El miedo y la persecución de los inmigrantes de países asiáticos es un capítulo deplorable en la historia canadiense del siglo XX.
Esta forma de xenofobia, conocida como «Peligro Amarillo», se manifestó de diversas maneras, incluyendo la detención en campos de los japoneses canadienses durante la Segunda Guerra Mundial, así como el impuesto a los chinos que entraron en Canadá entre 1885 y 1923, para desalentarlos a emigrar a Canadá después que hubieran terminado la construcción del Ferrocarril Pacífico Canadiense.
Una profesora de la Universidad York, en Toronto, sostiene que hay que permanecer muy vigilantes para que esos prejuicios no regresen.
Por la década de 1880 la construcción de los ferrocarriles de la Canadian Pacific empleaba a miles de inmigrantes chinos. Pero una vez que fue completada la construcción del ferrocarril, en 1885 un impuesto de 50 dólares fue establecido para cada chino que quisiera venir a Canadá, esto con la intención de desalentar esa inmigración. En 1903 ese monto fue elevado a 500 dólares, que en la época era una verdadera fortuna.
Ningún otro grupo de inmigrantes fue sometido a las restricciones que fueron impuestas a los inmigrantes chinos, incluyendo la imposición de una lista de empleos que podían tomar.
Se calcula que unos 82.000 inmigrantes chinos pagaron ese impuesto hasta que una Ley de Exclusión entró en vigor en 1923, prohibiendo específicamente toda inmigración proveniente de China hasta 1947. Esas restricciones a la inmigración china se mantuvieron vigentes hasta 1967.
Desde los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, Canadá decide abrir campos en los que serán internados hasta 1946- judíos, comunistas, soldados alemanes y, sobre todo, inmigrantes japoneses.
Después del ataque de Japón contra Pearl Harbor y Hong Kong, el gobierno canadiense utilizará la Ley de Medidas de Guerra para alejar a todos los canadienses de origen japonés de la costa del Pacífico.
Unos 22 000 nipones-canadienses fueron enviados a campos de detención, fincas, campamentos y campos de prisioneros de guerra.
Esta forma de xenofobia ere conocida como «Peligro Amarillo».
Hoy, en 2017¿ podría ocurrir nuevamente?
Christine Sismondo, profesora de la Universidad York, sostiene que hay que permanecer muy vigilantes para que esos prejuicios no regresen.
En conversación con Jim Brown, periodista de CBC, recuerda que también hubo problemas similares en los que los surasiáticos y los ciudadanos chinos y japoneses en particular, fueron aterrorizados y expulsados de los lugares de trabajo en Estados Unidos.
Christine Sismondo dice que esta era oscura de la historia de Canadá es importante recordarla a la luz de las actuales cuestiones fronterizas en Norteamérica.
Este es un resumen de la conversación de Christine Sismondo con Jim Brown , The 180’s.
Para aquellos que no saben – o han decidido olvidar – qué es el «Peligro Amarillo»?
En Canadá, eso ocurrió casi inmediatamente después del final de la construcción del ferrocarril, hubo una creciente violencia de parte de la población blanca contra los inmigrantes asiáticos, particularmente en la costa oeste, en Columbia Británica.
¿Y cuánto de eso estaba influido por lo que estaba pasando al sur de la frontera?
Ese es un punto interesante porque creo que es lo que nos lleva a lo que estamos viendo hoy, una especie de señal en nuestros días. De hecho, en el momento en que hubieron manifestaciones anti orientales que se extendieron al Estado de Washington y a San Francisco también hubo disturbios similares en los que los surasiáticos y los ciudadanos chinos y japoneses en particular fueron aterrorizados también.
Así que fueron expulsados de los lugares de trabajo en los Estados Unidos, y ¿comenzaron a subir hacia el norte?
Sí, hubo exactamente ese problema. Había un aserradero en el estado de Washington y hubo un disturbio allí con la comunidad del sur de Asia, muchos de ellos huyeron al norte cruzando la frontera.
Eso ocurre a principios del siglo 20, y luego ¿continuó la presión al sur de la frontera?
Sí, absolutamente, porque la primera legislación de prohibición- tipo musulmana de ahora-que Estados Unidos propuso estuvo siempre dirigida hacia los asiáticos.
Canadá no tenía tal cosa, tenía sólo estrictas directrices de inmigración, y teníamos algo llamado el impuesto por cabeza, y la historia que los estadounidenses propagaban era que habían asiáticos que emigraban a Columbia Británica, pagando el impuesto a Canadá. Luego atravesaban las fronteras de Ontario o Quebec.
¿Y cómo respondió Canadá a esa presión de los Estados Unidos?
Bueno, durante mucho tiempo se mantuvo fuerte, pero luego dejó de hacerlo. En 1923 aprobamos nuestra propia Ley de Exclusión Oriental.
Entonces, ¿cómo ve esa historia en relación a estos tiempos actuales?
Bueno, lo que creo que es realmente interesante es que tendemos a culpar a los Estados Unidos cuando tenemos nuestra propia historia. Y creo que eso es algo importante a tener en cuenta, creo que deberíamos estar dispuestos a enfrentar nuestros propios problemas, porque como lo hemos visto en Estados Unidos, en realidad no desaparecen a menos que » se los aborde agresivamente”. Así que creo que es realmente importante que contemplemos nuestra propia historia de exclusión para poder tratar con lo que vamos a tener que tratar en los próximos años.
¿Dónde está usted viendo esas señales que le preocupan?
Simplemente me parece que inmediatamente después de que Trump fue elegido, tuvimos un montón de gente diciendo que nunca podría suceder aquí, que no somos tan racistas. Tengo una sobrina, por ejemplo, que está pensando en mudarse de Inglaterra después de Brexit porque está preocupada por el futuro de ese país y me dijo que pensaba regresar a Canadá porque no somos tan racistas aquí.
No creo que eso sea correcto, y creo que después de Trump hemos visto muchos incidentes: las muertes en la mezquita de Quebec, más literatura apareciendo en los campus, ya sea antisemita o dirigida contra los asiáticos, y vemos este tipo de cosas y que nos sorprenden pero en realidad tenemos una larga historia de ese tipo de comportamiento.
¿Y si yo tuviera que argumentar que hemos cambiado, que somos menos racistas ahora?
No creo que esté equivocado, pero creo que tenemos que luchar muy fuerte para que eso se mantenga. En gran parte, el sueño del multiculturalismo, que en cierta medida se inició a finales de los años 60 con Pierre Elliott Trudeau, ha sido realmente beneficioso para nuestro país, y caminando por el centro de Toronto sin duda se siente que este es un lugar donde este tipo de violencias no podrían suceder. Pero eso también es cierto en Los Ángeles, en Nueva York o en varios centros urbanos estadounidenses, incluso en centros urbanos más pequeños.
Así que creo que el punto es que no debemos relajarnos.
¿Está viendo ecos específicos de esos movimientos anti asiáticos que vimos en el pasado?
Creo que hay panfletos anti-asiáticos distribuidos en Richmond, BC, ese es un ejemplo, pero creo que la preocupación por la propiedad extranjera de bienes raíces en Columbia Británica tiene algunos ecos de eso también. Y además creo que deberíamos ser realmente conscientes de que la prohibición de los musulmanes está siendo escrita en líneas similares a la Ley de Exclusión de China, tiene connotaciones similares.
Si queremos asegurarnos de no repetir esas épocas de la historia, ¿cómo lidiar con temas como la inmigración en nuestras fronteras?
Creo que debemos tener en cuenta que tenemos obligaciones que van más allá de Estados Unidos, tenemos un pacto de libre comercio con México, por ejemplo, y que muchas de estas cosas van a ser increíblemente difíciles a negociar si la administración estadounidense permanece y continúa sus ideas aislacionistas del comercio y las prohibiciones de inmigración. Si eso continúa, creo que nuestra frontera inevitablemente será problemática.
Ya hemos hablado de que tenemos una frontera muy porosa y vamos a ser percibidos como un área de inseguridad, y sólo quiero que tengamos presente el pasado y que también mantengamos en mente nuestras obligaciones con el resto del mundo.
Entonces, a los canadienses que, después de las elecciones estadounidenses, dijeron «Eso nunca podría suceder aquí», ¿cómo reacciona a eso?
Bueno, creo que es un poco arrogante. No estoy diciendo que no somos diferentes. Creo que lo somos, pero creo que estamos sobre un hielo más delgado de lo que tendemos a pensar.
RCI/Mes de la Herencia Asiática
La entrevista de Christine Sismondo fue con Jim Brown , The 180’s.
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