Celebrado el 30 de octubre de 1995, el segundo referéndum sobre la soberanía de Quebec resultó en una estrecha victoria del campo del «No», tal como había ocurrido en el año 1980.
En ese primer plebiscito, era René Levesque quien lideraba el movimiento independentista de los quebequenses.
Pero en 1995, aunque el resultado fue el mismo la campaña referendaria fue distinta. Al principio, el bando del «No», opuesto a la separación, tomó una considerable ventaja en las encuestas.
Pero durante las tres semanas anteriores al plebiscito, particularmente desde el momento que el líder del Bloque Quebequense, Lucien Bouchard, asumió el liderazgo del «Sí», los soberanistas ganaron terreno. Auqnue no fue suficiente.
Luego de una gigantesca manifestación en Montreal que reunió a miles de canadienses de todo Canadá, el bando del «No», después de una emotiva y algo controvertida campaña, logró un avance importante y ganó el referendo con 50,6% de los votos frente a un 49,4% para los que deseaban la independencia.
El primer ministro de Quebec de la época, Jacques Parizeau, dijo que «el dinero y el voto étnico» eran responsables de los resultados.
Fallamos por un pequeño margen, unas pocas decenas de miles de votos. En un caso como este, ¿qué hacemos? ¡Escupimos en nuestras manos y empezamos de nuevo! Mantengamos la calma, amigos míos.
Resistamos las provocaciones. Se ha retrasado un poco, no mucho. No esperaremos 15 años esta vez.
Es cierto que fuimos derrotados, pero en el fondo ¿por qué? Por el dinero, y por el voto étnico. Jacques Parizeau
Con estas palabras el político dejó entender que el Sí a la independencia había sido derrotado por el poder financiero del bando contrario y por la fuerte movilización contra el Sí de las comunidades culturales, un comentario que será ampliamente criticado.
Al día siguiente de esta declaración, Parizeau renunció como primer ministro y más tarde fue reemplazado por Lucien Bouchard.
La pregunta y el contexto social de la época
La pregunta del referéndum dice lo siguiente:
El proyecto de ley al que se refiere la pregunta es el proyecto de ley 1, Ley relativa al futuro de Quebec (cuyo preámbulo incluye una declaración de soberanía), y el acuerdo del 12 de junio de 1995 es el texto del acuerdo ratificado por el Primer Ministro de Quebec Jacques Parizeau, Lucien Bouchard (líder del Bloc Québécois, partido en el Parlamento Canadiense) y Mario Dumont (líder del partido de oposición la Action démocratique du Québec).
El referéndum se celebró en virtud de la Ley del referéndum de Quebec.
El contexto del referendo
En 1993, dos años antes del plebiscito sobre la soberanía de Quebec, el fracaso de los acuerdos del Lago Meech y de Charlottetown crearon una profunda incertidumbre sobre el futuro constitucional del Canadá. Luego de las elecciones que siguieron los acuerdos fallidos, la Cámara de los Comunes cambió de color.
La oposición se dividió en partidos regionales: el Partido Reformista de Canadá, centrado en el oeste del país, y el Bloque Quebequense, de tendencia nacionalista declarada, que formó la oposición oficial.
El Partido Conservador Progresista, asociado con el ex primer ministro Brian Mulroney prácticamente desapareció.Gerald L. Gall, profesor, escritor y abogado, The Canadian Encyclopedia
Como resultado de estos trastornos en el panorama político canadiense, en años anteriores al referendo de Quebec, el resto de las provincias y territorios de Canadá parecen cansados de las cuestiones constitucionales. La idea de la separación de Quebec representaba un regreso a ese debate.
Además, la relación con Quebec se estaba poniendo tensa en parte como resultado del debate sobre el concepto de una sociedad distinta. El Parti Quebecois, un partido nacionalista provincial volvió al poder.
El Primer Ministro Jacques Parizeau prometió el referéndum sobre la separación de Quebec para 1995.
Las consecuencias
Después de la votación, surgió una controversia sobre el recuento de votos (debido al gran número de papeletas «deterioradas»), la enumeración de votantes elegibles y otras preocupaciones.
Antes de asumir el cargo de primer ministro de Quebec, Lucien Bouchard, anunció su intención de celebrar otro referéndum sobre la separación en 1997, pero esto no ocurrió.
En los últimos días de la campaña referendaria, los políticos federales dijeron estar dispuestos a abordar algunas de las preocupaciones de Quebec.
Por ejemplo, el primer ministro federal de entonces, Jean Chrétien, dijo que tomaría medidas para reconocer a Quebec como una «sociedad distinta» y garantizarle el veto sobre cualquier enmienda a la Constitución del Canadá.
Jean Chrétien creó un comité especial del Gabinete para formular una nueva propuesta constitucional.
La propuesta resultante, formulada principalmente en respuesta a las reiteradas peticiones de Quebec, incluía tres iniciativas constitucionales que serían promulgadas por la Cámara de los Comunes.
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- La primera, en forma de moción de la Cámara de los Comunes, reconocería que Quebec forma una sociedad distinta dentro del Canadá (es decir, una sociedad caracterizada por el idioma francés, su cultura única y su tradición de derecho civil). Esta moción es aprobada por el Parlamento.
- La segunda iniciativa otorgaría un veto a las provincias occidentales, las provincias atlánticas, Ontario y Quebec sobre todas las futuras enmiendas constitucionales que afecten a instituciones nacionales como el Senado, la creación de nuevas provincias y cualquier cambio en la división de poderes.
- La tercera iniciativa vería al gobierno federal abandonar cualquier papel en las áreas de capacitación del mercado laboral, programas de aprendizaje, programas cooperativos y programas de capacitación en el lugar de trabajo, permitiendo que las provincias asuman esta responsabilidad.
La Declaración de Calgary es un acuerdo que surgió en 1997 como respuesta a las peticiones de Quebec luego del referéndum. Sin embargo, Quebec se sintió traicionado por una cláusula en particular y no la quiso adoptar.
Todos los parlamentos provinciales adoptaron la Declaración de Calgary, excepto la Asamblea Nacional de Quebec.Gerald L. Gall, profesor, escritor y abogado, The Canadian Encyclopedia
Si bien tanto el acuerdo de Meech como el de Charlottetown reconocían la controvertida condición de «sociedad distinta» de Quebec, la Declaración de Calgary se limita a hacer referencia al «carácter único de la sociedad de Quebec» y no respalda la noción de sociedad distinta.
Además, reafirma el papel de la Asamblea Nacional de Quebec («asamblea legislativa» en los términos de la Declaración) en la protección y promoción de esta singularidad, que consiste en el uso predominante del idioma francés, una cultura quebequense y un derecho civil distinto del del Canadá.
Los francófonos fuera de Quebec
En entrevista con el periodista Thibault Jourdan de Radio-Canada, Stéphanie Chouinard, profesora de ciencias políticas del Colegio Militar Real de Canadá en Kingston, Ontario, señala que uno de los grandes argumentos del nacionalismo y el separatismo en Quebec es que la lengua francesa sólo puede sobrevivir en el marco de Quebec.
Sin embargo, dice, la realidad es otra.
Según la politóloga, hay tendencias profundas que han persistido durante los últimos 25 años. Chouinard cree que el tiempo no ha borrado el hecho de que los francófonos de las comunidades minoritarias de Canadá siguen siendo poco conocidos en Quebec y «su desaparición programada» es un tema recurrente en el discurso público.
Recordemos que desde el decenio de 1990, con la decisión sobre el caso Mahé en Alberta o la referencia relativa a la Ley de escuelas públicas en Manitoba en 1993, que se vio que la jurisprudencia ha dado un giro a favor para las comunidades francófonas fuera de Quebec.
Y aún así, se está trabajando para reunirlos. «La realidad es que hoy en día, estamos trabajando en una estrategia de acercamiento tanto con la sociedad quebequense como con el gobierno de Quebec», dice Jean Johnson, presidente de la Federación de Comunidades Francófonas y Acadienses.
Con informaciones de CBC News, Radio-Canada, The Canadian Encyclopedia, Archives de CBC/Radio-Canada.
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