Una investigación de las Naciones Unidas informó el 9 de septiembre que las armas proporcionadas por los países occidentales e Irán a los bandos en guerra en Yemen están alimentando un conflicto que ya dura seis años, marcado por mortales ataques aéreos de parte de la coalición liderada por Arabia Saudita y bombardeos lanzados por los combatientes houthi.
Los ataques aéreos de la coalición saudita, apoyada por Estados Unidos, durante el año pasado pueden constituir crímenes de guerra, mientras que el movimiento houthi, alineado con Irán, llevó a cabo asesinatos y otros abusos que también pueden constituir crímenes de guerra, dijeron los investigadores que redactaron ese informe.
Este 2020 es el tercer año consecutivo en que el panel de expertos independientes encontró que todas las partes envueltas en el conflicto habían violado el derecho internacional. Las conclusiones de este año abarcaron los incidentes ocurridos entre junio de 2019 y junio de 2020.
«Después de años de documentar el terrible costo de esta guerra, nadie puede decir ‘no sabíamos lo que estaba sucediendo en Yemen'».
Kamel Jendoubi, presidente del grupo de expertos de la ONU.

Niños observan los restos de una tienda de aceite y neumáticos de un vehículo destruida por un bombardeo aéreo lanzado por Arabia Saudita en Sanaa, Yemen, el 2 de julio de 2020. (Foto: REUTERS/Khaled Abdullah )
Melissa Parke, miembro del grupo, dijo a la prensa que «La responsabilidad de estas violaciones recae en todas las partes en el conflicto «, a es decir el gobierno de Yemen, las autoridades de facto [houthis], el Consejo de Transición del Sur y los miembros de la coalición, en sobre todo Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos».
Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia e Irán continuaron apoyando a las partes en conflicto, dijo el panel de la ONU, «incluso a través de transferencias de armas, ayudando así a perpetuar el conflicto».
«Este año añadimos a Canadá porque ha habido un aumento en la venta de armas por parte de Canadá en 2019», dijo el miembro canadiense del panel Ardi Imseis, añadiendo que España, Polonia e Italia también habían vendido armas, atizando el conflicto en el que la población civil lleva la peor parte.
«Por lo tanto, reiteramos nuestro llamado a los Estados para que dejen de transferir armas a las partes en conflicto», dijo Imseis, un profesor de derecho.
Los tres expertos instaron al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a que remitiera la situación en Yemen a la Corte Penal Internacional para el posible enjuiciamiento de los responsables de esta situación y la ampliación de su lista de personas sometidas a sanciones.

Una columna de humo se levanta tras un ataque aéreo de Arabia Saudita en Sanaa, Yemen. (Foto: REUTERS/Mohamed al-Sayagh)
La coalición sunita encabezada por los saudíes intervino en Yemen en marzo de 2015 después de que en 2014 los houthis expulsaron del poder y de la capital, Sanaa, a un gobierno internacionalmente reconocido.
El conflicto es ampliamente considerado como una guerra de poder entre Arabia Saudita y su rival en la región, Irán. Más de 100.000 personas han muerto y millones están al borde de la hambruna, dicen las agencias internacionales de ayuda humanitaria.
«Durante el período que abarca el informe, el Grupo verificó otros cuatro ataques aéreos o una serie de ataques aéreos que implicaron fracasos similares en la adopción de las medidas necesarias para proteger a la población civil y los bienes de carácter civil», dice el informe sobre la coalición que respalda al gobierno del presidente exiliado de Yemen, Abd-Rabbu Mansour Hadi.
«Los desproporcionados ataques constituyen crímenes de guerra según el derecho internacional consuetudinario», decía ese informe.
Los disparos de mortero lanzados por los houthis en abril alcanzaron una prisión central en la ciudad de Taiz, que se encuentra en primera línea, matando a seis mujeres y dos niñas, según el informe, una acción que podría constituir un crimen de guerra.
Canadá fue criticada por vender material bélico a Arabia Saudita en momentos en que este país es considerado por distintas voces como un agresor en Yemen. Tras el brutal asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi por la monarquía saudita, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau fue presionado para suspender un contrato de venta de armas a ese país. El 23 de octubre de 2018, Trudeau explicó que el costo de la anulación de ese contrato de venta de vehículos blindados a Riad tendría un costo exorbitante.
Fuentes: Reuters / CBC /Canadian Press /RCI
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