece el acuerdo.

«Actuaremos pronto y a menudo cuando haya problemas», dijo Lighthizer, al abordar específicamente el tema de la mano de obra mexicana.

Luego emitió una amenaza menos aguda contra la industria láctea canadiense, indicando que asume que el gobierno canadiense actuó de buena fe cuando acordó abrir parte del mercado lácteo de Canadá a la competencia extranjera.

Robert Lighthizer también se quejó de que Canadá tiene un historial de maniobras que efectivamente excluyen a los competidores extranjeros incluso después de que se logra un acuerdo comercial.

«Hay varias maneras de implementar su programa de modo que sería menos útil para nosotros que para otros», dijo Lighthizer sobre la industria láctea canadiense.

«Los granjeros estadounidenses [deben] obtener el beneficio completo de lo que negociaron. Si hay alguna desventaja en los beneficios para los granjeros estadounidenses, vamos a presentar un caso contra ellos», amenazó el representante de Comercio de EE. UU.

Trum se impuso desde un primer momento acabar con el TLCAN y reemplazarlo con un documento más beneficioso para las compañías estadounidenses. (Foto: AP Photo/Matt Rourke)

El tema de los productos lácteos fue uno de los más sensibles políticamente y más controvertidos durante las negociaciones comerciales entre Canadá y Estados Unidos llevadas a cabo entre 2017 y 2018.

Los detalles fueron negociados en los últimos días del proceso: Canadá aceptó permitir un 3,59% más de acceso a los mercados para los productos lácteos provenientes de Estados Unidos, y también acordó limitar las exportaciones a Estados Unidos de productos lácteos canadienses que los funcionarios estadounidenses consideran injustamente subvencionados.

Ahora, el grupo de presión de la industria láctea estadounidense está furioso ante los detalles publicados esta semana por el gobierno canadiense sobre la manera en que se llevará a cabo el proceso de liberalización.

Esos detalles muestran que el proceso será controlado sobre todo por la industria canadiense. Y esto está sucediendo rápidamente.

Desde el lunes pasado, Canadá dio una semana a los posibles importadores de productos lácteos estadounidenses para que soliciten una parte de la cuota. Un aviso publicado en el sitio internet del Departamento de Relaciones Internacionales de Canadá reveló que casi todos estos permisos de importación serán asignados a los procesadores de lácteos canadienses.

¿Qué sucede si en este proceso los permisos de importación terminan sin ser utilizados y los productos extranjeros no pueden entrar?

Eso no está claro. Todo lo que dicen las normas es que los titulares de las cuotas deben importar el 95% de lo que se comprometieron a hacer, o «pueden» ser penalizados el año próximo con una reducción de la cuota. El lobby de los lácteos de EE. UU. dijo que temía reglas como esta.

El tema de los productos lácteos ha sido una parte difícil en la negociación del nuevo acuerdo comercial entre Canadá , México y Estados Unidos (USMCA). (Foto: Radio-Canada)

Los cabildantes estadounidenses dicen que Canadá utilizó una estrategia similar en el pasado, en una aparente alusión a las quejas de los europeos relacionadas con los productos lácteos tras el acuerdo entre Canadá y Europa que entró en vigor en 2017.

“Canadá ha optado una vez más por manipular sus compromisos de acceso a fin de proteger su mercado de productos lácteos, que está estrictamente controlado», dijo Jim Mulhern, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche de Estados Unidos.

«Los granjeros de EE. UU. sufrirán gran parte de las consecuencias de esta interpretación sesgada de las disposiciones lácteas [del nuevo TLCAN]», añadió Mulhern, a tiempo de instar al Gobierno estadounidense a actuar rápidamente para pedirle cuentas a Canadá.

El nuevo acuerdo entre Canadá, México y Estados Unidos incluye diferentes paneles de disputa: las empresas pueden demandar a un país por la imposición de tarifas injustas en virtud del Capítulo 10 o, lo que es más relevante en este caso, en virtud del Capítulo 31, que dice que un país puede pedir sanciones contra otro por no cumplir con sus compromisos.

«Somos buenos para seguir las reglas y creemos en hacerlo», dijo Chrystia Freeland, viceprimera ministra de Canadá, cuando se le preguntó sobre los comentarios de Lighthizer. «Y también somos buenos defendiendo nuestros intereses nacionales, algo que también haremos», añadió ella.

El ministro de Relaciones Exteriores de México Marcelo Ebrard, la viceprimera Ministra canadiense Chrystia Freeland y el representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, en la ceremonia de firma del nuevo acuerdo, el USMCA, en reemplazo del TLCAN, el año pasado. (Foto: Henry Romero/Reuters)

El líder del grupo de presión del sector lácteo de Canadá, Jacques Lefebvre, de la organización Dairy Farmers of Canada, dijo el miércoles que EE. UU. consiguió lo que quería en el nuevo TLCAN, y dijo que la industria canadiense está cumpliendo a pesar de los efectos «devastadores» del acuerdo. Cualquier sugerencia en sentido contrario es «en el mejor de los casos, está mal informada», dijo en una declaración.

La audiencia del miércoles en Washington abordó también la cuestión de los productos y plataformas digitales.

Lighthizer atacó con virulencia las propuestas de otros países para aplicar un impuesto a los productos digitales estadounidenses, algo que para la administración Trump es una penalización de facto contra las plataformas como Google y Netflix.

Estados Unidos amenazó con aplicar aranceles a los países que lleven adelante esos planes. Los liberales de Trudeau y otros partidos canadienses propusieron en sus plataformas electorales un impuesto a esas compañías que sacan utilidades a partir del uso de contenidos producidos por compañías canadienses, a las cuales no pagan regalías.

La intención de varios gobiernos de cobrar impuestos a las compañías transnacionales como Facebook, Amazon, Netflix y Google, ha causado reacciones de furia en la administración de Trump. (Foto: REUTERS/File Photos)

Lighthizer también elogió a los funcionarios estadounidenses que lograron bloquear una propuesta la semana pasada en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que establecía un impuesto digital.

«La realidad fue que todos se reunieron y acordaron que arruinarían a EE. UU. …y eso no es algo de lo que íbamos a formar parte», dijo Lighthizer.

También dejó claro que estaría perfectamente feliz si el máximo órgano de apelación de la Organización Mundial del Comercio, actualmente paralizado por una protesta de EE. UU., no vuelve a funcionar nunca.

Lighthizer criticó a la organización por excederse en su mandato y sugirió que el comercio mundial no se vería afectado si se volviera al sistema que existía antes de que se creara ese órgano de apelación en 1995 para resolver las controversias.

Este es un reconocimiento implícito de que, en materia comercial, en lugar del reconocimiento de la igualdad de los derechos de todos los actores económicos mundiales, desde el punto de vista del representante de Comercio de EE. UU., debe más bien primar, simple y llanamente, la ley del más fuerte.

Fuente: CBC / A. Panetta / J. McGregor / Canadian Press / RCI

Categorías: Economía, Internacional, Política, Sociedad
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