Corea del Norte y del Sur acordaron proseguir con el proceso de desnuclearización completa de la península y trabajar para conseguir el fin oficial de la guerra que enfrenta ambos bandos desde 1950.
La cumbre de Kim Jong Un y Moon Jae-in fue la primera entre los líderes del norte y sur de Corea en más de una década.
También, Kim tiene previsto reunirse con el presidente Donald Trump hacia fines de mayo o principios de junio, en lo que se convertirá en un encuentro sin precedentes entre los líderes de Corea del Norte y de Estados Unidos.
Tras estrechar las manos de su homólogo del sur, en un gesto cargado de simbolismo, Kim Jong Un afirmó que Corea está sentando las bases de una historia nueva.
El primer dirigente norcoreano en atravesar la frontera que divide a su territorio con el sur, dijo que estaba “embargado por la emoción”.
Rodeado por personal de seguridad y colaboradores, el mandatario se dirigió a la franja de cemento que marca la divisoria de la zona desmilitarizada que divide a ambos territorios y tras intercambiar unas palabras con Moon Jae-in cruzó sólo el límite y, luego de la habitual sesión de fotos, invitó a su colega del sur a repetir el gesto juntos.
Tras la firma de un texto que proclama que no habrá más guerras entre las dos facciones coreanas, Kim y Moon se colmaron de elogios, en una jornada cargada de gestos de amistad entre los dos hombres.
Ambos líderes sostuvieron que buscarán reunirse con Estados Unidos y posiblemente con China, ambas naciones signatarias del pacto de cese del fuego hace 65 años.
Debido a la inexistencia de un acuerdo de paz, si bien en la actualidad no existen acciones bélicas entre norte y sur, ambos territorios se encuentran aun técnicamente en guerra.
Las repercusiones internacionales del encuentro entre los jefes de Estado de las dos Coreas no se hicieron esperar.
China saludó el coraje de Kim y Moon por llevar adelante un proceso de acercamiento entre el norte y sur coreanos, mientras que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, evocó “un paso positivo hacia la resolución de un conjunto de cuestiones”, al tiempo que Rusia calificó al encuentro como “noticias muy positivas”.
La reunión entre ambos mandatarios se constituyó en el gesto más reciente del proceso de distención en la península, iniciado en enero último, cuando Pyongyang anunció que participaría de los juegos olímpicos de invierno organizados este año por el sur.
La cumbre es también el preludio de un esperado encuentro cara a cara entre Kim y el titular de la Casa Blanca, Donald Trump.
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