El trabajo que realizan los trabajadores temporales agrícolas que vienen a Canadá desde hace años es objeto de estudios e investigaciones sobre la problemática que rodea a ese trabajo en términos de discriminación de tipo laboral y económica.
Pero un documental, que será presentado este año, Migranta con M de mamá , aborda de manera inédita una situación que afecta únicamente a las mujeres-madres que dejan a sus hijos en sus países para trabajar bajo el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales.
“Tres mujeres que migran a Canadá bajo un programa de trabajo documentado denominado Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales abren su corazón para adentrarnos al complejo mundo de la maternidad a la distancia. Sus narrativas nos ayudan a reflexionar sobre varias de las dimensiones que permean los procesos migratorios. Ser mujeres, madres, solteras o viudas, en el caso de una de ellas y originarias de comunidades rurales, entre otras características, ponen en riesgo su estabilidad emocional y la de sus hijos e hijas en un contexto en donde la migración se vuelve cada vez más una opción para las personas que han sido precarizadas por estructuras de poder patriarcales.”
-Aaraón Díaz Mendiburo, director
La pandemia COVID-19 puso al desnudo como nunca antes la necesidad que tiene Canadá de la mano de obra de los trabajadores temporales agrícolas que año tras año llegan a este país para trabajar en los campos cosechando los frutos que luego llegarán a la mesa de los canadienses.
También dejó evidencias de la precariedad en la que viven estos trabajadores y el mal trato que se agudizó y se hizo visible por el coronavirus.
En Radio Canadá Internacional dimos la palabra a trabajadores, especialmente de México y Guatemala, a sindicalistas que los representan, a académicos, reflejamos las políticas gubernamentales para tener un panorama global de esta problemática.
¿Por qué se habla tan poco de ellas, las mujeres trabajadoras agrícolas extranjeras? Es la pregunta que le hice al director del documental Migranta con M de mamá , Aaraón Díaz Mendiburo, Doctor en Antropología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aaraón Díaz Mendiburo es Doctor en Antropología, Maestro en Trabajo Social y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte. En 2018 finalizó una estancia postdoctoral en el International Migration Research Centre de la Universidad Wilfrid Laurier, en Canadá.
Migranta con M de mamá cuenta la historia de Vicky Meneses, Betty Perea y Letty Martínez, tres mujeres que migran a Canadá bajo el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales. Madres migrantes que dejan a sus hijos e hijas para trabajar en Canadá durante ocho meses, “una situación que trae consigo impactos negativos tanto en ellas como en los hijos”.
Aunque la culpa por dejarlos en sus países no las abandona, no por eso dejan de soñar que lo que hacen vale la pena por brindarles una vida mejor.
El documental antropológico, dice Díaz Mendiburo, es el resultado de una “investigación de esa realidad social de las madres trabajadoras con el objetivo de sensibilizar acerca de las implicaciones que conlleva ser madre a la distancia bajo esquemas de trabajo transnacionales como es el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT) México-Canadá”.
La investigación es muy rica en datos. Alrededor del 60 por ciento de las y los trabajadores pasan más de la mitad del año en las provincias de Ontario, Columbia Británica y Quebec y, en su mayoría, lo han hecho por más de 10 años.
La idea de la maternidad en el documental
La investigación de Aaraón Díaz Mendiburo tiende una mirada que va más allá del tradicional enfoque económico. Dos preguntas centrales guiaron su documental:
¿qué implicaciones tiene para las madres y sus hijas e hijos ser y tener una madre a la distancia bajo un programa de trabajo transnacional?
¿cómo grabar un documental sobre temas tan íntimos como la maternidad y sus transformaciones sin causar impactos negativos en sus participantes?
Aaraón dice que fueron Vicky Meneses, Betty Perea y Letty Martínez las que lo llevaron a decidirse por abordar el tema de la maternidad.
Las mujeres al inicio estuvieron de acuerdo con su propuesta de un “enfoque íntimo de la problemática y que muy rara vez era abordado en esas historias”. Díaz Mendiburo dice que le interesaba al inicio trabajar sobre las “relaciones sexo afectivas en el contexto de la migración transnacional con fines de trabajo. La gente migra bajo programas de trabajo, pero no son objetos de trabajo, como les hacen creer, son personas que no solo tendrían que ir a trabajar sino a ejercer todos sus derechos, entre ellos los derechos sexuales “.
El cambio de ángulo se fue dando a medida que el diálogo avanzaba entre el director y las trabajadoras. “A ellas les interesaba hablar más de sus hijas e hijos y de ellas como madres, así que decidí dar un giro al documental”.
Díaz Mendiburo señala la importancia de visibilizar estas dimensiones generalmente ocultas. Es importante, dice, que las trabajadoras reflexionen sobre su trabajo y las “problemáticas a las que se enfrentan tanto a nivel personal como familiar”.
“De acuerdo con sus testimonios, el documental les ha servido para exteriorizar todo aquello que difícilmente pueden expresar tanto en Canadá como en México. Son mujeres que necesitan hablar y, muchas de ellas, ya no aguantan más permanecer en silencio”.
El documental como herramienta contra las injusticias
Aaraón descubrió el potencial del documental gracias a una antropóloga de la Universidad de Toronto, Janet McLaughlin, quien lo invitó a trabajar en una investigación en México que ella estaba llevando a cabo con las y los jornaleros agrícolas que migran temporalmente a Canadá.
“Cuando ella hacía las entrevistas me sorprendían tantas injusticias que al parecer eran invisibilizadas”.
Ese contacto con los trabajadores le permitió más tarde en Canadá recoger sus historias con una cámara y así nacieron los documentales Migrantes, los que venimos de adentro, 2007 y Matices migración “temporal” en Canadá, 2011.
La presentación y difusión de esos documentales tanto en México como en Canadá, tuvieron repercusión “entre y con los miembros de comunidades académicas canadienses y mexicanas, pero también con las personas involucradas directa o indirectamente con la población migrante, lo que contribuyó a mirar la migración laboral no sólo bajo una perspectiva económica sino desde una mirada holística y compleja por sus diversas aristas, situación que a corto, mediano y largo plazo, impacta en las acciones generadas en torno a las y los migrantes”.
Para Díaz Mendiburo era importante crear el debate, dando a conocer la realidad laboral en sus términos de precariedad y de violación de los derechos de los migrantes.
“Supe entonces que era una herramienta muy buena que podía utilizarse para luchar en contra de las injusticias”.
Aaraón dice que Migranta con M de mamá “hace ver” aquello que el contexto y los intereses políticos de los estados y de los grupos en el poder han impedido visibilizar, muy probablemente porque esa visualización implicaría el temor a estar de ese “otro lado” o a confrontar el statu quo.
Fuente: IRCC, 30 de abril de 2020
Las investigaciones de Díaz Mendiburo abordan temas relacionados con la salud, la educación, el empleo, las representaciones sociales y las relaciones interculturales de la población agrícola migrante a Canadá, sus familias y las comunidades expulsoras y receptoras de esta.
En la actualidad Aaraón Díaz Mendiburo se enfoca en la industria del cannabis en Estados Unidos y Canadá, analizada desde la perspectiva de las narrativas de los distintos grupos de interés y su impacto en las políticas públicas.
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