Los tóxicos amenazan la salud de los indígenas canadienses. Foto: iStock.

Denuncian sustancias tóxicas en alimentos de indígenas del norte canadiense

Un nuevo estudio sostiene que las mujeres indígenas, específicamente de la comunidad Inuit, se encuentran crecientemente expuestas a los efectos de contaminación con sustancias tóxicas presentes en los productos de consumo cotidiano.

Según la investigación, los contaminantes en cuestión tendrían un efecto nocivo sobre las funciones del sistema endócrino y serían particularmente nocivos en el caso de las embarazadas.

La salud de las nuevas generaciones se encuentra amenazada. THE CANADIAN PRESS/Sean Kilpatrick

Degradación progresiva

Los expertos determinaron que la exposición de las mujeres encintas a una serie de ácidos contaminantes se incrementó entre 2004 y 20017 en el Nunavik.

La relación entre esos ácidos y los niveles de omega-3/omega-6 denota la importancia de la implementación de regulaciones más estrictas sobre el tratamiento de sustancias que pueden ser tóxicas y que, por deficiencias actuales en las normas, pueden llegar a contaminar espacios donde se encuentra los recursos que componen la alimentación tradicional de las comunidades nativas.

Tóxicos artificiales

Los perfluoroalquilos son sustancias químicas sintéticas, es decir artificiales, producidas por los humanos, que no se encuentran en forma natural en el ambiente.

Se utilizan en varias actividades industriales, comerciales y residenciales, aunque sus características los convierten en algunos de los contaminantes industriales más complejos para su estudio, tanto en lo que hace a su toxicidad, como en sus consecuencias epidemiológicas y respecto a las regulaciones que se les debería aplicar.

Los perfluoroalquilos se utilizan en una amplia gama de productos de consumo, como revestimientos antiadherentes para utensilios de cocina, repelentes de agua y de manchas, envases de alimentos, pinturas, cosméticos y productos de limpieza.

Los recursos no abundan en el norte canadiense. THE CANADIAN PRESS/Sean Kilpatrick

Por tierra y aire

Los congéneres del ácido perfluoroalquilo (PFAA) son excepcionalmente estables y muy móviles en el medio ambiente, y se ha constatado la presencia de altas concentraciones de ellos en el Ártico, tanto en el aire como en la nieve, el suelo, el agua y los sedimentos.  

El producto es fácilmente transportado por medio de la atmósfera y el océano.

Alimentos Contaminados

Estos ácidos se acumulan en la cadena alimentaria y también se han medido en muchas especies silvestres que son consumidas por las poblaciones inuit que viven en la región, como mamíferos marinos, peces, caribúes y otras.

Si bien el uso de tales sustancias se encuentra restringido en toda América del Norte, y fueron incluidas en una lista de productos tóxicos elaborada por el gobierno canadiense en 2018, cantidades cada vez mayores de las mismas han sido detectadas en varias regiones ubicadas dentro del Círculo Polar.

Los alimentos silvestres son parte integral de la cultura inuit y son cruciales para mantener la seguridad alimentaria, la nutrición, los embarazos y poder asegurar que los menores crezcan sanos. 

De hecho,  tales productos son ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, varias proteínas y vitaminas, hierro y selenio, y se sabe que contribuyen a una mayor calidad de la dieta en las comunidades inuit, haciendo esencial garantizar que puedan consumirse sin el peligro de exposición a contaminantes potencialmente nocivos.

Los nativos han protestado en innumerables ocasiones contra emprendimientos que ponen en riesgo sus territorios y subsistencia. THE CANADIAN PRESS/Andrew Vaughan

Inuit más afectadas

El dato alarmante, que surge de la investigación, es que la presencia de tales tóxicos en el organismo de las mujeres inuit embarazadas duplicó los niveles detectados en una muestra representativa del conjunto de las mujeres canadienses.

Los autores de la investigación sostienen que se trata de una doble injusticia, ya que no sólo se daña los recursos alimenticios de las comunidades indígenas, sino que tal situación es el resultado de una contaminación con productos tóxicos que son fabricados muy lejos de sus hogares.

Los ácidos perfluoroalquilos no son fácilmente biodegradables y pueden permanecer en el ambiente por muy largo tiempo.

La exposición a estos componentes está asociada con cambios hormonales y en el funcionamiento de los riñones, el metabolismo cardíaco y la función inmune.  Si tales efectos se producen en una mujer embarazada, el riesgo en el desarrollo del feto se verá, casi con seguridad, afectado.

El estudio incluyó medir la concentración de los ácidos en cuestión en la sangre de 279 mujeres encintas que habitan la región del Nunavik, en el norte de Quebec, entre los años 2004 y 2017 y una de la conclusiones a la que arribaron los expertos fue que la presencia de tales sustancias en los organismos de esas mujeres se debía, entre otros factores, al consumo de alimentos silvestres, principalmente de origen marino, que se encontraban contaminados.

La longevidad de generaciones precedentes podría verse afectada. Foto: iStock.

Cuestión de preservación

Élyse Caron-Beaudoin, de la Universidad de Toronto y una de las científicas que participó en la investigación, resaltó la importancia de los recursos naturales como fuente de alimentos para las poblaciones inuit, tanto desde un punto de vista material como cultural, ya que en general se trata de prácticas ancestrales heredadas por los actuales nativos.

Muchas personas que viven en el norte experimentan inseguridad alimentaria y dependen del valor nutritivo y cultural que proporcionan los alimentos silvestres, que constituyen la dieta tradicional de los inuit.

Cambiar dichas tradiciones no sólo requeriría un proceso largo y penoso, cuyo éxito no está garantizado; también implicaría la destrucción cultural y del estilo de vida de esas comunidades.

Los productos que contaminan los recursos alimenticios de los inuit, dañando el organismo de las mujeres embarazadas de esa comunidad y afectando a los pequeños en gestación, son resultado de la actividad industrial llevada a cabo en América del Norte, fuera de los territorios indígenas y, en algunos casos, presentes en productos que se importantan desde el exterior.

Un marco regulatorio actualizado y más estricto es la forma que reclaman los expertos, para poner fin a la amenaza que los mismos imponen a las comunidades originarias en el norte del país.

Fuente: Universidad de Toronto / Environment International, Science Direct.

Categorías: Indígenas, Salud
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