Las clases a distancia no parecen ser un fenómeno pasajero. Foto: iStock.

La pandemia y la expansión de la educación a distancia

La pandemia de coronavirus significó una impulsora inesperada de la utilización de los servicios en línea aplicados a la educación.

Decenas de miles de estudiantes se vieron obligados en Canadá a valerse de Internet para continuar sus estudios, mantener sus tareas al día y acceder a los materiales pedagógicos a través del llamado “mundo digital”.

Tal realidad se tradujo en un auténtico desafío, no sólo para estudiantes y profesores, pero también para los padres.

Aunque las clases han retornado a las escuelas, los cursos y actividades en línea han ganado un espacio que no parece que vayan a abandonar.

La educación en línea no tiene por qué ser motivo de angustia. THE CANADIAN PRESS/Jeff McIntosh

Desafíos compartidos

La permanencia de los niños en las casas obligó a las instituciones educativas, pedagogos, docentes y padres a buscar las formas de que los alumnos pudieran continuar su instrucción. La “mudanza” de las aulas a las casas debió enfrentar varios escollos: espacios no preparados para una clase, obligaciones variadas, tareas y dinámicas no siempre combinables entre los propios menores y con los padres y conflicto por el uso de las herramientas disponibles…

Los padres se vieron obligados, en la mayoría de los casos, a repartir su tiempo entre el trabajo y la atención de sus hijos, generando una superposición de tareas no siempre fácil de organizar.

Pero también se vieron enfrentados a la necesidad de participar, apoyando a los niños, en ese mundo nuevo de las clases en línea incluso, en algunos casos, con poco o nulo conocimiento sobre las nuevas tecnologías.

El entorno y la rutina propicios deben acompañar la actividad. THE CANADIAN PRESS/Jeff McIntosh

La unión hace la fuerza

Una experta en educación de la Universidad de Alberta propone una serie de 4 consejos, que pueden ayudar a que la “escuela en línea” sea una experiencia positiva y fructífera para todos los involucrados.

Los 4 pasos a no olvidar son:
  • Supervisión
  • Horario
  • Aprendizaje lúdico
  • Pedir ayuda

El primer paso involucra el seguimiento de las actividades que realiza el menor mientras está en clase. Así como los padres, normalmente, no libran a sus hijos a su suerte en su vida diaria, el aprendizaje en línea puede involucrar desafíos en los que la intervención de un adulto puede ser necesaria. Y no se trata sólo de supervisar contenidos, buscar información o entender palabras o una idea; también puede ser que los pequeños necesiten ayuda para montar los equipos que deben usar y… para cumplir con los horarios y plazos que impone la escuela.

El segundo paso se refiere a establecer una rutina que, por un lado, asegure que el menor dedica el tiempo necesario a sus obligaciones para con la escuela pero, también, que no se exceda, descuidando el resto de su vida familiar, los tiempos de juego y recreación y los horarios de las comidas.

El tercer paso implica mezclar la obligación del esfuerzo físico y mental que demanda estudiar con actividades recreativas, que hagan el proceso más atractivo y llevadero y permitan relajar la tensión. La cercanía física con los otros niños, común en las escuelas, no existe en el mundo digital. Buscar actividades que los pequeños puedan “compartir” en línea con sus amigos es una necesidad en tiempos de pandemia.

Los menores necesitan reinventar en línea el contacto físico que tenían con sus compañeros. Foto: iStock.

El cuarto paso hace referencia a los desafíos que el mundo online nos presenta, a los que nos referimos más arriba. Si el niño tiene problemas con sus clases a distancia, es necesario contactar al docente para buscar una solución, tal como ocurre en la educación convencional.

Suzanna Wong, de la Facultad de Educación de la Universidad de Alberta sostiene que estos cuatro pasos, pueden hacer que la experiencia de estudiar a distancia sea más beneficiosa para todos.

Se trata de pasos simples, pero que la especialista invita a no pasar por alto, sobre todo cuando las clases a distancia parecen ir ganando presencia cada vez más en la educación canadiense.

Fenómeno no tan nuevo

Según el reporte “Estado de la Nación: Educación digital K-12 en Canadá” de 2019, todas las provincias canadienses ejecutan alguna iniciativa de educación a distancia.

El año último, de los 5.056.819 estudiantes que cursaron los niveles primario y secundario en todo el país, 299.320, es decir el 5,9 por ciento, estaban enrolados en un programa o curso de educación en línea.

Los cursos en línea se llevan a cabo desde hace años y la oferta se incrementa. THE CANADIAN PRESS/Jeff McIntosh

La cifra, correspondiente al ciclo lectivo 2018-2019, es levemente superior al período 2015-2016, cuando había 293.401 estudiantes siguiendo esa modalidad y más alta aún que la del período 2017-2018, cuando la cifra llegaba a 263.686 alumnos.

De los poco más de 5 millones de estudiantes primarios y secundarios, 860.398, que equivale al 17 por ciento, estuvieron inscriptos en el ciclo 2018-2019 en educación compartida, es decir, combinaron cursos presenciales con clases en línea. La cifra supera holgadamente a los enrolados en el ciclo 2017-2018, que fueron 675.508.

La educación superior se vuelca cada vez más a favor de los clases en línea. Foto: iStock.

Tendencia en aumento

Por su parte, la Asociación Canadiense de Investigación sobre la Educación en Línea sostiene que la formación a distancia sigue expandiéndose en Canadá y que los centros educativos postsecundarios de la provincia de Ontario lideran el fenómeno.

Según la Encuesta Nacional Canadiense sobre Educación Digital y En Línea de 2019, 101 instituciones en todo el país reportaron inscripciones de estudiantes para cursos no presenciales.

La matrícula para clases a distancia aumentó 10 por ciento para el período 2018-2019 respecto al ciclo anterior.

Además, como un posible indicio de que las clases en línea están aquí para quedarse, numerosas casas de estudios, de distintos niveles, están trabajando con expertos en el diseño de herramientas que permitan el monitoreo del progreso de los estudiantes y su evaluación.

Fuentes: Universidad de Alberta / Red Canadiense de Educación a Distancia / Asociación Canadiense de Investigación sobre Educación en Línea.

Categorías: Internet, ciencias y tecnologías, Sociedad
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