Comienza un nuevo año en un mundo que parece diferente al 2020. Los canadienses están comprando más que nunca a través de Internet, están pasando más tiempo en sus casas que en las vías y muchos incluso han dejado las grandes ciudades por los espacios y la tranquilidad que ofrecen los suburbios, todo por algunas tendencias que se desarrollaron durante la pandemia de la COVID-19.
Pero lamentablemente no todo es positivo. Hay también un impacto palpable en la economía canadiense y, por ende, en los bolsillos de millones de personas: algunos han perdido sus empleos y les ha sido cuesta arriba recuperarlo, otros han perdido horas de trabajo y por ende sus ingresos se han reducido, otros están extenuados de trabajar más para tener el mismo nivel de ingresos y, como suele suceder en tiempos de crisis, son los hogares con escalas salariales más bajas los más golpeados.
Un reporte del Royal Bank of Canada (RBC por sus siglas en inglés), destaca que la pandemia ha tenido un impacto profundo en quienes ganan menos de 800 dólares semanales. Las mujeres también han sido afectadas de forma desproporcionada por la crisis generada en los meses de COVID-19.
Un momento para la descentralización
En su reporte, expertos del RBC advierten que una vía para dar una nueva forma a la economía canadiense es la descentralización, contrario a lo que ocurrió en el país a lo largo del Siglo 20, cuando dominó más bien la centralización.
“Los años 2020 están comenzando a verse como una nueva era de descentralización, construida a través de plataforma digitales. La conveniencia es extraordinaria y así pueden ser las consecuencias”, dijo John Stackhouse, vicepresidente senior del RBC, a través de un comunicado de prensa.
RBC Economics destaca que esta transformación puede influir directamente a los consumidores, las empresas y los hacedores de políticas en 2021.
Pero esto no es positivo para todos. Si bien muchos sectores están acelerando su entrada a un periodo de crecimiento e innovación, otros están viendo cómo sus modelos puede que no tengan otra oportunidad en la nueva era.
Sobre el mercado laboral
Todos estos cambios pueden verse reflejados igualmente en el mercado laboral. Aquellos, dice el RBC, que puedan ajustarse a las nuevas actividades estarán más a salvo, mientras otros tendrán que desarrollar nuevas capacidades, adentrarse a nuevos sectores o encontrar otras formas de ayuda gubernamental.
“Por ahora, la crisis de la COVID-19 ha generado las consecuencias más desiguales para los trabajadores que cualquiera de las recesiones vividas en Canadá. Quienes están en la parte más baja de la escala salarial, ganando menos de 800 dólares por semana, han sido más afectados por pérdidas de empleo, mientras que quienes ganan más han visto sus oportunidades de empleo mejorar durante estos tiempos”, se lee en el reporte.
Para los especialistas de la institución financiera, esto impulsará a los que quedaron sin trabajo a buscar nuevas herramientas, entrenamiento o regresarán a estudiar. “Pero aquellos que podrían beneficiarse más al adquirir nuevas capacidades son los que menos lo hacen. Sin una estrategia que permita que los trabajadores de bajos salarios consigan nuevos empleos, el daño desigual de la recesión se convertirá en una recuperación desigual”. Algunos expertos han llamado este tipo de recuperación económica como en forma de “k”.
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Deuda creciendo
Tal y como se informó a finales del año pasado, Canadá está liderando, a nivel mundial, el crecimiento del ratio de la deuda-PIB, algo que no solo se ha visto reflejado en las provincias, sino también en los propios consumidores.
De acuerdo con el RBC, las provincias canadienses ya estaban observando índices récords, no vistos desde los años noventa, pero la crisis generada por la pandemia ha agregado más peso aún a los servicios médicos.
“El 2021 será un año en el que el déficit de las provincias llegará a niveles elevados, pero algunos de los aumentos en los gastos en salud serán solo temporales. Las provincias con mejor posición financiera podrán tener mayor respiro mientras la pandemia cede, pero aquellas con situaciones fiscales más precarias tendrán retos más grandes. En este sentido, Craig Wright, economista jefe en la entidad financiera, cree que será necesario que esas provincias en desventaja fiscal obtengan más transferencias de parte del gobierno federal.
No habrá rebote hasta 2022
De acuerdo con las previsiones de RBC la capacidad de vacunar a buena parte de su población en 2021 permitirá recuperar más actividades y así garantizar algo de crecimiento a la economía canadiens, pero incluso en estas circunstancias, el Producto Interno Bruto no registrará las estimaciones previas a la pandemia sino hasta el año 2022.
“Dado el hecho de que estamos un periodo extendido de crisis económica, Ottawa podrá ayudar a los trabajadores más afectados durante esta crisis, creando un ambiente de apoyo para los dueños de empresas. Será imperativo que quienes hacen las políticas públicas se enfoquen en limitar el daño a largo plazo en los mercados laborales, en los estándares de la vida de los canadienses y en el potencial crecimiento”, agrega Wright.
Propuestas
De acuerdo con los especialistas en el RBC, Canadá debe enfocarse en las siguientes políticas para así amortiguar los efectos económicos de la pandemia
- Transformar los programas de capacitación para quienes trabajen en el sector servicios estén listos para una economía predominada por la tecnología
- Acompañar a los empresarios y a las comunidades a construir una infraestructura digital y las capacidades necesarias para una economía basada en esta plataforma
- Rediseñar las ciudades, los pueblos y las comunidades para absorber y apoyar a una fuerza de trabajo redistribuida.
Otras estimaciones
En otro reporte, publicado por Maclean’s a partir de gráficos realizados por expertos económicos, también se destacan los retos que la pandemia ha impuesto a la economía canadiense y algunas soluciones propuestas para que éstos no sean tan duraderos en el tiempo.
Sobre el empleo
A pesar de que ha habido creación de empleo superior en Canadá durante los últimos seis meses, miles de canadienses aún no han podido recuperar sus trabajos, especialmente, en las regiones más golpeadas por la COVID-19. De acuerdo con David Rosenberg, economista jefe en Rosenberg Research, uno de cada cuatro canadienses están ya está en desemepleo de largo plazo, lo que se traducirá en que la pandemia dejará cicatrices en los mercados laborales. Esto debería dar pie a más ayuda gubernamental, pero la medida no es suficiente para descartar que entremos en un periodo de bancarrotas, generando un impacto negativo en el gasto del consumidor y en los empleos del sector servicios.
Mujeres, las más afectadas
Esta ha sido la primera recesión mundial que golpea duro a las mujeres, en especial a las que tienen bajos salarios, son jóvenes y pertenecen a minorías étnicas. Es por ello que la economista Armine Yalnizyan, de Atkinson Fellow on the Future of Workers, habló desde marzo de 2020 sobre la she-cession (por she, pronombre para mujer y cessión a partir de recesión, en inglés).
De acuerdo con esta experta, entre febrero y noviembre del año pasado se sumaron 58 000 hombres a la fuerza laboral, mientras que 31 000 mujeres se fueron. Además, los índices de quienes no se encuentran en estos momentos en la fuerza laboral crecieron el doble de rápido entre las mujeres que entre los hombres. Esto incluye jubilaciones y mujeres que no pueden volver a trabajar porque no tienen acceso a servicios de cuidados de sus hijos. “Es simple: no habrá recuperación sin la recuperación del trabajo para las mujeres y esto no pasará si no hay programas de cuidados de los niños”, advierte Yalnizyan.
Y no se trata solo de un problema entre las mujeres, sino un problema macroeconómico, agrega. “El gasto de los hogares representaba 57% del PIB antes de la crisis de la pandemia, y quienes gastan más son los hogares en los que hay niños pequeños. Además, las mujeres traen el 40% de los ingresos a esos hogares. Mientras más lenta sea la recuperación del empleo entre las mujeres, más lenta será la recuperación para todos”.
Proyecciones del gobierno
De acuerdo con el reporte correspondiente al mes de octubre, el Banco de Canadá prevé que la economía canadiense crezca, en promedio, 4% tanto este año que empieza como en 2022, luego de una caída de 5,5% del PIB en el 2020.
Según la información dada por el gobierno federal en su actualización económica correspondiente al otoño, el déficit en el país se eleva a 381 millardos de dólares, una cifra récord, y la deuda supera el billón de dólares.
Fuentes: RBC Economics, Maclean’s, Banco de Canadá, RCI
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