Me llaman Harry y soy un kika-nisei

Harry Mikuza (centro) participa en el festival anual de mochitsuki de la Vancouver en diciembre de 2015. (Foto: ©Vancouver Japanese Language School and Japanese Hall)

Por Paloma Martínez | amlat@rcinet.ca
viernes 10 mayo, 2019


Todo el mundo lo llama Harry, pero su verdadero nombre es Haruji Mizuta y es un kika-nisei.

Se les llama kika-nisei a los japoneses nacidos en Canadá que volvieron a Japón, ya sea porque el gobierno canadiense los envió de regreso poco antes o poco después de la Segunda Guerra Mundial o porque así lo decidió la familia. Nisei significa «segunda generación»

La historia familiar de Harry es larga y sinuosa y el museo de la inmigración ed Halifax, Pier 21, le dedica un espacio en su exposición virtual «El viaje de los kika-nisei».

Los padres de Haruji emigraron por primera vez a Colombia Británica a principios del siglo XX. Su padre dejó Osaka en 1906 para trabajar en la compañía Ferrocarril Canadiense del Pacífico (Canadian Pacific Railway). Su madre, como parte de un matrimonio concertado, llegó en 1926. Sin embargo, su primer marido falleció. Posteriormente ya en Canadá conoció al padre de Haruji/Harry.

Harry nació en 1933 en Revelstoke, Columbia Británica y su hermana nació tres años después. Su ciudadanía canadiense la obtuvo entonces por nacimiento.

Me mudé a Japón en 1938, antes de la guerra. Muchos niños japoneses nacidos en Canadá fueron a Japón para recibir educación al estilo japonés allá. Era principalmente con fines educativos, pero también se minimizaron los gastos de subsistencia de mis padres en Canadá. Algunos de los niños eran enviados solos a casa de los abuelos o de parientes en Japón, mientras que sus padres se quedaban en Canadá para trabajar. En mi caso, nos fuimos todos, mis padres y mis hermanos. El pueblo japonés donde crecí era conocido como el pueblo de los inmigrantes. Cuando estaba en el primer grado de primaria, cerca de la mitad de los alumnos de la clase había nacido en Canadá. La otra mitad de la población de las aldeas estaba en Canadá. Mi padre regresó a Canadá justo antes de que estallara la guerra en 1939, después de un tiempo perdimos contacto con él y también su apoyo financiero. Mi mamá se convirtió en una madre soltera. No me di cuenta de las consecuencias de eso porque era muy común en nuestra aldea en ese momento.Haruji Mizuta
Harry (Haruji) Mizuta nació en Canadá (Foto: ©Museo Pier 21 de Halifax)

El padre de Harry estaba de vuelta en Canadá y trabajaba para la compañía Ferrocarril Canadiense del Pacífico. La Segunda Guerra Mundial se convirtió en el telón de fondo para los siguientes cinco años de la vida de la familia Mizuta.

Perdieron contacto con el padre de Harry, pero antes, supieron que ciertas circunstancias le habían permitido escapar de los campos de internamiento que el gobierno canadiense había instalado para los japoneses en el país.

Recordemos que durante la década de los años 40, Canadá llevó a cabo desplazamientos masivos de canadienses de origen japonés despojándolos de sus bienes, pequeños y grandes, por motivos raciales. Perdieron sus casas, granjas, negocios, propiedades personales, familiares y comunitarias.

Revelstoke estaba fuera del límite de las 100 millas que determinaba la ley canadiense y Harry explica que «como necesitaban mano de obra para mantener el ferrocarril, su padre pudo seguir trabajando.»

Durante la Segunda Guerra Mundial , casi 22.000 ciudadanos canadienses son arrestados en sus hogares en la costa oeste de Canadá y enviados, a zonas remotas de la Columbia Británica y otros lugares.

El gobierno canadiense privó a los japoneses canadienses de su propiedad y los obligó a resignarse a la deportación masiva después de que la guerra terminó; estos eventos fueron referidos como el internamiento de los canadienses japoneses. Sin embargo, muchos académicos y activistas rechazan este término; de hecho, bajo el derecho internacional, «internamiento» se refiere a la detención de enemigos extranjeros, mientras que la gran mayoría de estos canadienses japoneses son ciudadanos canadienses.

En el caso de Harry, las políticas de internamiento del gobierno canadiense no lo afectaron directamente ya que su madre no quiso que volviera por miedo a que lo enviaran a alguna de esas zonas remotas. Sin embargo, su vida estuvo marcada por esas políticas ya que se tuvo que quedar en Japón muchos años más de los previstos. Finalmente volvió a Canadá a mediados de los años 50.

Después de todo, llegué a Canadá en la primavera de 1955 en un barco que cruzó el Océano Pacífico. Tenía 22 años y mi primo que llegó a Canadá antes, me ayudó. No sabía ni una palabra de inglés en ese momento.

Además, la sociedad canadiense de la época era muy proteccionista y había muy pocos empleos disponibles para los asiáticas fuera de los trabajos pesados. Era muy difícil encontrar un buen empleo incluso para los canadienses de habla inglesa nacidos en Canadá.A veces, los blancos me llamaban «chino» por error como inmigrante chino. Me di cuenta de que debía aprender inglés como primera prioridad, ya que no era aceptado como canadiense japonés en la sociedad japonesa canadiense, ya que actuaba al estilo japonés.Harry Mizuta

La Marina Real Canadiense confisca el barco del canadiense japonés
Un oficial de la Marina Real Canadiense confiscó el barco de un canadiense japonés en 1941.
(Foto: ©Biblioteca y Archivos Canadá/PA-112539)

Antes de las políticas de internamiento, existieron en Canadá otras políticas discriminatorias hacia los asiáticos. A partir de 1874, los políticos de Colombia Británica cedieron a la supremacía blanca y aprobaron una serie de leyes para obligar a cientos de japoneses-canadienses a abandonar Canadá.

Se les privó del derecho al voto: a los chinos en 1874, a los japoneses en 1895 y a los sudasiáticos en 1907. Las leyes les prohibieron trabajar en el servicio público y en profesiones como el derecho, porque para ello es necesario inscribirse en las listas electorales provinciales. Otras leyes laborales y de salario mínimo garantizan que los asiático-canadienses sólo puedan ser contratados para trabajar en cuentas aparte, con un salario inferior al de los blancos.

Cuando los asiáticos trabajaban más duro y durante más horas para ganarse la vida, los sindicatos blancos los acusan de competencia desleal, de robarles empleos y de socavar los esfuerzos sindicales para mejorar el nivel de vida de los trabajadores blancos. Muchos fueron enviados a campos de internamiento.

(Foto: ©Sidekick/iStock)
Los japoneses-canadienses hoy 

Hoy la comunidad japonesa de Canadá es muy dinámica y creciente. Los canadienses de origen japonés constituyen el noveno grupo étnico no europeo más grande de Canadá, después de las comunidades china, india oriental, filipina, jamaicana, vietnamita, libanesa, coreana e iraní. En Canadá hay alrededor de 100 000 personas de origen japonés.

La comunidad japonesa de Canadá está creciendo considerablemente más rápido que la población en general. Entre 1996 y 2001, por ejemplo, el número de personas que declararon ser de origen japonés aumentó en un 11%, mientras que la población en general sólo aumentó en un 4% durante el mismo período.

La mayoría de las personas en Canadá de origen japonés dicen que sólo tienen raíces étnicas japonesas. En 2001, el 62% de todos los que declararon tener origen japonés declararon que sólo tenían raíces japonesas, mientras que el 38% declararon que también tenían otros orígenes étnicos, aproximadamente la misma proporción que la población total, de los cuales el 40% declararon tener múltiples orígenes étnicos ese año.

La mayoría de los canadienses de origen japonés nacieron en Canadá. En 2001, el 77% de la comunidad japonesa nació en Canadá, mientras que el 23% de ellos nació fuera del país.

Entre los canadienses nacidos en el extranjero de origen japonés, el grupo más numeroso llegó hace relativamente poco. En 2001, el 44% de los inmigrantes japoneses llegaron entre 1991 y 2001, el 37% entre 1970 y 1980 y el 19% antes de 1971.

La mayoría de los canadienses-japoneses viven en la provincia de Columbia Británica, en la costa oeste del país.  Allá, está la escuela Escuela de Japonés de Vancouver donde se realizan muchas actividades de valorización de la cultura y la lengua japonesas. Aquí un ejemplo de la celebración del Mochitsuki que se lleva a cabo generalmente al principio del nuevo año.

Por esas fechas, los familias japoneses participan en esta tradición anual del mochitsuki, que es un tipo especial de arroz que se remoja en agua durante una noche, luego el arroz se coloca en un seiro, una cesta de madera al vapor. Después, con un mazo o kine (un objeto pesado parecido a un martillo) se lo muele golpeándolo con fuerza para convertirlo en pasta. Una persona balancea el mazo y otra hace girar el cesto del arroz hasta que los granos individuales de arroz ya no sean visibles y sea más bien una pasta. El mochi se ha comido durante siglos en Japón para el Año Nuevo. Este evento especial es celebrado por familias, vecindarios y comunidades japonesas en todo el mundo. Y Canadá no es la excepción. Mire el video:

https://www.facebook.com/vjls.jh/videos/1351858704845888/

RCI/Museum Pier 21/Gobierno de Canadá/The Canadian Encyclopedia



Para más información: 

  1. La historia de desposesión y deportación de los canadienses japoneses
  2. El «peligro amarillo» de Canadá, ¿una historia de prejuicios que podría repetirse?

  3. El Mes de la Herencia Asiática en Canadá

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *