En esta foto se ve a Mike Wabano, miembro de la Primera Nación Weenusk, armando un campamento para la caza de caribúes en un río congelado cerca de Peawanuck. Como resultado del calentamiento de las temperaturas, la cubierta de hielo y nieve es a menudo más delgada e inestable. (Foto: Daron Donahue)

Crisis climática restringe acceso de Primeras Naciones de Canadá a alimentos tradicionales

Un nuevo informe de Human Righs Watch afirma que los efectos del cambio climático reducen las fuentes tradicionales de alimentos de las Primeras Naciones canadienses, elevan el costo de productos importados y exacerban el problema de la inseguridad alimentaria y otras consecuencias negativas para la salud.

Según el documento de 120 páginas, el aumento de las temperaturas en Canadá supera en más del doble la tasa de calentamiento global y, en el caso del norte del país, prácticamente la triplica.

A pesar de tener una población pequeña en relación con otros grandes países, Canadá está entre los 10 principales emisores de gases de efecto invernadero, con volúmenes per cápita que triplican o cuadriplican la media mundial, explica el informe “‘My Fear is Losing Everything’: The Climate Crisis and First Nations’ Right to Food in Canada” (Temo perderlo todo: La crisis climática y el derecho de las Primeras Naciones a la alimentación en Canadá)

“Como resultado del cambio climático, las Primeras Naciones se ven sumidas en niveles cada vez más alarmantes de pobreza alimentaria. Al no cumplir sus propios compromisos sobre reducción de emisiones, Canadá empeora la crisis climática global que, en su territorio, tiene un mayor impacto entre los pueblos Indígenas que viven de la tierra”.

Para realizar este informe Human Rights Watch entrevistó a más de 120 personas, como residentes, jefes y miembros de consejos de Primeras Naciones en Yukón, el noroeste de Columbia Británica y el norte de Ontario, así como a proveedores de salud, educadores y expertos ambientales y de salud, incluidos consejeros de salud mental que trabajan con comunidades Indígenas y miembros de organizaciones que las representan.

Human Rights Watch también consultó investigaciones académicas y estudios científicos revisados por otros expertos en los cuales se documenta y se proyecta el impacto del cambio climático en las zonas de estudio, y dialogó sobre estos temas con funcionarios de los gobiernos federal, provinciales y territoriales.

En este video se ve el testimonio de varios miembros de las Primeras Naciones de Canadá de las regiones más nórdicas.

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En las tres zonas geográficas de estudio, los residentes señalaron haber observado una drástica reducción en la cantidad de alimentos que pueden cosechar, así como dificultades y peligros crecientes asociados con la obtención de los alimentos en su entorno.

Estos cambios se deben, en gran parte, a los efectos del cambio climático sobre la vida silvestre, como las variaciones en las condiciones del hielo y el permafrost, los incendios forestales cada vez más intensos y frecuentes, el aumento en las temperaturas del agua, la alteración de los niveles del mar y precipitaciones, y la imprevisibilidad climática.

Las familias se ven obligadas a reforzar su dieta tradicional con más alimentos comprados. Sin embargo, las tiendas de alimentos en general están en lugares alejados y los precios de los alimentos nutritivos les resultan prohibitivos.

Muchas personas señalaron que, debido a esto, suelen comer alimentos más asequibles pero con menor valor nutricional, lo cual agrava las condiciones de salud preexistentes que son resultado de la marginación histórica y el acceso limitado a la atención de la salud en las comunidades indígenas rurales y remotas.

Los niños y niñas, las personas mayores y las personas con enfermedades crónicas están entre los más perjudicados. Katharina Rall, investigadora sénior sobre Medioambiente de Human Rights Watch

En todo el país, las Primeras Naciones están respondiendo al impacto de la crisis climática, afirma la investigadora.

Algunas naciones han establecido «sólidas redes para el aprovechamiento compartido de alimentos tradicionales», mientras que otras crearon sistemas de monitoreo de los impactos del cambio climático en su entorno.

Sin embargo, para todas estas iniciativas se requiere de capacidad y de recursos adecuados, algo con lo que no cuentan numerosas comunidades, y los gobiernos a nivel federal y provincial no les están apoyando lo suficiente, concluyó Human Rights Watch.

Foto tomada en Pond Inlet, Isla de Baffin, Canadá el 23 de agosto de 2019. Una mujer inuit con su bebé en la espalda (Foto: iStock/RUBEN RAMOS)

Según el organismo internacional, a menudo no hay disponibilidad de subsidios ni de los recursos sanitarios y de otro tipo que se necesitan para responder, o estos son insuficientes o no llegan a quienes más los necesitan.

El programa Nutrición del Norte (Nutrition Nord), establecido por el gobierno federal, subsidia el transporte de alimentos nutritivos que proveen tiendas minoristas del inscritas en el programa. Sin embargo, la posibilidad de comprar otros alimentos directamente en tiendas sigue estando fuera del alcance económico de muchos miembros de las comunidades remotas y del norte del país.

El gobierno federal de Canadá reconoció que la seguridad alimentaria es una cuestión crítica y que deben adoptarse medidas más enérgicas para reducir las emisiones y atender las necesidades de seguridad alimentaria de las Primeras Naciones.

No obstante, dice Human Rights Watch, no ha precisado cómo tiene previsto reducir las emisiones o, en concreto, abordar la inseguridad alimentaria que se ha agudizado por la situación climática.

¿Qué hace el gobierno de Canadá?

En este 2020, ya inmerso en el contexto de la pandemia, el gobierno de Canadá anunció la puesta en marcha del Subsidio de apoyo a los cazadores y recolectoresque según documentos oficiales, se elaboró en colaboración directa con asociados de la nación inuit para mejorar el acceso a los alimentos tradicionales y reducir los elevados costos de la caza y la recolección.

Natan Obed (Foto: Inuit Tapiriit Kanatami)

La inseguridad alimentaria es un tema cotidiano para nosotros.

Es muy común en nuestras 4 regiones de Inuit Nunangat. Oscila entre el 68,3% y el 77,6%, dependiendo de la región.Natan Obed, presidente de Inuit Tapiriit Kanatami

Su organización con representación nacional trabaja en la protección y promoción de los derechos e intereses de los inuit en el Canadá, explicó recientemente que más de dos tercios de los inuits siguen prefiriendo obtener su comida de la naturaleza en lugar de la comida comprada.

La asignación de 28,6 millones de dólares directamente a los inuits en los próximos cinco años para la subvención de apoyo a los cazadores-recolectores aumentará la práctica de nuestra cultura por parte de los inuits, promoverá la caza sostenible y enriquecerá y mejorará la dieta de nuestras familias.Natan Obed, presidente de Inuit Tapiriit Kanatami

Por su parte, Aluki Kotierk, presidenta de Nunavut Tunngavik Inc. dijo que la caza y la recolección son y siempre serán parte de la identidad de los pueblos árticos de Canadá.

Aluki Kotierk (Foto: Kieran Oudshoorn/CBC)

[Los Inuits] dependemos de la abundancia del entorno natural en el que vivimos. Es una buena solución que el gobierno federal reconozca y afirme que no tenemos que cambiar lo que somos para formar parte de la sociedad canadiense. [Sin embargo] aunque aprecio la subvención de apoyo a los cazadores-recolectores, no creo que sea suficiente; la veo como parte de una visión mucho más amplia que tenemos como inuits. Pero imagino que podremos tener mercados de alimentos silvestres con los cazadores-recolectores inuit de nuestras comunidades que podrán compartir y vender lo que han cazado o recolectado. Creo que habrá una oportunidad, e incluso un lugar, para una transferencia intergeneracional de conocimientos de los cazadores-recolectores inuits más antiguos a los inuits más jóvenes.Aluki Kotierk

Natan Obed, cree por su parte, que el hecho de tener no sólo la autodeterminación incorporada en la subvención de apoyo a los cazadores-recolectores, sino también el tener una asociación enfocada puede permitir que el gobierno y los inuit construyan juntos el contexto del programa Nutrición del Norte (Nutrition Nord Canada).

Ese programa federal tiene como objetivo hacer más asequibles y accesibles los alimentos nutritivos y ciertos artículos esenciales en el Ártico canadiense.

Ya en 2016, un informe sobre la seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del norte del Canadá Evaluación del Estado del Conocimiento publicado por el Consejo de Academias Canadienses presentaba pruebas de una «situación inaceptable» en las comunidades del norte.

Si uno aborda este tema desde una perspectiva moral, pragmática o desde la perspectiva de los derechos humanos, es evidente que hay que hacer más para aumentar la seguridad y la protección. alimentos en el norte de Canadá, decía el documento.

Con informaciones de Human Rights Watch, el Gobierno de Canadá, la Inuit Tapiriit Kanatami y la Nunavut Tunngavik Inc.
Categorías: Indígenas, Política, Salud, Sociedad
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