Lo dicen científicos de todo el mundo: las vacunas son el logro más fundamental en materia de avance de la salud en la historia de la humanidad. Las evidencias están a la vista de cualquiera que se interese en el tema. La Organización Mundial de la Salud maneja cifras provenientes de investigaciones que rastrean esos logros: millones de muertes son evitadas cada año. Pero también manejan las otras, las negativas. Porque al no llegar a todo el mundo, dos millones de personas fallecen anualmente por patologías prevenibles. Casi tres millones de niños menores de 5 años, fallecen cada año por enfermedades que son evitables por medio de vacunas.
Basten dos ejemplos de eficacidad: La poliomielitis, un mal que ocasiona terribles secuelas, está cerca de su erradicación mundial gracias a la inmunización, que también ha logrado rebajar la mortalidad del sarampión en un 74% en solo una década, de 2000 a 2010.
Eso no impide que en varias partes del mundo se organicen grupos antivacunas que propagan falsedades en las redes, que inundan con mensajes que minimizan los efectos de la inmunidad y amplifican los secundarios, y que se consideran defensores de lo natural ante la invasión de lo “químico”. Son grupos fundamentalmente anti gobierno, anti autoridad y que se unen por su total desconfianza a la ciencia.

Ya en abril manifestantes en Queen’s Park exigieron el fin del confinmiento y la reapertura de la economía. (Michael Charles Cole / CBC)
El daño que pueden causar es inmenso. Estos grupos antivacunación hacían falsas afirmaciones sobre el sarampión. La gente empezó a desconfiar de esa vacuna lo que dio lugar a un resurgimiento de los casos de sarampión en Canadá, donde se había declarado su erradicación a finales del decenio de 1990.
Si a eso se le agrega un nuevo movimiento, el anti mascarilla, que se está desarrollando también en las redes, ese cóctel puede resultar mucho más mortal.
Desde que se detectó el nuevo coronavirus los científicos saben que lo único que puede erradicarlo es una vacuna. Pero hasta que eso ocurra, sólo hay una manera de frenar COVID-19, y es respetando las consignas de salud pública: distancia de dos metros, lavado de manos y uso de mascarilla.
En Canadá se está dando un fenómeno: los antis de ambos bandos se están uniendo. Pero como advierten los expertos, no necesariamente bajo la misma bandera. Muchos canadienses que se oponen a la obligatoriedad del uso de las mascarillas por la pandemia no son necesariamente antivacunas. Pero sí preocupa que los movimientos anti vacunas se mezclen con los anti mascarillas.
El miedo como motor ideológico
Este activismo anti vacuno es tan antiguo como la vacuna misma. Pero tuvo un detonante: Andrew Wakefield. Este médico británico publicó en 1998 un artículo en la prestigiosa revista The Lancet en el que afirmaban haber encontrado un vínculo entre la vacuna del sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) y el autismo.
Aunque luego se demostró la falsedad de sus afirmaciones y fue expulsado del colegio de médicos del país, el daño estaba hecho: el miedo había ganado y perdura hasta estos días.
El planteo de que las vacunas pueden generar autismo en los chicos, ahora es implementado para sostener que las cuarentenas obligatorias son evidencia de que los gobiernos controlan las libertades individuales en la sociedad.
Una unión coyuntural que puede crecer
Según información del radiodifusor público CBC el grupo anti mascarilla Hugs Over Masks, liderado por Vladislav Sobolev colabora activamente con Vaccine Choice Canada, una de las organizaciones anti-vacunación más prominentes del país.
Vaccine Choice Canada es una sociedad sin fines de lucro dirigida por voluntarios y registrada a nivel federal. Sirven como grupo de información pública “comprometido con la protección de los niños contra los riesgos conocidos de las vacunas que se utilizan actualmente y las que se están desarrollando para su uso futuro en el Canadá, proporcionando información sobre los componentes de las vacunas, los efectos secundarios y los posibles efectos en la salud a largo plazo”.
Hugs over Masks se considera una “comunidad de individuos independientes, no partidistas y preocupados que trabajan juntos en la búsqueda de la restauración de sus libertades y su forma de vida”. El grupo dijo que se dedica a eliminar las medidas de confinamiento por COVID-19 que creen que perjudican innecesariamente a los canadienses.
Estos grupos desarrollan lazos con sus pares de Estados Unidos lo que hace que el problema se extienda a ambos lados de la frontera. Tienen el mismo discurso que Trump y Bolsonaro, presidentes de Estados Unidos Y Brasil, dos paîses con la mayor cantidad de contagios y muertes en el mundo por Covid-19.

«Estamos luchando por las pequeñas empresas, la clase trabajadora, los pobres, los estudiantes, las víctimas de abuso doméstico, las personas que esperan procedimientos médicos electivos, el derecho a una reunión pacífica, la lista es interminable». Elegimos la libertad, la libertad y el equilibrio de la salud mental y física «, dijeron los organizadores. (Michael Charles Cole / CBC)
Sobolev le dijo a CBC que la autora del libro Saying No To Vaccines (Decir no a las vacunas), la estadounidense Sherri Tenpenny, está proporcionando entrenamiento en línea a su grupo.
Tenpenny, junto con otros defensores de la antivacunación en los EE.UU. y Canadá, han abrazado la causa anti mascarilla y se oponen a las medidas de confinamiento decretadas por salud pública de Canadá.
El grupo desafía activamente las orientaciones de salud pública durante las concentraciones, en las que se alienta a las personas a llevar a sus hijos, a rechazar el distanciamiento físico y a no llevar máscaras, diciendo que se niegan a adoptar la «nueva normalidad» de la vida durante la pandemia. Las manifestaciones contra el uso de máscaras en Toronto parecen atraer desde un par de docenas hasta unas 150 personas.
Vaccine Choice Canada demandó ante el Tribunal Superior de Justicia de Ontario este mes a Salud pública Canadá, al gobierno federal, incluidos el Primer Ministro Justin Trudeau, la Jefa de Salud Pública, Dra. Theresa Tam, y la Reina.
En la demanda se afirma que las medidas de salud pública de COVID-19, incluidos los cierres, el distanciamiento físico y el enmascaramiento obligatorio, son violaciones de los derechos constitucionales.
Sobolev dijo que su grupo considera que COVID-19 es una «estafa», argumentando que los hospitales de Canadá se habrían llenado hasta el tope con pacientes de COVID-19 si éste fuera real.
El Dr. Matthew Oughton, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad McGil dice que le causa preocupación ver a la gente “actuando con información que estoy seguro no sólo es incorrecta, sino potencialmente engañosa y que puede llevar a resultados perjudiciales».
¿Qué se sabe hasta ahora? Que las personas con COVID-19 pueden ser más infecciosas antes de mostrar ningún síntoma, dice Oughton.
Lo que la hace diferente de muchos otros virus.
Es una razón clave por la que es importante que las personas usen máscaras, incluso si se sienten perfectamente sanas, cuando el distanciamiento físico no es posible para prevenir la transmisión, dicen los expertos médicos.

Una mujer sostiene un cartel en un mitin antimáscara en Toronto el 25 de julio. Los mensajes que denuncian tanto las máscaras obligatorias como las vacunas son comunes en tales protestas. Los funcionarios de salud pública canadienses nunca han sugerido que sería obligatorio inmunizarse contra COVID-19 si una vacuna se desarrolla con éxito. (Michael Cole / CBC)
Qué hacer
La clave es combatir la desinformación que recibe esa franja de la población considerada con dudas «vacilantes de la máscara» – similar a las personas que son vacilantes de la vacuna – proporcionando respuestas claras y honestas a sus preguntas, dijeron los expertos.
También se pueden tomar medidas radicales como la del gobierno de Australia que está optando por quitar beneficios sociales a las familias que opten por la no vacunación como informa El País de España. Porque el riesgo es grande.
La OMS declaró a inicios de este año que «las dudas y el rechazo a las vacunas» es una de las 10 principales amenazas para la salud mundial.
Más información:
Denuncian peligro de campañas contra las vacunas
Los canadienses deberían usar mascarillas como una «protección adicional»
Cuando se descubra la vacuna contra el COVID-19 ¿Será obligatoria?
CBC-BBC-RCI-La Nación- Hugs over Masks- Vaccine Choice Canada
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.