Laura Vargas está en Costa Rica. A diferencia de miles de parejas que se encuentran en estos momentos separadas, está con su esposo, de origen canadiense, en el país centroamericano. Ha pasado un año y tres meses desde que comenzaron el proceso de apadrinamiento y no fue sino hasta hace un par de semanas cuando obtuvo su visa para poder venir y comenzar una nueva vida en Montreal. Con la pandemia, dijo, “todos los procesos se han hecho más lentos de lo que ya son”.
Aunque efectivamente la COVID-19 afectó el número de solicitudes de los diversos programas de inmigración con los que cuenta Canadá, el gobierno federal parece haber hundido el acelerador para que más parejas pudieran reunirse.
De acuerdo con cifras publicadas por el Toronto Star, entre octubre y diciembre de 2020 el ministerio procesó 15 999 expedientes, de los cuales 14 816 fueron aprobados, 837 rechazados y 346 retirados. Del total de aplicaciones, dos tercios se hicieron fuera del país, mientras el resto fue realizado desde Canadá.
El avance fue consecuencia de un aumento en el personal que procesa las aplicaciones de reunificación familiar, con el objetivo de adelantar 18 000 expedientes en los tres meses finales del año.
A pesar de la gasolina inyectada, el promedio para procesar estos apadrinamientos se mantiene por arriba de los 12 meses previo a la crisis sanitaria. Para las aplicaciones desde fuera de Canadá, la media de espera es de 17 meses y para las realizadas dentro del país el promedio es de 15 meses.
Laura y su pareja tuvieron tiempos por debajo del promedio. Sin embargo, en entrevista dada a RCI, la joven aseguró que la reunificación familiar es una aplicación compleja y que la pandemia llegó para complicarla aún más. El año y tres meses que esperaron para tener la luz verde comenzó con una visa de turista que le fue negada a Laura y fue entonces cuando optaron por hacer el apadrinamiento familiar.
Pero, “las oficinas de visa están cerradas por lo que uno se siente más desprotegido aún en el proceso. Por ejemplo, para enviar mi pasaporte tuve que hacerlo a través de FEDEX directo hasta México, sin tener confirmación si había sido recibido ni nada. Fueron tres semanas sin saber si había un proceso corriendo o si mi pasaporte se había perdido”, comentó.
Misha Pelletier, vocera del grupo Spousal Sponsorship Advocate -que cuenta con 5200 miembros y del cual Laura Vargas es parte- dijo al Toronto Star que estaban contentos de que los procesos de apadrinamiento hayan sido retomados. “Ha sido momentos difíciles para que las familias estén separadas”, aseguró al medio de comunicación.
Para Laura Vargas, quien terminó su proceso de apadrinamiento y podrá venir pronto a Canadá, es esencial que el ministerio de Inmigración optimice este trámite, pues muchas familias aún siguen separadas. Foto: iStock.
“El proceso debe ser optimizado”
Laura reconoció que tuvieron suerte en haber podido recibir respuesta positiva en el periodo mencionado, pero advirtió que es necesario que las aplicaciones de apadrinamiento familiar sean tratadas de forma más óptima.
“En nuestro caso, topamos con suerte porque pudimos pagar una firma de abogados que nos revisara todos los documentos y nos ayudara a llenar y fueran nuestros ojos ante el proceso. Hay muchas familias que no pueden solventar este costo y sus aplicaciones son devueltas por errores y esto ocasiona atrasos constantes”, advirtió Vargas.
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“El tiempo de solución de estos procesos trae problemas a las parejas, en especial cuando tienen que estar separadas. Son muchísimos los casos de gente que poco después que termina se separan, o hasta antes de que termine el proceso. La distancia afecta mucho y separa a las familias. En nuestro caso, nos ha ayudado muchísimo el que mi esposo pueda estar viajando constantemente y que pueda trabajar remoto, pero sí hemos pasado tiempos difíciles anímicamente, donde perdemos la fe de que algo se vaya a solucionar pronto, donde no vemos una solución cercana y la desesperanza se aprovecha de uno”, agregó.
Sobre cuándo podrían estar viajando a Canadá, Laura aseveró que el plan es hacerlo a finales de febrero, pero aún no tienen una fecha exacta, pues esperan tener actualizaciones sobre posibles nuevas restricciones de viaje por la COVID-19.
Buscando alternativas
El ministerio de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía ha dicho que desea hacer que los procesamientos sean mejores. Es por ello que anunció la implementación de nuevas tecnologías como el proyecto piloto para digitalizar las aplicaciones que generalmente se hacen en papel.
El objetivo del nuevo plan es permitir a los empleados del ministerio trabajar de forma remota para procesar de forma acelerada las aplicaciones.
Asimismo, los funcionarios del ministerio empezaron a hacer entrevistas a los solicitantes vía Internet.
De acuerdo con el plan de inmigración de Canadá previsto para 2021, el país recibirá:
- 232.000 inmigrantes en la clase económica.
- 103.500 de la clase familiar.
- 59.500 refugiados y personas protegidas.
- 5.500 por razones humanitarias y compasivas.
Los inmigrantes, ha reconocido el propio gobierno, serán fundamentales no solo n la recuperación económica del país tras la pandemia sino, para enfrentar la severa escasez de trabajadores que se registra en determinadas áreas. La importancia de los nuevos residentes se observa en las metas establecidas en materia migratoria, las cuales fueron presentadas en octubre de 2020.
De esta manera, Canadá recibirá entre 2021 y 2023 más de 1,2 millones de nuevos inmigrantes, repartidos de la siguiente manera:
- 2021: 401.000 residentes permanentes.
- 2022: 411.000 en 2022.
- 2023: 421.000 en 2023.
RCI con información del Toronto Star, el gobierno de Canadá, el grupo Spousal Sponsorship Advocate y RCI
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